Muchas veces uno escribe para hacer un aporte cultural sobre un tema determinado, o bien, por el placer de compartir intereses comunes sobre un particular.
Lo que me motiva en esta oportunidad es un sentimiento de ira frente a algunos funcionarios de Carabineros de Chile, no enjuiciando de ninguna forma a su institución como tal.
Conocí de muy cerca el caso de un niño que soñaba con ser carabinero, veía a esta institución como un organismo serio y muy disciplinado. Cuando cumplió la edad para ello postuló dos veces, pero su perseverancia lo hizo postular una tercera vez el año 2011, quedando esta vez en Esfocar, una de las tantas Escuelas de Formación que tiene esta institución a lo largo de este país.
Obviamente los primeros días no fueron fáciles, especialmente respecto al desapego familiar, los horarios y la alimentación. Pasó poco tiempo y ya todo estaba asumido, no había más que hablar ¡estudio, ejercicios y trabajo!
Todo iba bien hasta mediados de año, cuando este muchacho se dio cuenta que le estaban “poniendo piedrecitas en el camino”, a lo cual alguien le señaló que era parte de la instrucción, porque la vida del carabinero era así, dura e incierta “¡hay qué seguir adelante! le decían… La situación continuaba, los fines de semana “arrestos y más arrestos”, lo esperaban en su hogar y no llegaba. ¡Lo dejaban preso! “Casualmente”, era el mismo sargento o el mismo teniente quienes le aplicaban los castigos.
Estos superiores, viendo que los castigos no lo amedrentaban, recurrieron a otra estrategia, el rendimiento académico. Manipularon a tal extremo que un examen de repetición fue elaborado con ítems que incluían más de una respuesta correcta. El reglamento es claro en eso.
El martes 13 de diciembre, a quince días de su licenciatura se concretó “el sueño” de estos superiores; este ilusionado joven fue notificado de la eliminación de Esfocar por reprobar la Asignatura de “Leyes Especiales” y por “una notable falta de interés por superarse en el aspecto académico”. Lo anterior, sin considerar para nada, que aprobó todas las demás asignaturas.
Después de esta lamentable situación, su familia ha recibido innumerables palabras de aliento y apoyo de superiores y carabineros alumnos de la misma escuela de formación, quienes manifiestan claramente que aquí hubo una persecución de parte de un sargento instructor y otro superior. Lamentablemente ellos, por razones obvias, se mantienen en el anonimato, aún cuando no practican ni aceptan este tipo de discriminación entre sus filas.
No entiendo cómo en una institución de tanto prestigio y responsabilidad, existen instructores sin ninguna idoneidad para el cargo.
Lo único que espera la sociedad de estos muchachos que son víctimas de estos abusos, es que no desvíen su camino por culpa del descriterio de algunos funcionarios, quienes debieran estar en otro lugar y no formando personas.
Me reservo los antecedente de los carabineros aludidos, aún cundo ellos los tengo.
Comentarios
16 de diciembre
Me preocupa la asepcia de quienes abren o leen mi artículo, al no ver comentarios al respecto, puesto que creo que éste es claramente un «atropelloa» los derechos humanos sin derecho a una justa defensa y/o apelación
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