A nivel mundial y desde hace algún tiempo, diversas organizaciones tanto públicas como privadas han levantado fuertemente la demanda de una mayor justicia fiscal en el contexto global, impulsando el perfeccionamiento del sistema tributario internacional que permita mejorar la recaudación de los países y el uso de sus recursos presupuestarios.
¿Que espera el Estado de Chile para enfrentar de manera seria este preocupante tema? Porque este es un tema de largo plazo, de visión de país que supera a un Gobierno de turno. Ojalá en esto las autoridades políticas estén a la altura de las circunstancias.
En este contexto, uno de los temas prioritarios para las diversas organizaciones y foros internacionales dedicados a impulsar la justicia fiscal, es el de los flujos financieros ilícitos, que son todos aquellos movimientos de dinero que salen de los países, especialmente en desarrollo, sin cumplir con las normas establecidas para dichos efectos. Entre estos flujos encontramos el lavado de dinero, las transferencias ilegales y la evasión / elusión tributaria, por ejemplo.
Estos flujos terminan en los llamados paraísos fiscales, que son territorios que cumplen dos condiciones básicas: un sistema tributario con cargas impositivas muy bajas y un nivel de secreto bancario propicio para realizar actividades dudosas, generalmente relacionadas con el crimen o la competencia desleal. Estas condiciones son muy usadas por multinacionales que habitualmente tienen la posibilidad de “escoger” el lugar donde declaran sus utilidades, pasando por alto que lo esperable es que ello se cumpla en el país donde efectivamente se desarrolla la gestión de la compañía. Estos “paraísos” han variado mucho con el transcurso de los años y, para cambiar la imagen que de ellos tenemos, cabe destacar que en un estudio reciente, en el octavo lugar de la lista aparece nada menos que Alemania. Sorpresivo, ¿no?
Seguramente los administradores o dueños de las empresas que recurren a estas prácticas podrán justificarse ante si mismos o sus pares diciendo que se ven en la obligación de usar dichas “estrategias” de manera de asegurar una ventaja competitiva que les permita sostener márgenes razonables para competir en mercados globales. Pero ¿cual es el impacto de estos flujos que salen de los países en desarrollo, sin haber contribuido de manera adecuada con el sistema tributario en rigor? Cada peso que sale ilegalmente del país es un peso que no tributa, por lo que se reduce la recaudación fiscal. Ello, al margen de la facilitación del crimen organizado que se genera, el incentivo a la corrupción y la pérdida de credibilidad y confianza en las instituciones por parte de los ciudadanos.
El mecanismo más frecuente por el que estos flujos abandonan los países es la manipulación de los precios de transferencia entre empresas relacionadas. Por ejemplo, dos empresas que operan en distintos mercados llegan a un acuerdo de negocio, como un joint venture, cuya forma legal no estará oficializado en ninguno de los países de las partes, sino en un tercero, de preferencia un paraíso fiscal. La empresa A exporta un producto al intermediario o palo blanco y éste exporta a la empresa B ubicada en el país de destino. El precio al que la empresa A exporta al palo blanco es muy bajo, pudiendo incluso operar a pérdidas (recordemos La Disputada, que tras operar por décadas a pérdidas, fue comprada por AngloAmerican en una suma exorbitante), para luego exportar nuevamente el producto, esta vez a su valor de mercado o superior a comprador final, permitiendo que las utilidades queden en el país del “centro”, sujetas al regimen tributario correspondiente, es decir, ninguno, con un secreto bancario que permite a los dueños de la empresas disponer de fondos libres de toda trazabilidad.
Según expertos de la Red de Justicia Fiscal, los flujos financieros ilícitos que abandonan Chile habitualmente son cuantiosos. Alcanzarían al 50% del gasto público, superando incluso el presupuesto disponible para educación o salud. La Global Financial Integrity, en su informe del año 2014, indica que entre el año 2003 y el año 2012, más de 45 mil millones de dólares habrían abandonado Chile en estas circunstancias. Ocho, si, 8 reformas tributarias como la implementada por el actual Gobierno. Imaginemos que esos recursos hubiesen tributado en Chile, bajo los esquemas actuales. Quizás tendríamos educación pública gratuita u hospitales en cada localidad que los requiere.
Sin ir más lejos, según una nota de prensa del pasado 12 de noviembre en Teletrece Radio, la fiscalía estaría indagando en Aduanas los antecedentes de SQM y la forma en que sus exportaciones habrían llegado a su socia KOWA en Japón, dado el bajo nivel de precios observado en las transacciones relacionadas, muestra de que se trata de un problema concreto y actual.
Por ello llama la atención que las autoridades del Ministerio de Hacienda sigan desestimando la existencia de evasión tributaria vía Aduanas, teniendo en sus manos un informe respecto a posible evasión aduanera superior a US$400MM durante el año 2013 en un sector de las importaciones nacionales, considerando los flujos financieros ilícitos salidos de Chile e informados públicamente por organizaciones internacionales y, ante la caida del precio internacional del cobre, la urgente necesidad de aumentar la recaudación fiscal para financiar con recursos permanentes los mayores gastos permanentes del Estado, particularmente en programas sociales. Especialmente cuando el costo de la recaudación fiscal en Chile es uno de los más bajos de la OCDE: por cada $100 recaudados el Fisco gasta $0,6.
¿Que espera el Estado de Chile para enfrentar de manera seria este preocupante tema? Porque este es un tema de largo plazo, de visión de país que supera a un Gobierno de turno. Ojalá en esto las autoridades políticas estén a la altura de las circunstancias.
