El 28 de julio se realizó en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Concepción y “El Encanto”, camping cercano a Dichato, el Primer Encuentro de Ex Alumnos de Filosofía de esta Casa de Estudios Superiores. La propuesta de los organizadores fue encontrarnos inicialmente en el histórico Foro, aquel donde las escalinatas son testigos de que sentarse en ellas era causal de sanción (suspensión) por uno o más semestres académicos, dada la implicancia que el simple acto de posar las sentaderas ahí era rebeldía absoluta al régimen dictatorial vigente. Fuimos llegando poco a poco, muchos sin reconocernos, tanto porque éramos de diferentes generaciones académicas, como porque los años han pasado y se han quedado en nuestros cuerpos.
Posteriormente fuimos invitados al Departamento de Filosofía; otro, porque al menos el que yo conocí en los ’80 quedaba en la misma calle pero era más luminoso y pequeño, con dos construcciones; y después hubo apenas un espacio en la Facultad de Educación. Nos reencontramos con nuestro querido profesor Patricio Oyaneder, de Filosofía de la Cultura, una asignatura maravillosa, muy querido por todos, especialmente las mujeres por su característica caballerosidad, un gentleman; el Profesor de Lógica, Eduardo Núñez; la profesora de Gnoseología, Sra. Felicitas Valenzuela; el ex compañero de carrera de varios de nosotros, hoy académico, Rodrigo Pulgar. No se olvidó de invitar a las “cantantes” de la carrera –otra vez quien les suscribe- y Verónica Cerda P., con la compañía de un ex alumno poeta (Roberto Poblete), otro ex alumnos músico (Sergio Barría), y Gastón Ortega, pareja de una ex alumna de la carrera, con un breve repertorio adecuado a la oportunidad; un grato momento de rejuvenecimiento para todos.
Posteriormente, la excelente organización nos tenía preparados dos buses para llegar a “El Encanto”, donde se nos esperó con un fino coctel de fina correspondiente al evento, con el hielo inicial propio de las relaciones sociales traspasado, y el almuerzo. Y las conversaciones, los recuerdos, las múltiples emociones. De pronto vi a un varón mayor y le pregunté de qué generación es; hablo de un alumno de los años ’70 que logró reincorporarse gracias a la gestión de quien les suscribe a través de la ANEUS (Agrupación Nacional de Estudiantes Universitarios Sancionados), organizada en la zona igualmente por mi (desde ahora comenzaré a decir las cosas como fueron, sin falsa modestia, porque me costó no sólo tiempo y dedicación), que se encontraba implementada a la fecha en Santiago, y donde hice uso y abuso de las instalaciones de la FEC (Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción). Una gran alegría encontrarme con alguien de aquella época que recordaba el nombre por el que era conocida y del que muchos creyeron era mi chapa política, como se estilaba en otras circunstancias de la época.Es preciso recordar lo que hemos hecho. No somos libros sin contenido, ni tabulas rasas ingenuas. Este Encuentro fue regresar a la leche materna, e incluso el calostro de nuestra fuerza social que tanta falta nos hace hoy.
Debo reconocer que los recuerdos me produjeron un ataque hipertensivo desde que llegué a Concepción exclusivamente para este Encuentro. Caminar por las calles del Paseo Peatonal era andar entre fantasmas; de pronto aparecían los amigos, las compañeras del Hogar Los Aguilera, los integrantes de diversos movimientos sociales y culturales de la ciudad ochentera en pleno 2018. La historia de la FEC, que falta por escribir; la gente de quienes aprendí del análisis teórico imprescindible, todo estaba allí. No podía faltar el Senador Alejandro Navarro, amado y detestado por muchos pero no por los mismos, gran cooperador en el evento, siempre bueno para bailar, que me recordó aquella vez que bailamos una noche entera “Estoy verde” de Charly García desde una casetera vieja que debíamos retroceder con un lápiz bic cada vez que el tema acababa, porque el resto de la cinta estaba gastada, mientras otros jugaban ajedrez en un tablero imaginario; al tiempo que afuera unas camionetas de vidrios polarizados esperaban que alguno osara salir del recinto en horas de la noche o la madrugada.
Es preciso recordar lo que hemos hecho. No somos libros sin contenido, ni tabulas rasas ingenuas. Este Encuentro fue regresar a la leche materna, e incluso el calostro de nuestra fuerza social que tanta falta nos hace hoy.
Comentarios
07 de agosto
Qué bien Patricia todo lo escribes y describes, tus recuerdos y emociones. Fue un magnífico encuentro y esperamos todos que se repita. Saludos desde Concepción
+1
11 de agosto
Siempre me he preguntado el porque se perdió la filosofía, esa luz que nos iluminaba, ese pensamiento que nos recordaba que nuestras capacidades mentales son casi infinitas, pienso que cayo en los interticios del lenguaje y se enrollo allí, no pudo salir. Por otro lado , creo que tambien fue atrapada por Marx, se llenó y se encantó de unas ideas que falsean la realidad y que como consecuencia secaron sus vertientes antes vivas y llenas de sabiduría, esa extraordinaria mezcla de conocimientos, sensatez y prudencia de que hacian gala los filósofos.
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