Qué duda cabe, Pablo Larraín es un personaje conocido y re-conocido en el cine chileno de la última década. Ha desarrollado un arduo trabajo en la dirección de excelentes películas. Su calidad profesional es, para muchos, indiscutible, su nombre ha estado permanentemente en la prensa por películas como “No” o “El Club”y ambas ocuparon extensos reportajes en la prensa y en la televisión. Lamentablemente no pudieron alcanzar el máximo galardón del cine internacional, pero las recordaremos como un extraordinario aporte al cine nacional. Larraín es un buen cineasta y esperamos sus próximas producciones que, sin duda, nos impactaran y moverán a muchos a visitar las salas de exhibición.
Osorio es poco conocido, al menos en los medios de comunicación masiva. Su apellido, tan común como García o Soto, comenzó a aparecer con más frecuencia hace poco en la prensa. Al principio tímidamente, a propósito de algunos reconocimientos recibidos en el extranjero, pero en las últimas semanas, su nombre iba emergiendo con más fuerza porque su corto, “La Historia de un Oso”, resultó elegida para postular al máximo reconocimiento que internacionalmente una producción puede alcanzar: el Oscar, ni más ni menos.Que el trabajo artístico, fruto de espíritus libres, arriesgados, comprometidos con el pasado, el presente y el futuro nos ayuden a construir un Chile mejor.
Pero, en Chile, estábamos con el Festival de Viña… nuestros medios de comunicación se encontraban absortos de lo que sucedía en el mundo y estábamos muy concentrados con los vestidos ocupados en la alfombra roja y en los chistes predecibles y muy poco trabajados, de humoristas que descansaban, esperando su salario.
Así, “La historia de un Oso”, el trabajo de un Osorio -junto a su esposa y a su equipo- pasaban inadvertidos. Además, digámoslo con honestidad. Qué nos podía entregar un Osorio, sin tradición familiar, sin apellido, sin cobertura, sin maquillajes y sin prensa en Hollywood… nada, nada que esperar.
Pero, ahí la sorpresa para algunos y la gran alegría para muchos ante un resultado extraordinario. El Oscar recibido por Gabriel Osorio, este es su nombre completo, es el triunfo de una persona y de un equipo que busco transmitir un mensaje hondo, duro, pero lleno de esperanza.
El Oscar, no lo olvidemos, es el mayor reconocimiento que existe en el cine y Chile lo ha recibido. Que el descuido de la prensa y el desconocimiento de muchos nos ayude a poner nuestra atención ante lo grande que podemos hacer y no tanto en aquello que hacemos mal.
Que el trabajo artístico, fruto de espíritus libres, arriesgados, comprometidos con el pasado, el presente y el futuro nos ayuden a construir un Chile mejor. Que en este esfuerzo no primen los nombres ni los apellidos, sino que aquello que brota de lo más hondo de las persona sea lo que nos guíe y alimente. ¡Bien por un Larraín y mejor aún por un Gabriel Osorio!
Comentarios
29 de febrero
Estimado Hernan: Excelente su comentario, de verdad me siento totalmente identificado con lo que escribe en esta columna. Muy «interesante» el Festival, la alfombra roja, las y los mejores , o peores vestidos, la reina, el monstruo, eso si, parece ser ‘interesante’ , el argumento del corto de Osorio, quizá no tanto. Veamos ahora que solo gano un Oscar.
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29 de febrero
Estimado José Luis, gracias por su comentario. Pienso que este corto nos puede ayudar como país a volver nuestra mirada a lo vivido y sí valorar más el hoy. Ciertamente las cosas no están bien, pero si hemos avanzado.
29 de febrero
Me uno a su comentario. La belleza no tiene apellido, lo que pasa es que a veces el marketing y todo lo que conlleva nos quiere hacer creer que algo es bello cuando no lo es. Ojalá que este corto nos ayude a crecer como país en la construcción de una sociedad más justa y bella.
