Con la llegada del gobierno de Chile Vamos el 11 de marzo próximo, los grandes empresarios chilenos y sus ramificaciones internacionales están expectantes, saben que con el nuevo gobierno las restricciones que han tenido que soportar durante el gobierno de la NM dejarán de serlo y podrán ir por proyectos que fueron desechados en los últimos cuatro años. Saben que lo que complicó esas intenciones estaba en lo referente a temas sociales y ambientales y llega la probabilidad cierta que volverá el discurso que acomoda a los grandes empresarios, “los proyectos se justifican por la cantidad de puestos de trabajo que conceden” y donde los intereses de las comunidades no son relevantes a la hora de decidir, “porque el bien superior de la economía está por delante de los intereses de las comunidades”. Cuando en verdad ese bien superior muchas veces no es la economía del país y si de los intereses de los empresarios y sus ramificaciones con los gobiernos de turno, en los políticos que son parte del Congreso y muchas veces en los socios foráneos que son los financistas del proyecto.
Resulta inquietante constatar, que a pesar de toda la tecnología existente en la actualidad en pleno siglo 21, no se puedan llevar a la práctica proyectos productivos, sin generar destrucción en las regiones y sin saquear la sustentabilidad de las comunidades y su proyección de futuro. Es un tema que no se ha analizado como corresponde y es lógico de entenderse que existen proyectos que por muy rentables que sean son imposibles de llevar a cabo por la destrucción y la contaminación que generan en las regiones, o simplemente porque las comunidades han llegado antes con otras formas productivas. Otros proyectos para que sean viables necesitan de inversiones más onerosas que las pretendidas y algunos proyectos deben asociarse con otras empresas para ser sustentables y usar la infraestructura existente, para no destruir la sustentabilidad del territorio.
Esta semana el futuro ministro de economía del gobierno de ChileVamos, José Ramón Valente, al ser consultado por el proyecto minero-portuario Dominga y sin pensarlo dos veces expresó que lo consideraba un proyecto interesante. Al día después la futura ministra de Medio Ambiente, Marcela Cubillos, puso paños fríos a los dichos de Valente, diciendo: “que no había que adelantarse a los hechos y que se debe esperar la resolución del 14 de marzo próximo del Tribunal Ambiental”. Por otro lado el Pdte del Tribunal Ambiental, Daniel Guevara, dio inició a un proceso de desformalización del proyecto y comentó que contaba con la la aprobación de Andes Iron y del Servicio de Evaluación Ambiental, que actúa como secretaria del Consejo de Ministros, abriendo la puerta a aprobar el proyecto en el Tribunal Ambiental. Resulta inquietante constatar, que a pesar de toda la tecnología existente en la actualidad en pleno siglo 21, no se puedan llevar a la práctica proyectos productivos, sin generar destrucción en las regiones y sin saquear la sustentabilidad de las comunidades y su proyección de futuro.
Dominga es un mega proyecto perteneciente a la empresa chilena Andes Iron. Sus dueños son en un 75 % la familia Délano Méndez ( ex banco Penta) en un 14 % de la familia Garcés Silva y el 11 % restante es de propiedad de los ejecutivos de la empresa. El proyecto está situado en la comuna de La Higuera, en la Región de Coquimbo, cercana a la comunidad de la Higuerilla; comunidad que desde siempre se ha dedicado al turismo de intereses especiales, a la agricultura del olivo y a la pequeña minería. El proyecto ha tenido grandes y profundos conflictos políticos y de intereses creados como es la características de todos los megaproyectos en Chile. Tanto ha sido así, que los ejecutivos de la empresa han sido acusados de tráfico de influencias y el ex Subsecretario de Energía del Gobierno de la Alianza por Chile, Pablo Wagner, que en la actualidad cumple condena por cohecho en su domicilio, tuvo serias acusaciones de tráfico de influencia para concretar el proyecto en el 2012. La evaluación ambiental del proyecto Dominga ha sido muy deficiente y no es un dato menor que en su momento recibió más de 700 observaciones de parte de los servicios del Estado y el año pasado el Consejo de Ministros desecho el proyecto, al entender que no reunía las condiciones ambientales y sociales para llevarse a cabo.
El proyecto consiste en explotar una mina de hierro con cobre como subproducto, con operaciones que van desde la extracción del mineral, el embarque del concentrado para su comercialización en el exterior, incluyendo todos los procesos y la construcción de todas las instalaciones asociadas. Que son dos rajos abiertos y donde uno de ellos es comparable con el tamaño de Chuquicamata, una planta desalinizadora de agua, la construcción de un megapuerto de embarque y un depósito de relaves espesados.
La principal controversia del proyecto es la construcción del puerto para sacar el mineral, que está cerca de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt. Reserva reconocida a nivel planetario por su magnífica biodiversidad y que entre otras cosas es lo que sustenta el futuro de la comunidad de la Higuerilla orientada al turismo. De construirse el puerto, se contaminaran las aguas de la Reserva Nacional a raíz del intenso tráfico de embarcaciones de alto tonelaje, perjudicando la vida de los pingüinos, delfines y ballenas del sector y minando el servicio turístico que prestan desde la Higuerilla.
Andes Iron estratégicamente no presentó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del puerto y presentó únicamente el de la mina, a sabiendas que no tiene posibilidad de ser considerado sustentable al hacerle una evaluación profesional y seria, sobre todo, porque a pocas millas náuticas está el puerto de Coquimbo, que perfectamente puede ser utilizado para sacar el mineral, sin tener la necesidad de tener que construir un puerto para su uso exclusivo.
La Comunidad de la Higuerilla siempre ha tenido vocación agrícola y se ha relacionado con el mar en la actividad de la pesca artesanal. En el último tiempo dado el boom turístico nacional, la comunidad se ha estado orientando hacia el turismo de intereses especiales, prestando servicios de transporte guiado en embarcaciones a turistas que visitan la Reserva Nacional de Los Pingüinos de Humboldt y que además han estado incursionando en servicios de alojamiento en la localidad, que les produce un excelente rendimiento económico, social y cultural, que ha venido a tomar una gran cantidad mano de obra que antes no tenía trabajo y ha valorado mucho la plusvalía de las propiedades y le ha entregado un futuro sustentable a una comunidad que siempre fue olvidada.
Andes Iron maliciosamente sin escaparse a la regla de los intereses de estas empresas, intervino la comunidad otorgando beneficios con fondos concursables, en becas de estudio y wifi gratuito domiciliario a los habitantes de Higuerilla, a condición que los beneficiados apoyaran a la empresa públicamente y reconoció haber realizado donaciones reservadas a dos de los cuatro candidatos en las elecciones comunales del 2012.
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