Si, para variar tengo más ganas de desahogarme que de reflexionar sobre algo que pocos leerán y muchos menos comentarán.
Debido a mi residencia en una comuna rural de la región del Maule, la posibilidad de ir y volver a Santiago me es imposible, envidio por tanto a viñamarinos y rancagüinos en ese sentido, pero no los envidio tanto como a todos esos menores de 20 años que tienen la posibilidad de ir a conciertos de la talla de Foo Fighters, Rolling Stones, Metallica, Kiss, Iron Maiden y cuántos otros más, única y exclusivamente, porque desean vivir la experiencia de escuchar la música de sus padres y hermanos mayores.
Si, lamento enormemente que Santiago, en términos de grandes conciertos de artistas que me gustan, es Chile, pero lo que más lamento es darme cuenta tan tarde que esta es y será, de ahora en adelante, la razón que determine mi intención de voto.
¿Suena superficial?, puede ser, pero poco me importa, años creyendo a raja tablas que los políticos harán la pega, me sigue demostrando que mis preocupaciones por una gran ley de salud mental (o salud integral) son tan utópicas, cómo una ley de pensiones digna o una ley de extranjería que se preocupe tanto del ingreso de personas peligrosas, cómo de la exportación de delincuentes criollos. Para que hablar de Violencia Intrafamiliar, Pedofilia o Programas de Educación Sexual o Convivencia Escolar, al final del día es todo 10%s y maneras de evitar resolver los conflictos en la Araucanía, o Macrozona Sur…Lamento enormemente que Santiago, en términos de grandes conciertos de artistas que me gustan, es Chile
Probablemente alguien me dirá que no es rentable trasladar un concierto a regiones, momento en que mi respuesta probable se musicaliza con Pantera y un poco de Rage Against de Machine; habrán quienes me digan que es para prevenir episodios de violencia, obviando la picantería vista en el estadio más acomodado de la capital.
En fin, está decidido, mis futuros próximos serán tan egoístas y burdos cómo quienes hoy están en la Convención, básicamente, si no se promulga una ley espejo que obligue a las grandes productoras de eventos a traer grandes conciertos de Rock y Heavy Metal a Talca, Concepción, Temuco, Serena, Valdivia, Osorno, Chillán, Punta Arenas, y Puerto Montt… el voto se anula.
La política criolla es tan, pero tan, pero tan, pero tan penca… que no tiene sentido seguir pidiendo que persigan grandes transformaciones, por lo pronto sólo necesito algo de Rock and Roll.
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