La poeta aduce al linaje ancestral de la niña mancillada, la que debió poseer el kvpalme (puede decirse que es el apellido, según de la costumbre europea o chilena, en este caso), que es el nombre que expresa el origen y linaje, el tuwvn familiar (territorio); es decir, no se trataba de una joven “de origen desconocido”, como se suele señalar desde la mirada occidental, porque entre los mapuche hay un estricto sentido de pertenencia, de linaje, que sufre el avasallamiento histórico interpretado en la violación a mujeres, trofeo concupiscente, tan propia de las guerras o invasiones.
María es un poema que participó en el Primer Concurso de Poesía Identitaria de La Araucanía, organizado por LITMU el año 2017, que desnuda una realidad acallada por la costumbre de silenciar la vergüenza del oprobio del abuso hacia el avasallado y despojado, más cuando se trata del silencio pactado tácitamente por el patriarcado de las violaciones a mujeres con que se escribió la historia de nuestra región y el país, donde el dedo social acusador apunta homicida hacia la víctima.
El poema señala el resultado de un embarazo indeseado producto de su condición subordinada de mujer pobre y mapuche (léase la relación inseparable de racismo y clasismo tan propia de la identidad estratificada en Chile), la realidad de la vergüenza, la culpa en que la víctima es envuelta por el juicio social, la soledad y el abandono, un desierto despiadado en que la cultura de la época –y aún hoy- condena a las mujeres violadas, a las madres solteras, a las abandonadas; y la resolución del rechazo al hijo de un “otro” extraño violento no querido: “Por ser sola frente al mundo inclemente/ que un día de cuclillas frente al fogón en llamas introdujiste una cuchara/ para arrancar al crío.” … “Gritaste tú, gritó la noche./ Gritaron los espíritus de pavor y de espanto…” La poeta interpreta maravillosamente la relación cósmica del pueblo mapuche con el Todo, donde el horror de la muerte en la destrucción de una vida en ciernes a cambio de la propia, hace exclamar a la misma noche y sus entidades invisibles, Lilith judaica, que en este caso, de acuerdo al estudio de María Ester Grebbe (1987) corresponde al período denominado “pun” o “puni”, el período nocturno más extenso donde se duerme profundamente, y hay pocas o ninguna mirada censuradora ante el hecho adverso, y que contiene en sí mismo el kronos desde dumiñi hasta kuñepüle-pun, tiempo malo de wekufe (espíritus malignos) y kalku (brujo). Tal es el espanto de la noche, en este caso, que aún los espíritus que no son buenos, se conmueven ante la atrocidad del aborto inmisericorde con el hijo y ella misma, de una mujer desamparada y abandonada en la Nada, el lugar vacío por excelencia de la vida de atropello que ha sufrido.
La poeta describe la muerte del feto y la madre, las cenizas que se esparcen ante el golpe de la sangre a borbotones, en un suave verso: “Confundidas las brazas de sangre continuaron sus cenizas esparcidas al aire.”, y el rescate de la memoria de aquellos secretos a voces que en la zona campesina se ocultan o se conversan escasamente ante la muerte que siega la vida de una mujer deshonrada, donde hay un culpable, que es el violador, y muchas culpas personales en las conciencias de la identidad local: “Yo voy ignorante sobre ruinas por esta tierra herida del mutilante destino, absorta de sombras, de normas establecidas.” El rescate que realiza la poeta habla de los estereotipos, la obligación social del rol femenino, las sombras y las normas establecidas por el habitus cultural bourderiano en la Mater Familia virgen-inmaculada, en la que ante la evidencia de la cruz de madera añeja, se realiza la sinopsis de la historia de vida de María, conociendo esa verdad acontecida en una zona de La Araucanía llamada Copihuelpe.
Las nuevas generaciones son las que rescatan la memoria de los que se cuenta en el campo, las identidades cercenadas por la transculturación y el olvido. La poeta pertenece a las voces de la memoria que en la identidad local acarrea la historia de un territorio y, por tanto, un linaje, a nosotros a través de la poesía.
Por favor, vea el video agregado, que fue grabado ante la tumba de “María”, una mujer como nosotras.>
Comentarios
01 de marzo
Hermoso
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