Comentarios
16 de noviembre
EXCELENTE ARTICULO, LA VERDAD ES DEPRIMENTE EL ACTUAR DE LA CLASE POLÍTICA Y DE LAS AUTORIDADES RELACIONADAS CON EL TEMA.
+6
16 de noviembre
No pensé que existían este tipo de análisis al interior de Aduanas. Felicitaciones, y como estoy, lamentablemente, con licencia, leeré tus otros artículos. Un colega, también de profesión, de Aduana de Arica. Saludos.
+4
16 de noviembre
Gracias! Un abrazo!!!
17 de noviembre
Jorge
Excelente articulo,
El poder economico en Chile ya ha comprado las conciencias de nuestra Clase política, de cualquier color.
Este libre acceso que tienen las grandes empresas a hacer lo que ellos estimen conveniente, esta garantizado por las leyes hechas a su medida.
Negro seguira siendo el panorama, si los propios chilenos seguimos votando por los mismos politicos corruptos de siempre.
Un abrazo
Arnaldo Irurriaga
17 de noviembre
Un tema muy interesante, reflexionado desde el punto de vista de los actores principales, que lamentablemente no son escuchados por los gobiernos.
+5
18 de noviembre
Don Jorge:
Muy bien expuesto el tema, es un asunto de máxima gravedad y debe ser resuelto en el corto plazo siempre y cuando quienes deben resolver no sean previamente visitados por el hombre del maletín $$$.
Felicitaciones.
+1
18 de noviembre
¿Puedes aclarar si los 45 mil millones de USD mencionados corresponden a base anual o es el total que habría salido entre 2003 y 2012? Tampoco queda claro del texto si esos flujos corresponden al total no recaudado por el fisco o simplemente a flujos que salen del país antes de ser sometidos a tributación (por lo que solo se recaudaría una fracción menor del total).
Pregunto porque algunas afirmaciones hechas en el texto no parecen guardar relación con los datos. En efecto, la comparación con la reforma tributaria no parece justa, ya que los 8 mil millones de USD que se esperaba recaudar con ella son en base anual, mientras que el monto de 45 mil aparentemente es el total durante 10 años.
La otra afirmación que me llamó la atención fue aquella que menciona que los flujos salientes alcanzarían el 50% del gasto público (del orden de 31 mil millones si consideramos el presupuesto 2015), valor que parece diferente a los otros presentados en el texto.
Saludos,
Cristóbal Miranda
+2
19 de noviembre
Hola. Efectivamente se trata de un total entre 2003 y 2012… Y flujos de fondos, no recaudación posible. Gracias por la observación.
19 de noviembre
Hola. Muchas gracias por tu comentario.
Efectivamente se trata de un total salido entre el 2003 y el 2012, según una serie publicada por la Global Financial Integrity.
Se trata de flujos totales, por lo que los mismos podrían haber estado sujetos a tributación y la recaudación al erario no sería la cifra total sino una fracción.
Y ciertamente no es ni sería comparable con la recaudación posible de la actual reforma tributaria. No estuvo muy preciso el ejemplo. Buscaré otro mejor o precisar el ejemplo.
Por último, efectivamente la comparación con el gasto público no se hizo de forma correcta, toda vez que se trata de un estudio de la Red Latinoamericana de Justicia Fiscal que presenta la proporción de los FFI/PIB comparado con Gasto Público sobre PIB. Si revisas en mi cuenta de twitter podrás ver los gráficos y las fuentes asociadas.
Te agradezco nuevamente el comentario y rectificaré estos errores.
Un abrazo!
19 de noviembre
Jorge, he aquí uno de los motivos principales que no han permitido un real avance en las demandas de vuestro sector, mientras que a los ciudadanos comunes se nos «estruja» el bolsillo , se nos aumentan los impuestos y se nos controla con excesivo celo, otros festinan con esta cortina de humo en donde los de siempre siguen su interminable farra concentrando las riquezas , ya nada nos puede asombrar menos en nuestro Chile…..
+3
19 de noviembre
Notable Artículo, demuestra una vez más que en Chile, hay dinero, pero para comprar politicos para hacer leyes con cohecho, para comprar articulos militares de dudosa utilidad, para comprar «guanacos» u otros implementos para las fuerzas de opresión que son Carabineros, para evadir impuestos, o hay dinero de la ley reservada del cobre son usados por militares para apostar en casinos y no se les castiga por eso, pero no hay dinero para A) Mejores sueldos, B) Mejores condiciones de salud, educación y vivienda, C) Mejor Previsión Social, D) Una real red de alerta temprana y seguridad ante desastres naturales, etc.
Adicionalmente, demuestra que el «delincuente de cuello y corbata» es el peor ladron que existe y derriba el discurso de los partidos fascistas y neoladrones de «no hay dinero», que por lo demás éstos hasta el cuello con casos de corrupción y constantes formalizaciones ante los Tribunales de Justicia.
+2
22 de noviembre
Excelente articulo
De facil lectura y comprencion.
Gracias jorge por la informacion
+1
24 de diciembre
¿Quién es más culpable, la ninfa que en el lecho se desnuda, o el que atisba por el ojo de la llave?
¿Quién es más culpable el chancho o el que le pone el afrecho?
Yo que no soy político ni abogado, más bien estoy falto de luces, sin embargo me atrevo a opinar en este país democrático y republicano.
¡En lugar de escarbar el alambicado proceder del dinero cutre, ¿por qué no trajinar los bolsillos de todos aquellos ladrones mediocres sin ética (mediocres pues están identificados) que sirven al capital transando lo indebido afectando a todo un país como el nuestro? Tengo la impresión que es más fácil.
En la medida que van siendo formalizados los 15 0 17.000.000 de chilenos se lo agradecerán
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