En unos de los tantos encuentros literarios realizados en La Araucanía escuché declamar a un hombre sencillo, algo tímido, unos versos que hablaban de su esforzado trabajo campesino como padre de familia para criar y educar a sus hijos. Me emocionó el relato de la historia contada en los versos, y la honestidad con que las letras escritas expresan del alma del poeta imperialino, según supe posteriormente, era su nombre de presentación con el que es conocido en la zona.
Nacido el 22 de febrero de 1947 en Pichi Pillahuén, comuna de Lumaco, provincia de Malleco, crecido en la Cordillera de Nahuelbuta, comenzó a trabajar a muy temprana edad. Hijo del rigor, una vez casado con doña Eduvina B. Garrido Cerda, trabajó en la propiedad matrimonial, en la Cordillera de Nahuelbuta, haciendo estacas, carbón y procesando madera, con lo que pudo educar a sus hijos, hoy todos profesionales.
El año 2012 comienza a escribir sus vivencias como relatos en verso, aconsejando y expresando sus conclusiones de vida a través de los textos que declama en la forma más prístinamente campesina, no como pose, sino con la identidad propia del hombre de campo. Ha participado en antologías junto al Círculo de Escritores Juvencio Valle de Nueva Imperial, al que pertenece, años 2014 y 2018.
…el poeta imperialino, como la mayoría de los autores de La Araucanía, mantiene el sello ineludible de la identidad territorial, la militancia en defensa de la naturaleza que se seca por intereses imperativos del mercado…
He tenido el privilegio de tener en mis manos su trabajo poético, al más puro estilo de la existencialidad sabia de un hombre de esfuerzo, por la lucha insistente de quebrantar el sino de la dureza del trabajo campesino por sus generaciones, sus hijos y descendencia. La sabiduría, incluso inocencia de sus textos, habla de la pureza de las almas tratadas por la vida, donde pese a la dureza laboral y el esfuerzo físico, es capaz de procesar reflexión filosófica, la masticación cognitiva de la praxis con y contra la montaña, la lucha del hombre y la naturaleza primitiva en su manifestación más estricta. ¿No fue Salomón quien pidió por sobre todas las cosas, sabiduría? Hay hombres como don Gabriel Mena que la obtuvieron sin darse cuenta, y es lo que sus versos manifiestan, intérpretes de su forma de vivir y ver la vida.
Sus poemas no han sido corregidos, y es posible que un/a académico/a no sea capaz de sumergirse con naturalidad en las aguas que don Gabriel presenta en la lectura, porque no hay una norma literaria que calce si no se entiende que es poesía campesina pura. Por otro lado, el poeta imperialino, como la mayoría de los autores de La Araucanía, mantiene el sello ineludible de la identidad territorial, la militancia en defensa de la naturaleza que se seca por intereses imperativos del mercado, y que se manifiesta en su poema, primera vez presentado a la luz pública, justo acá, “Nuestra Montaña”:
Qué hermosa está nuestra montaña en los cerros de Nahuelbuta donde el puma allí disfruta cazando los animales. Agazapado el puma mirando entre las matas, si puede atrapar alguna. Los ovinos indefensos sólo suelen arrancar cuando ven un puma inmenso con las ansias de cazar. Las ovejas, los potrillos y otros bichos del lugar cómo arrancan por los cerros para poder escapar. Ahora ya no queda nada, ya no hay gente en el lugar. Ahora sufre el pobre puma, ya no encuentra qué cazar. Yo conservo todavía nuestra tierra en el lugar protejo el nativo de la empresa forestal. Qué da pena ver ahora la Cordillera de Nahuelbuta, se acabaron las montañas, ahora nadie las disfruta. Las empresas extranjeras que salieron al camino le pagaron una miseria por la tierra al campesino. Ahora seco’ están los cerros, ya no corren las vertientes, los esteros se secaron, ya no hay agua de corriente. Esas aves de montaña que gritaban días enteros, el chucao, la torcaza, la perdiz y el carpintero, esa montaña tan hermosa mucha vida ya nos dio, esa tierra, esa madera que mi suegro me dejó.
Esperamos tener una grata sorpresa prontamente con el trabajo de don Gabriel Mena, el Poeta Imperialino y quien suscribe. Sólo necesitamos el anhelado financiamiento por el que todos los gestores culturales luchamos día a día.
Comentarios
16 de marzo
Excelente presentacion, e historia de un hombre de campo, naturalidad y esfuerzo.
Mi padre.
+3
16 de marzo
Nunca imaginé del gran talento literario que estaba guardado en esta tremenda persona. Muy contenta y feliz de que sea reconocido por sus poemas, por la sencillez y por la gratitud hacia lo que describe, la tierra, la cordillera, el agua que ya casi no nos pertenece, sino al empresariado. Orgullosa de que en mis venas tengamos un poco del mismo adn. Grande tío Cano Mena.
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18 de marzo
Exelenre!
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