Gloria Lepilaf Ñonque es una poeta mapuche reconocida en La Araucanía, el país y el extranjero. Su última producción es una antología, “Somos Zomo” (Somos mujeres) que tuve el agrado de prologar, fue presentada a principios de marzo en la Biblioteca Municipal de la ciudad de Lautaro, lugar de residencia de la poeta que comparte con la localidad de Galvarino. La poesía de Gloria interpreta la mismidad mapuche en el ambiente urbano y rural, lo mestizo como lo ancestral con total autoridad de vivencia, tal como su poema “Utopía” entona en los aires de La Araucanía, con el que participó en el Primer Concurso de Poesía Identitaria, organizado por LITMU el 2017.
“Persigo mi sombra/ para sentirme niña/ y olvidar los años de camino cuesta arriba/ Tejo los últimos vellones/ en este largo invierno/ como una araña mecida en su tela de ensueño…” nos refiere a las dificultades de la pobreza, la necesidad, ese enclave que típifica la marginación oscura y obligada del pueblo mapuche usurpado, de manera que pareciera un sueño, algo ya ajeno a la actual realidad de la hablante, quien por tradición cultural trabaja la lana de oveja, riqueza característica por la que los animales son cuidados con esmero, el cullin que nosotros los mestizos champurrias interpretamos erradamente como dinero o papel moneda exclusivamente desde nuestra mirada occidental capitalista.
La niñez suele ser una recurrencia en su poesía, y recuerda los momentos de arrullo, de mecimiento, los brazos protectores de los padres o los mayores que cuidan y crían. Prosigue con la fe, la esperanza del apaciguamiento de la tormenta, en la expresión de la intimidad del tejido que produce el ensimismamiento, el volverse a sí mismo/a y encontrarse con el yo esquivo en la cotidianidad de los deberes. El arrullo, la tela de la araña, que simboliza el tejido igualmente indica los decires, la transmisión oral del conocimiento. El poema indica la importancia de lo pewma en la cultura mapuche, que son los sueños que hablan, y aquí es donde la poeta realiza una conjunción interpretativa entre los pewma y las revelaciones en sueños que la Palabra bíblica señala, una profunda riqueza cultural propia de la relación intercultural en tanto ella acude al llamado de Dios, criticada por muchos de sus hermanos mapuche, a veces tendenciosamente malinterpretada.Nos refiere a las dificultades de la pobreza, la necesidad, ese enclave que típifica la marginación oscura y obligada del pueblo mapuche usurpado, de manera que pareciera un sueño, algo ya ajeno a la actual realidad de la hablante
Por otro lado, en vez del celular o el despertador, un quiltro, el mestizo despreciado entre los canes entre la chilenidad, imagen de lo que somos los chilenos, anuncia el día para ir al centro urbano, por el aliciente tímido de un bono que apenas arranca una sonrisa en el rostro porque implica una devolución escasa ante la riqueza que ya no es propia, la alteridad subsidiaria- con algunos fardos de pastos para los animales, mientras las grandes extensiones de terrenos hoy pertenecen a nombres extranjeros, el “otro” despectivo, el ajeno, reinterpretando a Octavio Paz, que igualmente traduce el lenguaje de los bonos desde el concepto de la otredad cuando las vacas gordas –otros de los otros- se burlan de la que camina desde su tierra hasta el pueblo desde la tierra húmeda hasta el asfalto. Qué lástima no contar con más espacio para análisis.
Favor disfrute el video adjunto.
Comentarios
09 de abril
Felicidades, que hermosa forma de expresión, sobre la pobreza
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