9:27: Comienzo esta columna con el deseo de escribir sin anestesia y sin censura, hay tanto por decir y tan poco tiempo para digerirlo, que pretendo, única y exclusivamente, dejar que la pluma avance, sin hacer ningún tipo de edición, tal y como proponía Sean Connery en Finding Forrester.
La pandemia del Covid-19 ha revelado una serie de situaciones que antes parecían estar poco claras, somos vulnerables, así de simple, y si no somos capaces de orientar nuestra vida a ser felices y saludables, da lo mismo si estamos forrados.
Otro elemento clave es reconocer que la especie humana es estúpida casi por convicción, sino basta con ver la televisión, donde a diario, en Chile y en el extranjero, se reconocen múltiples ejemplos de ciudadanos que no entienden la magnitud del problema que estamos viviendo, esos mismos que festejan en las calles, luchan por embriagarse en algún bar o sienten que es seguro tomarse un cafecito en el centro de la ciudad, somos tontos, casi idiotas, así de simple y quizás esta pandemia, no sea otra cosa más que selección natural. Tiempo atrás Discovery Channel emitió un documental que se llamaba «El último Papa» donde se mencionaba a Malaquías y los secretos de la Virgen de Fátima, súper impresionante, pero no tan escabroso como lo que indican al final del documental, cuando mencionando el libro de las revelaciones, hablan de una plaga que mataría un tercio de la población mundial.¿Estaremos condenados a un período de oscurantismo civil? ¿Habrá llegado la crisis social para quedarse? ¿Este será nuestro fondo?
No soy amante de las conspiraciones, es más, detesto a Salfate y todos aquellos que funcionan generando miedo, pero eso no implica que, en canales serios, me quede pendiente de estos presagios, más sabiendo que dentro de la población nacional siguen existiendo quienes, además de no cuidarse, son indiferentes a la posibilidad de contagiar a otros inocentes, dentro y fuera de su familia, quizás, solo quizás, con un tercio menos de la población, podamos mejorar nuestro ADN, duele aceptarlo, pero no pensarlo.
Y somos Jiles, tras lo acontecido con Trump y Bolsonaro, seguimos no entendiendo la importancia de mejorar a nuestra clase política, Marco sigue marcando y Pamela Jiles, una periodista que en su vida hizo algo relevante, y que terminó reconstruyéndose en programas de farándula criolla, hoy marca también, dejando al país bajo un sello máximo de ignorancia cívica. En fin, duele aceptarlo, pero no entenderlo.
¿Estaremos condenados a un período de oscurantismo civil? ¿Habrá llegado la crisis social para quedarse? ¿Este será nuestro fondo?
Muchos en la derecha hoy invierten tiempo en criticar a Daniel Jadue, yo no, su visión política es clara y los modelos económicos que persigue también, cuestionarlo es tan estúpido como hacer una fila para ir a vitrinear en Santiago, bastaría con educar a la ciudadanía en el ideario comunista, para ver si realmente quieren que Chile adopte esa cosmovisión, pero claro, sin sembrar miedo, simplemente siendo realista y honesto, dos elementos ausentes en el gobierno actual.
A mi me preocupa más que Francisco Vidal quiera ser Presidente, su trayectoria es televisiva, nada más, políticamente siempre siguió órdenes y nunca ha estado a cargo de ningún trabajo vinculado a la ciudadanía, en fin, si es simpático y muestra destellos de Stand Up, vale.
También me jode José Antonio Kast y Evelyn Matthei, dos harinas del mismo costal, con la diferencia de que la primera dice exactamente lo que contiene y la segunda, bueno, fiel a su estilo, sabe más de marketing.
Chile está mal, y es hora de aceptarlo, no entendemos lo que leemos y creemos lo que nos dicen los matinales, aplaudimos discursos que nos prometen más derechos y nos hacemos los huevones en el cumplimiento de nuestros deberes. Aspiramos a un sistema previsional solidario, mancomunado, colectivo, cariñoso, empático y ciertamente utópico, olvidando que somos individualistas desde que nos despertamos, hasta que nos dormimos, con suerte sabemos los nombres de nuestros vecinos, y sus vidas, solo nos llaman la atención si hay cahuines de por medio.
