De un modo harto evidente, esta tierra pide agua. Y, sin embargo, en el lenguaje de esos comunicadores de masas, cuando han llegado estas lluvias, se las identifica como “días de mal tiempo”.
Se produce entonces una disonancia entre el bien de lluvia para un país y una naturaleza en sequía extrema, y el mal de lluvia para unos encargados de programas de televisión o radio.
Esta es una reflexión a propósito de lengua, de cómo hablamos los chilenos nuestra naturaleza. Por cierto, cómo hablamos resulta casi igual a cómo pensamos. Así pues, ¿cómo hablamos de las lluvias, ya que recién hemos tenido un fin de semana abundante en ellas?
Claro que no es lo que pensemos nosotros, quiero decir los chilenos de a pié como usted y yo. No. No somos precisamente nosotros. Son los locutores de los programas de los medios de comunicación de masas. ¿Cómo hablan/piensan las lluvias estos agentes de la opinión pública en una sociedad donde la imagen de los medios vale algo más que mil palabras? ¿Cómo piensan ellos por nosotros?
Estábamos en una sequía tremenda. Tan formidable que por sectores completos de la zona central de Chile se han secado completamente tranques y embalses. Más grave: hace meses se comenzaron a secar los pozos y a disminuir dramáticamente los niveles de aguas en las napas subterráneas.
Ha sido tan fuerte que relictos de bosque nativo adaptados a la sequedad típica de esta zona para parte del año, han comenzado a no resistir. Quillayes, peumos y hasta litres y ¡espinos! se observan frecuentemente pasando del verde al amarillo, se les caen las hojas y sus troncos se vuelven negros de muerte.
De un modo harto evidente, esta tierra pide agua. Y, sin embargo, en el lenguaje de esos comunicadores de masas, cuando han llegado estas lluvias, se las identifica como “días de mal tiempo”. Se produce entonces una disonancia entre el bien de lluvia para un país y una naturaleza en sequía extrema, y el mal de lluvia para unos encargados de programas de televisión o radio.
Sin duda algunos perjudicados con las buenas aguas habrá entre los humanos. Inundaciones en poblaciones de “gente vulnerable” -como se dice ahora con rebuscada siutiquería de política pública. Uno se puede preguntar entonces si es el agua o es la desigualdad social lo que funciona para producir esos resultados.
Pero el modo de hablar dice el modo de pensar: si las lluvias son “mal tiempo” y nadie en su sano juicio, ni entre los “pudientes” ni entre los “vulnerables”, quiere cosas malas para sus días (ya con las que tenemos nos sobra), ¿habrá que suprimir de la naturaleza las lluvias?
Este tipo de absurdos genera el lenguaje y la cultura urbana posmoderna. En elementos sutiles de cómo enseñan a hablar/pensar los medios masivos de comunicación, se genera una actitud antinatural porque desprecia la mitad al menos de las cosas que en la naturaleza suceden.
De tanto repetir este fin de semana que en el Chile de la zona central estamos pasando por un frente de “mal tiempo”, uno involuntariamente quiere terminar rápido con él, de modo de encontrarnos pronto con el “buen tiempo”.
La gente de campo sabe muy bien lo buenas que son las lluvias. La gente que bebe el agua de los pozos de aguas subterráneas está agradecida del cielo por tantas nubes que ha traído por fin.
Y todos sospechamos, además, que lo perverso de esta expresión: que las lluvias son equivalentes a “mal tiempo”, tiene mucho que ver con una cultura y un tipo de vida que está provocando el fenómeno llamado de “calentamiento global”. Mientras más nos sigan repitiendo majaderamente los noticieros eso del “mal tiempo”, más estarán cooperando para ocultar la necesidad de que, ni buenos ni malos, los estados de la naturaleza no sigan siendo alterados ya desde la más simple y directa manera que tenemos para hablarlos y pensarlos.
Comentarios
28 de mayo
Las lluvias, además de bendecir a la tierra y a su vegetación, nos brindan un par de días de aire puro, reconfortante, vital.
¡ Nada de mal de tiempo ¡
0
31 de mayo
Durante miles de años ha habido dioses de las lluvias y de las aguas, porque nuestra especie siempre la ha valorizado.
Ultimamente se ha entregado como propiedad privada a algunas empresas y cuando llueve, efectivamente se habla del mal tiempo. Tal vez los nuevos «dioses» de los medios de comunicación, del consumismo y del lucro crean que ya han conquistado el Parnaso, pero se equivocan, las personas amamos el agua y la defendemos.
+2
18 de julio
Hola Alejandra.En ese caso tambie9n funcionareda. Aunque es algo ictdrenio, y puede que e9l no se de9 cuenta, sf3lo te dareda pie a hacerlo en el caso de que e9l comenzara a hablar sobre algo interesante. En el caso de que el chico no dijera nada lo bastante interesante como para hacerlo, simplemente puedes narrar lo que este1s haciendo. Es decir, cogeredas tu tele9fono mf3vil e indicaredas que vas a desconectarlo diciendo algo ased como: a1Ay! Espera que se me ha olvidado desconectar el tele9fono, que no quiero que nos interrumpan [despue9s sonredes] y con eso debereda ser suficiente para que e9l lo hiciera tambie9n (si no lo tiene ya desconectado).Un abrazo, Alejandra.c1frica Bos.
17 de julio
Veamos, acabo de vivir una relacif3n dioamgs poco comfan dentro de mi experiencia anterior. Se ha terminado y me gustareda conocer desde el punto de vista de la mujer que9 ha pasado, que9 he hecho mal y si puedo hacer algo afan. Hace me1s de un af1o conoced a una chica que me gusta mucho, en aquel momento le propuse ser algo me1s, pero ella prefirio que fuesemos amigos. Hemos estado viendonos los findes desde entonces, nuestra relacif3n nunca me parecif3 lo propio de dos amigos pero como ella lo dijo ased Un deda nos liamos y asi varias citas pero, por sorpresa, se ha alejado y me ha dicho que ha vuelto con un ex que dejf3 hace 5 af1os
-1