Puteando en democracia

(Rae: Putear: Injuriar, decir palabras soeces de alguien)

Nos gusta alzar la voz y repetir improperios para propiciar el cambio social que sentimos merecer, por Dios que nos gusta, más si apuntamos a la televisión o nos escondemos en el anonimato de las redes sociales, desconociendo lo desfavorable que resulta para nuestra salud mental, en tiempos de pandemia, simplemente odiar al viento.

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Puteemos menos, opinemos más, cuidemos el karma y ofrezcamos un autocuidado activo a nuestra Salud Mental, que hoy más que nunca requiere de paciencia y calma

Sin querer ser más papista que el Papa, hago mi propio mea culpa, como todo chileno amante de su derecho de libre expresión, en innumerables ocasiones he calificado, a viva voz, de bolsa escrotal, a varias polillas electas por la ciudadanía y a uno que otro pastel designado, ¿y que he ganado? Simplemente sumar negativamente a mi karma.

Estimados lectores, son las 2:28 de la mañana y me veo despierto escribiendo esto en mi teléfono, pensando en compartirlo con ustedes pronto, y la razón de ello es visceralmente honesta, me he dado cuenta que no sirve de nada putear, todos vivimos bajo un modelo que solo cambiará, si hacemos un uso eficiente de nuestro intelecto.

¿Que quiero decir con esto? O en términos aún más concretos ¿Qué indicación profesional estoy entregando en base mis 15 años como psicólogo?

Si me pongo esotérico, tengo la sensación de que esta pandemia es un brutal mensaje de la Madre Naturaleza, haciéndonos ver un somos extinguibles, forzándonos a reflexionar sobre nuestra propia existencia y todo aquello que es imprescindible, a tal punto que hemos podido darnos cuenta sobre la fragilidad del sistema financieros global, que parece depender de nuestra afición por comprar cosas que no necesitamos, Tyler Durden algo nos decía algo al respecto.

Si me pongo político, hemos sido capaces de apreciar la importancia de nuestro voto, porque más allá de los afectos que suscite Jaimito, si ponemos nuestros ojos en Estados Unidos, Venezuela, Corea del Norte y Brasil, sin ser los tiempos mejores, tampoco son los peores. Pero aún así puteamos y creamos una tensión absurda, aún así amenazamos de más movilizaciones cuando nos permitan salir de la cuarentena, aún así somos incapaces de visualizar la realidad que tenemos frente a nuestras narices, misma que dice que basta un voto para avanzar o hundirnos socialmente.

Pero como partí diciendo, nos gusta putear y cargarnos de un tono basal negativo, sin entender que una vez que entramos en este círculo vicioso, progresivamente irá escalando nuestro descontento, nublando todo atisbo de pensamiento cívico e impacto social.

Voy a ser más claro, si seguimos calentándonos, los energúmenos que pintan, apedrean, saquean y lanzan bombas molotov, creyendo ser la continuación de la lucha armada del FPMR, boicotearán la posibilidad de quienes anhelamos un diálogo ciudadana real y aspiramos por una constitución nacida en democracia. Creo que ustedes tienen claro que el Presidente Piñera escucha demasiado al Ministro Larroulet, quien es sin duda, el principal propulsor de postergar el plebiscito constituyente, y si permitimos que se produzcan desmanes, tengan claro que le estaremos dando una justificación algo válido para darle sentido a su ostracismo.

Puteemos menos, opinemos más, cuidemos el karma y ofrezcamos un autocuidado activo a nuestra Salud Mental, que hoy más que nunca requiere de paciencia y calma. No quiero ser indolente claro, tengo extremadamente presente que el sistema socio político actual me permite estar acostado escribiendo mientras otros están prontos a levantarse para salir a trabajar y exponerse a contraer una infección que suma a la larga lista de riesgos que enfrentan a diario, en serio que eso lo entiendo y empatizo con ellos a diario, pero de corazón tampoco creo que la vida de dichos obreros vaya a cambiar sustancialmente si todos nos unimos en cánticos de protesta y vítores picarescos que solo buscan camuflar una crítica dura bajo un poco de humor.

Chile va a cambiar solo cuando seamos conscientes de que hay que usar la estrategia más patriótica que nuestra chilenidad posee, hacerse el hueón hasta la hora de los quihubos y celebrar después de que hemos conseguido lo que siempre quisimos, siendo ahora una Nueva Carta Magna, una que podamos putear mientras se escribe y aplaudir cuando se promulgue.

Finalizo con una reflexión, es paradójico ver que quienes más putean en las calles, la extrema izquierda, tienen como referente a modelos políticos donde se han pasado tanques por encima de opositores que exigían Libertad y Democracia, como también es paradójico que quienes más putean a los comunistas, si ven a Bolsonaro, corren a sacarse un selfie, en fin, quizás en vez de putearlos, bastaría con dejar de elegirlos.

Éxito y creo que ahora mejor me duermo, paciente, autocuidado, mascarilla, jabón y un visión tan proactiva como optimista, es todo lo que les pido, evitemos que el sueño de seis morochos con un ataúd se nos haga realidad.