¿Qué celebramos el 18 de septiembre? Es una pregunta que genera inmediatamente muchas respuestas distintas y abre discusiones de larga data sobre la historia de Chile, como también de su actualidad política.
El 18 de septiembre de 1810 se conmemora la Primera Junta Nacional de Gobierno, que, debido a la detención del rey de España, se auto-constituye como gobierno provisorio, jurando lealtad al rey hasta que este vuelva a ejercer su cargo. Este acontecimiento inicia el proceso de independencia de Chile con respecto al Imperio Español, que finaliza el 12 de febrero de 1818 cuando los «realistas» firman su rendición ante las fuerzas «patriotas».No obstante, la independencia de Chile respecto del colonialismo español fue efectiva, rápidamente se empezó a asomar la presencia de otras potencias económicas en Chile, que introdujeron otras formas de dominación extranjera.
No obstante, la independencia de Chile respecto del colonialismo español fue efectiva; rápidamente se empezó a asomar la presencia de otras potencias económicas en Chile, que introdujeron otras formas de dominación extranjera. El modo de producción capitalista, incipiente en nuestro país, fue desarrollado a partir de la inversión británica y alemana que se asentó principalmente en los yacimientos salitreros en el norte del país (y en zonas que en ese entonces pertenecían a Perú y Bolivia). Esta inversión de capital extranjero derivó en desarrollo de ciertas áreas industriales y de la creación de la línea de ferrocarriles, de electrificación de ciertas zonas, etc.
Entonces, vemos cómo rápidamente nuestra patria vuelve a ser dependiente mediante una nueva forma de colonización que no implica invasión militar ni dominación política directa, pero si dependencia/dominación en términos económicos; por otra parte, la construcción del Estado-nación como tal, implicó la devastación de otros pueblos que habitaban nuestro territorio, iniciando una suerte de proceso de colonización interno. Ambos procesos tuvieron un punto cúlmine en el periodo 1870-1891 y sus postrimerías. Tal y como afirma el historiador Gabriel Salazar, el Estado chileno se fundó, construyó y consolidó siempre sin y en contra de los sectores populares.
Es así como vemos tres formas de dominación presentes, una de las potencias extranjeras sobre todo el país, otra de la oligarquía sobre el pueblo (chileno), y una del Estado-(uni)nacional construido sobre los pueblos originarios de Chile. Francisco Bilbao -a quien suele leérsele en clave liberal- que fue un gran antiimperialista, anticolonialista y anti oligarca de nuestro país, advirtió tempranamente de este «nuevo colonialismo» tanto de potencias Europeas y de EE.UU sobre Chile (y América Latina) como de la exterminación y colonización del Estado sobre los pueblos nativos (principalmente de la zona sur y austral).
Varios procesos históricos paralelos sucedieron y fueron consolidando esta dominación: la «ocupación de la Araucanía» que tuvo su punto auge en 1880, cruzada con la «Guerra del Pacífico o del salitre». Ambos momentos abrieron paso a la apropiación aún mayor del capital europeo sobre Chile. Posteriormente, existieron patriotas que buscaron -al menos- oponerse a ciertas formas de esta triple dominación y es como el Presidente José Manuel Balmaceda busca «chilenizar» el salitre. Este intento deviene en guerra civil (1891), debido a que la mayoría del Parlamento y parte de las Fuerzas Armadas eran serviles a los intereses británicos por sobre los chilenos. El Presidente Balmaceda es derrotado y eso consolida definitivamente la dominación británico-europea sobre nuestra economía, limitando el desarrollo industrial que era parte del programa de Gobierno deeste mandatario.
La actualidad, la tradición nacional y la necesidad de la segunda independencia
Hoy, Chile es un país sumamente dependiente del capital transnacional europeo y estadounidense, incluso de empresas españolas, paradojalmente (dueñas de aguas andinas, chilectra, carreteras concesionadas, etc). Esto se expresa en una limitación de nuestro desarrollo económico, siendo un país dependiente en el esquema internacional, dedicado a extracción de materias primas para abastecer a las potencias mundiales.
Por otra parte, esta triple dominación -en su consolidación- instaura una tradición nacional y una cultura tal que le da apariencia de normalidad y la naturaliza; precisamente eso es lo que debemos cuestionarnos por más que hayamos logrado romper el dominio del Imperio español: ¿Chile es hoy realmente un país independiente? Por lo demás, se invisibiliza a las otras naciones y pueblos habitantes de Chile, por lo que se intenta homogeneizar las tradiciones nacionales, muchas de ellas provenientes de la oligarquía, como el rodeo.
Debemos celebrar y conmemorar, claramente, pero sin perder de vista que aún está pendiente la gran tarea de un Chile independiente, con soberanía nacional y popular. Tenemos que retomar la gesta patriota de emancipación nacional y social del yugo «neo-colonial», esto implica también reconocer el carácter plurinacional y multicultural de Chile, devolver el territorio arrebatado al pueblo Mapuche y valorar la riqueza cultural de nuestra tradición nacional, que excede con creces al rodeo u otras prácticas que involucran maltrato hacia otros.
Con el ejemplo de O´Higgins, Bilbao, Balmaceda -y tantos otros- debemos recuperar Chile, conquistar nuestra segunda y definitiva independencia, la liberación del yugo del capital extranjero, del nuevo y viejo colonialismo. Los patriotas de hoy nos ponemos al servicio de esta tarea.
Comentarios