Somos Jiles y por eso estamos dónde estamos, la prensa puede dedicar horas a revelar los delitos de nuestros políticos, sus inoperancias, sus faltas de probidad, su total ausencia de consciencia social y su incompetencia legislativa, y aún así, serán reelectos, dado que la canasta familiar, el espejo de bolsillo y una sonrisa, nos bastan para obviar lo más evidente, no somos capaces de abrir los ojos y ver que no les importamos, somos individualistas, por eso elegimos a representantes que velan por los intereses de sus familiares o amigos, y que más encima, detestan que los contraríen, si para ellos el cielo es rojo y el pasto morado, decir lo contrario es facho o ñurdo, no honesto.
En fin, no estoy molesto, para nada, estoy claro y por ratos creo que el Covid puede ser exactamente lo que necesitaba nuestro país, para darse cuenta que, la estupidez humana es inmune a las críticas, pero no, a lo que AMLO llamó, «un simple resfrío».
A modo de broma, es tiempo de celebrar un hito en la historia nacional, por primera vez en nuestra vida, tendremos que aplaudir cuando el gobierno consiga vacunarnos, eso sí que es impresionante.
(No mencioné a Joaquín Lavín por razones obvias, para ser presidente, necesita evitar los cuchillazos que sus aliados siempre desean propinarle)
Comentarios
28 de diciembre
Hola Patrick, estoy muy de acuerdo en la mayoría de lo que dices en tu artículo, solo discrepo en: “somos individualistas desde que nos despertamos, hasta que nos dormimos”.
Soy más viejo que tú, me toco nacer y vivir (hasta el comienzo de mi juventud), en el periodo pre-dictadura y resulta que no éramos tan individualistas, nuestros padres y en el colegio nos educaban para ser “útiles a la sociedad”. Conocíamos a todos los vecinos por sus nombres (sin importar si nos caían bien o no), nuestras casas solían estar siempre con las puertas abiertas, no teníamos ni rejas (estoy hablando de Santiago, comuna de Pudahuel). Pero, todo cambio y de forma paulatina con la llegada del neoliberalismo, este fue el que nos inculco, sin darnos cuenta, el individualismo y ver a los demás como rivales.
Y no quiero caer en que tiempo pasado fue mejor, pero en algunas cosas lo hace pensar.
Saludos
+1
28 de diciembre
Querido Fernando, los tiempos pasados si fueron mejores, basta solo pensar en la música y los autos con diseño… La modernidad, al final del día, hizo todo desechable.
Ahora bien, tengo 42, jugué pichangas en los pasajes, en tiempos donde los vecinos estacionaban lejos para no parar el partido. También conocí las casas con ventanas abiertas y la posibilidad de caminar sin miedo a ser asaltado.
El neoloberalismo le quitó la esencia al capitalismo y además, causó impacto colosales en la sociedad, en su espíritu, en su reciprocidad, en la mismísima democracia.
El punto es que, del momento que existe un problema, existe una solución y eso está en las urnas.
Me jode ver a personas puteando a los jueces y aplaudiendo a los políticos que escriben las leyes con las que se dictan condenas.
Me jode ver a los matinales dándole pantalla a Moreira, Jiles y cuantos otros pelotudos más, me enerva que no existan líderes con carácter en los bloques, ni un Conde, Onofre, Volodia o Rodríguez (Laura), pero bueno, tampoco hacemos nada para remediarlo, y dejamos que el problema se agudice.
Recuerdo aquel día en que un antropólogo amigo me dijo «Europa es lo que es, por las guerras que la forjaron», no quiero aceptarlo, pero puede ser cierto, quizás Pinochet no fue suficiente y estemos buscando otro gran desastre para entrar a dialogar con altura de miras.
Éxito y un placer leerte.
Elvis, Lennon O Bad Bunny
Mustang 78 O Kia Sportage… No hay por donde jajaja
28 de diciembre
Lo que planteas es extensivo al mundo, no es exclusivo chileno. La crisis es global, no local. Son tiempos oscuros con destellos de lucidez. Saludos!
+1