A inicios del mes de marzo se aprobó el plan del gobierno para reforzar la militarización de la Araucanía; una polémica iniciativa sobre la cual llama la atención los votos a favor desde la derecha y oposición, con un gran cantidad de abstenciones (Concentradas en el PS); no cabe duda que esta estrategia es una guerra directa para “contener” el conflicto mapuche e intensificar la represión a favor de intereses que silenciosamente –o no tan silenciosamente- están detrás: Gran capital forestal.
En la Araucanía el capital está en la tierra y la propiedad latifundista de ésta; siendo estos instrumentos de dominación colonial dibujada bajo la forma de empresa; pero, una empresa altamente monopolizadora.
Adicionalmente en marzo el ejecutivo anunció la creación de una comisión de expertos, científicos y representantes de empresas forestales para planear una estrategia conjunta para invertir en la más alta tecnología de explotación maderera; es una buena estrategia especializar aún más la explotación?
En Chile, la propiedad terrateniente colonial evolucionó a una burguesía industrial y financiera; concentrando no sólo el recurso tierra; sino, consigo el mercado del trabajo y los recursos locales de inversión financieros, tecnología y una cantidad de otros recursos (agua, materiales, carreteras, etc.); en “función del desarrollo” suena bien, pero cuál es el peligro?
La otra cara de la moneda es la posibilidad de desencadenar un fenómeno denominado “Causación Circular Acumulativa” (Nombrado así por el economista Gunnar Myrdal); o sea, que la inversión se hace más en función del crecimiento de la demanda y no que en función de la tasa de beneficios, esta dinámica en zonas geográficamente muy “delimitadas” causa que una zona avance a costa de otras que se ven atrasadas por una multiplicidad de factores; como por ejemplo, la oportunidad para acceder a un empleo con “perfil profesional” más especializado (Nivel de especialización lejano al alcance de las poblaciones rurales); lo que finalmente acaba con la idea de auto estabilización del sistema local dada por la llegada del capital industrial externo y con una mano de obra externa y exógena los territorios.
En la Araucanía el capital está en la tierra y la propiedad latifundista de ésta; siendo estos instrumentos de dominación colonial dibujada bajo la forma de empresa; pero, una empresa altamente monopolizadora. Si bien, han existido políticas de recuperación de territorios, estas siguen siendo marginales y manteniendo la concentración empresarial a costa del aislamiento de otras comunidades que simplemente quedan “desplazadas” producto de la dinámica de aceleración del conocimiento y especialización técnica; frente a ello, no podemos pensar en un “equilibrio” si no existe igualdad de oportunidades de especialización para poder “participar” en este proceso; si abrimos la puerta a un grupo social que quiere trabajar y este posee un factor dominante “educación”; va a causar una estancación mayor de otros, lo que es una contradicción importante si pensamos devolver algo de dignidad a las comunidades “históricamente dueñas” de esos territorios hoy explotados; el Estado a su vez, aparece con la vía armada para imponer un discurso de “sostenibilidad” como eje conciliador entre el desarrollo y el medio ambiente, pasando por arriba de los intereses de las comunidades con la imposición de un imaginario “colectivista” en función de un falso beneficio de todos.
(El beneficio sólo será para un sector empresarial y de clase media); si no hay participación de las comunidades, no es una buena alternativa de desarrollo e implicaría continuar la lucha por la recuperación y re-orientación no capitalista de los territorios (Lo que no sólo se podría aplicar a la Araucanía; sino, a lo largo de todo Chile).
Comentarios
13 de junio
Doña Enid, considero que usted no interpreta bien el problema mapuche: el problema mapuche es y explotó en el gobierno del presidente Frei-Ruiz-Tagle, por el AGUA. El agua esta detrás de todo este complejo problema; es cierto los oligopólios de algunas empresas es un factor desencadenante y real, la estúpida legislación del agua dulce en Chile también, pero todo estalló cuando producto del cambio climático el agua empezó a escasear para todos y como siempre a sucedido los que tienen dinero pueden enfrentar mejor estas situaciones, perjudicando a los más débiles; además también debe tener presente otro factos que es muy conspirativo pero que viendo la realidad mundial, es absolutamente posible que ocurra en Chile, los intereses de las enormes empresas transnacionales del gas y petroleo. Estas verdaderas «mafias «, son expertas en manipular conflictos internos de los países en su beneficio; pero usted se preguntara ¿ qué tienen que ver las transnacionales en este problema ?; mí respuesta es mucho: los yacimientos de gas de «vaca muerta » en la Argentina y los yacimientos de gas en la isla Mocha; pero eso si bién en Argentina al menos se reconoce como «realmente posible «, en Chile ni siquiera se considera, como posible. Si queremos enfrentar correctamente, el problema que tenemos en Chile en esa parte del territorio, debemos como país tener presente lo señalado.
0