Hace algunos días la Federación Chilena de Boxeo dictó el curso para entrenadores, una práctica que se realiza cada año, pero que en esta ocasión se desarrolló de manera diferente por su metodología y por la cantidad y diversidad de sus participantes.
En las versiones anteriores eran los entrenadores, con más de una década en la profesión, quienes asistían a estas capacitaciones, generalmente puros hombres y con tremendas trayectorias. Los mismos entrenadores de tantos campeones nacionales y que han mantenido el Boxeo en alto, a pesar de todas las dificultades y su invisibilización.
Este año el curso se realizó de forma mucho más contundente, abarcó una gran cantidad de áreas que buscan contribuir a una enseñanza profunda y completa del deporte, enalteciendo y profesionalizando cada vez más esta disciplina.Esta nueva camada de entrenadores se ha visto fortalecida con la mezcla multicultural, de género y etaria que nunca antes se había encontrado en la federación
En esta versión, la multitudinaria formación tuvo la presencia de jóvenes y mujeres que por primera vez le dieron un aire diferente a las instalaciones de la federación, con diversas vinculaciones al boxeo, algunas y algunos como ex competidores, otros como dirigentes sociales, otros desde otras artes marciales. Sorprendente para un mundo que por muchos años fue cerrado solo para el Box.
Desde la ascensión de Carolina “Krespita” Rodriguez cómo campeona mundial, son cientos las mujeres que se han acercado a este deporte, rompiendo paradigmas y prejuicios que por tanto tiempo les han impedido poder ejercer esta disciplina. Rompiendo, también, barreras culturales que forman parte del pasado y que, ahora, se abren camino cómo formadoras de nuevos talentos. Son ellas quienes cumplen un rol protagónico, confirmando que en Chile la Krespita marca un antes y un después en el Boxeo. Durante el curso también demostraron su sensatez y una mirada diferente, hasta formularon criticas a las prácticas y teorías más comunes.
Esta nueva camada de entrenadores se ha visto fortalecida con la mezcla multicultural, de género y etaria que nunca antes se había encontrado en la federación, casi cien personas de diferentes países y regiones se acreditaron cómo técnicos de boxeo, es por ello que se acrecienta la esperanza de poder hacer de este deporte algo cada vez más grande y más bonito, cómo lo fue en algún momento en nuestro país y que al parecer están en manos de esta generación. Son ellos y ellas, quienes -de manera acertada a mi parecer- se entienden cómo entrenadores de la vida, que comprenden que el boxeo es algo que va más allá de la competencia y que nos entrega herramientas para enfrentarnos a la adversidad, cómo en cada rond, con la convicción de levantarnos cuando nos caigamos y de luchar con toda nuestra fuerza contra los golpes que a diario nos toca recibir.
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