"El invitado invisible". Así etiquetaba Gonzalo Oyarzún hace unas semanas a la lectura digital, que de manera obstinada sigue siendo ignorada tanto en los estudios sobre lectura en Chile, como en los reportajes que cada cierto tiempo abordan desde los medios de comunicación la pregunta sobre cuán lectora es nuestra sociedad.
Ayer El Mercurio titulaba en su cuerpo Artes y Letras con
"el incierto panorama de la lectura", pero en el cuerpo del artículo más se hablaba del panorama del libro (y de una cierta manera de entender el libro y el fenómeno de la lectura). Sin duda, los resultados de la última medición SIMCE, que tienen que ver con un debate de otro calado (la calidad de la educación chilena), vuelven a poner sobre la mesa la importancia de la lectura (en especial de la comprensión lectora) como eje central de todo el proceso de aprendizaje. Pero seguir asociando lectura con libro es parte de la miopía.
Desde el año 2000, la Federación de Gremios de Editores de España publica periódicamente el Barometro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros.
En su última medición, correspondiente al primer cuatrimestre de este año, un resultado sorprende: el porcentaje de españoles mayores de 14 años que se declaran lectores pasó del 55% al 91%. ¿La razón? Por primera vez, se incorporó la lectura en soportes digitales, así como se midieron hábitos de lectura no recreacional. En el mismo estudio, conforme bajamos en el rango etario, mayor importancia de los soportes digitales (computadores, celulares, agendas electrónicas, ereaders, etc) en la lectura: en el grupo entre 14 y 24 años, el 97,3% se declaran lectores, y el 81,2% dice hacerlo en medios digitales, cifra que va cayendo hasta el 27,2% en el grupo de 56 a 64 años, pese a que el porcentaje que se declara lector se mantiene relativamente estable.
La lectura digital es una experiencia cotidiana cada vez más frecuente en cantidad e intensa en calidad. Cada vez son más las horas que estamos expuestos a algún soporte que permite leer en pantallas y cada vez son más diversos los tipos de lecturas que realizamos en esos dispositivos, tomando en consideración que,
como explica Daniel Cassany, la estructura hiper e intertextual hace al escrito electrónico "más abierto (porque admite actualizaciones continuadas), versátil (permite diversidad de itinerarios de lectura), interconectado (relacionado con el resto de la red) y significativo (multiplica sus posibilidades interpretativas)”.
El correlato de ese escrito electrónico es ese
lector mutante descrito por Alessandro Baricco como un bárbaro, en el mejor sentido de la expresión, uno que no respeta tradiciones (el libro impreso) y que ha desarrollado habilidades para una lectura más extensa pero de menor profundidad. ¿Es esta una mejor lectura? ¿Se está barbarizando la lectura y, por lo tanto, unos de los pilares de la educación?
No faltan las voces que de manera regular hablan de lo digital en general, y de Internet, en particular, como una distracción. El punto es que, como bien rescata el estudio de los editores españoles, es una "distracción" a través de la cual leemos, y cuanto más jóvenes somos, mayor tiempo le dedicamos. Quizá, entonces, ha llegado la hora de tomarse en serio una idea: la de la experiencia continua y multisoporte de los nuevos lectores, una en la que no es importante cuántos libros compramos o leemos, sino entender y fortalecer el ecosistema lector en el que ocurre. Y esto,
como ayer decían a raíz del uso de tecnología en educación, es entender que el lector habita en el mundo.
Esa sola premisa entregará una gran certeza: que hoy se lee más que nunca.
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Comentarios
10 de agosto
La autora del artículo mercurial, Estefanía Echeverría dijo:
«En ese sentido, el Plan Nacional de Construcción de Bibliotecas, a cargo de la Dibam, ha buscado dotar de bibliotecas a las comunidades con más de quinientos mil habitantes, lo que significó entre 2007 y 2009 una inversión de diez mil millones de pesos.»
Lo que es un yerro absoluto, porque el Plan Nacional de Construcción de Bibliotecas tenía como objetivo dotar a TODAS las comunas de Chile de una biblioteca pública, y muy pocas comunas superan los 500 mil habitantes.
Más información sobre el Plan Nacional de Construcción de Bibliotecas, acá:
http://www.dibam.cl/bibliotecas_publicas/contenido.asp?id_contenido=1601&id_submenu=1570&id_menu=28
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09 de octubre
Es cierto, la lectura virtual engrosa las estadìsticas sobre hábitos lectores y es en cierta medida una democratización del conocimiento en cuanto la facilidad de acceso a la información que implica, pero también pone de manifiesto la necesidad de formar competencias de análisis de ésta y de análisis de los discursos mediáticos no literales a los que se ve relacionada. Como para todo lo virtual llega un momento en que es necesario complementarla con el libro físico que implica el ritual de desconexión de todo lo que no es el mundo leído, tal vez es una idea romántica pero el libro y el olor de su papel es todavía irremplazable.
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