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29 de febrero
Estimado Wladimir, claro que la belleza no tiene apellidos…normalmente. Al igual que usted confío que este corto nos ayude a respirar un aire más sano. A todos nos hace falta.
01 de marzo
Estimado Hernán… Gracias por este sencillo y, a su vez, profundo y bello artículo.
La riqueza de nuestro país está en el trabajo silencioso y abnegado de muchos, no en acontecimientos superfluos que quieren enceguecernos y hacernos pensar ilusamente somos un país de luces y maquillaje.
El tesoro de nuestro Chile está en la realidad cotidiana, en las personas con su lucha y esfuerzo comunes, en lo extraordinario de las cosas pequeñas y sencillas.
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02 de marzo
Estimado Francisco Javier, gracias por tu comentario. Toda la razón en lo que dices. Muchas veces desde el silencio y alejados de los candilejas tenemos los mejores resultados. Lo sencillo nos hace crecer.
02 de marzo
🙂
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02 de marzo
Un adecuado comentario para un merecido premio. Lamentablemente casi todo Chile vive la magia hipnotizadora de los festivales coloridos y de dudosa calidad, la que tratan de salvar insertando artistas que hacen saltar los pies de viejos y de jovenes, pero que nada mas aportan. Ha servido como agente catalitico para olvidarse de las frustaciones y luchas pasadas durante el año y de volver a la dura realidad como medio «liberado» de los odios vividos. Todo esto com bajo una droga hipnotica en que la rienda suelta es lo mejor y sin tener de que preocuparse ni pensar, si, de pensar y analizar lo que este corto metraje, La historia de un Oso, como dice Hernan Enriquez, nos puede hacer pensar en lo vivido y valorar en conciencia nuestras vidas de hoy.
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04 de marzo
Estos estímulos ciertamente que nos pueden ayudar a valorar aquello bueno que hoy vivimos y que no es poco.
03 de marzo
Estimado, comparto con usted y considero que no es ni la primera ni la última vez en la que se ha aplicado la omisión de noticias, dando énfasis a otras que pueden lograr mantener un rating alto y estable. Es cierto que, efectivamente, su estrategia funciona para el objetivo buscado, sin embargo, esto solo deja entrever las prioridades del público al que está dirigida, aquel que prefiere noticias rápidas y fáciles de entender, de poco contenido, en definitiva, superficiales. Es así como se da preferencia a un partido de futbol, mientras que cientos de profesores se movilizan para reclamar sus derechos, se prefiere la farándula festivalera a la exposición de un corto, con forma y contenido tan profundos, que logra ser premiado con el máximo galardón en su área. La lista de casos es larga, pero la pregunta siempre es la misma: ¿lo que buscamos es acaso, vivir «de pan y circo», libres de las preocupaciones y de una postura reflexiva respecto a los problemas nacionales?
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04 de marzo
Lamentablemente la prensa en muchas ocasiones se transforma en medio de distracción ante lo importante, quedándose en lo básico y superficial. Pienso, eso si, que esto no es casualidad.
03 de marzo
01 de marzo
Un oso sin apellido….? TOOOODO lo contrario. SI tiene apellidos que son los que nos marcan y distinguen de los demás. Tiene apellidos en que se nos habla de la “dictadura” y del dolor y de cuanta alegoría se encuentre sin dueño pero que sirva a los fines que Larraín persigue con tanta saña y encono: destruir lo que su padre -errado o no- construyó y cree. Encuentro de una candidez horrorosa tragarse este “corto”, encontrarlo bueno y prorrumpir en loas atosigantes y atorantes con aquello del “nunca más” repetido desde más de cuarenta años en que sólo UNA parte a tenido el apoyo económico estatal para exponer esta verdad a medias que se transforma merced al alambique verbal, en una mentira a medias…. y Ud., “pastor” entre irenismos varios nos dice que este oso no tiene apellidos…? bendito sea Dios que permite al día de hoy, poseer ideas propias, criterio y también memoria.
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03 de marzo
Gracias por su articulo
Muy emocionante. llore de emocion y felicidad.
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04 de marzo
Gracias a usted.