Para el actual gobierno, uno de los aspectos valorados de la administración de Michelle Bachelet fue el proceso impulsado por el ex ministro de Energía Máximo Pacheco para discutir, participativamente, el futuro del país en un tema tan sensible y estratégico. Este trabajo derivó en el ingreso masivo de las renovables no convencionales a la matriz y un involucramiento multisocial en la discusión de la Hoja de Ruta, la Agenda Energía 2050 y la definición de políticas nacionales y regionales.
La discusión de la política energética durante el gobierno de Michelle Bachelet tuvo una relevancia especial para Aysén. Más allá de que uno de los factores que obligó al Ejecutivo a tomar con mayor responsabilidad la materia fue el movimiento ciudadano Patagonia sin Represas, la región junto a Magallanes fue la única que habría de contar con su propia Política Energética Regional. Y como nos señalaron sus impulsores durante gran parte del proceso, la Comisión Regional de Desarrollo Energético (CRDE) de Aysén que transitó ese camino fue una de las más activas, al igual que la participación en las reuniones, talleres y encuentros realizados por todo el territorio.La primera pregunta que surge es si el actual gobierno estará dispuesto a promulgar el decreto que oficializa la Política Energética Regional o, como se ha hecho recurrentemente en diversas administraciones, actuará con la máxima del nadie antes de mí, nadie después de mí.
El resultado final fue presentado en Coyhaique en febrero pasado por el propio ministro Andrés Romero, con un amplio despliegue comunicacional.
En paralelo, ciudadanos y organizaciones que participamos tanto en la CRDE, las mesas técnicas como los encuentros, junto a muchos otros ayseninos y ayseninas interesados, lanzamos en marzo la Propuesta Ciudadana de Política Energética para Aysén Reserva de Vida (PCPE-ARV). Sus tres ejes principales y secuenciales: Desartificialización mediante un modelo de desarrollo menos intensivo en uso de energía, eficiencia, ahorro, negawatts; Desmercantilización a través de autogeneración con ERNC; mercado con ERNC.
Tal es, someramente, parte del estado del arte en la discusión energética a nivel nacional y regional.
Por ello, llama la atención la invitación que han realizado desde el ministerio para asistir el 23 de abril en el taller participativo “Ruta Energética 2018-2022: liderando la modernización con sello ciudadano”, sin alusión alguna a la Política Energética Regional que el gobierno anterior impulsó, pero cuyo decreto de oficialización no alcanzó a dictar. Un alcance: aunque este pendiente suena complejo, es preciso recordar que el instrumento fue sometido a Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), por lo cual puede ser invocado vinculantemente en el marco del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. Es decir, todo proyecto debe demostrar su compatibilidad con esta política, el uso del territorio propuesto y sus objetivos ambientales, ya que aunque no cuenta con decreto su proceso de EAE logró concluir formalmente. Es más, fue este aspecto, la posibilidad de que la política tuviera incidencia en la evaluación de proyectos energéticos, el que fomentó nuestra permanencia en dicho espacio.
Dice la convocatoria que sería para “diseñar juntos el futuro energético de Chile y la región”. Un llamado extraño, por decirlo de alguna forma. Durante cuatro años estuvimos muchos y muchas asistiendo a múltiples reuniones, se realizaron talleres comunales y provinciales, se encargaron estudios, se gastaron varios miles de millones de pesos para contar con una Política Energética Nacional y dos regionales, al menos, y resulta que ahora hoy pareciera comenzar todo nuevamente. ¿Dónde quedó el reconocimiento a lo hecho, a los puntos altos que incluso Susana Jiménez planteó al señalar que la Agenda 2050 “marca las preferencias que tenemos como sociedad y, en ese sentido, estamos de acuerdo con eso”?
Lo dijimos cuando se lanzó la Política Energética de Aysén institucional. No es necesariamente la que aspirábamos en un 100 % desde la ciudadanía, pero representa un avance en términos de inclusión y en materias que creemos fundamentales. Por ello la PCPE-ARV fue elaborada, para poner los énfasis en los temas que consideramos debieran tener mayor relevancia que la polaridad que mueve el modelo de desarrollo nacional: a) generación y b) mercado. Es decir, a) artificialización de la naturaleza e impacto en comunidades y b) mercantilización de un ámbito que debiera ser un bien social y no un simple producto de consumo y venta. Aspectos que aunque pueden parecer alejados de la visión de este gobierno y de Jiménez en particular, ex subdirectora del Instituto Libertad y Desarrollo, la verdad es que existen puntos de encuentro cuando desde la autoridad se ha planteado que esperan impulsar con fuerza la Ley de Eficiencia Energética, la autogeneración (a través de la generación distribuida) y las renovables no convencionales.
Por todo ello, hoy la primera pregunta que surge es si el actual gobierno estará dispuesto a promulgar el decreto que oficializa la Política Energética Regional o, como se ha hecho recurrentemente en diversas administraciones, actuará con la máxima del nadie antes de mí, nadie después de mí. Desconociendo años de trabajo y esfuerzo común, millones de pesos invertidos, para hacer como que el país y Aysén comenzaron el 11 de marzo de este año.
Estas palabras se centran en que desde distintos ámbitos hemos consultado a la actual ministra de Energía si procederá en tal sentido. La respuesta ha sido el silencio… y esta convocatoria. Una que, si no se hace cargo de los pendientes, aparece como desvinculada con el trabajo territorial que se ha venido realizando desde hace tiempo ya.
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