Galopando por los senderos de las buenas vibras, se acerca el ejército de cursis conscientes. Su dedo te señala y te etiqueta cuando tratas de salir de la tribu atrapada en la caverna de los espejismos.
No hay peores sujetos, en estos tiempos, que aquellos que han adoptado los dogmas sociales impuestos por un positivismo falso y hueco. Esta mentalidad de querer ver todo con la simpleza del humanoide positivo nos convierte en corderos y busca asesinar la visión crítica que nos separa de las masas cada día más involucionadas.
Estos “gurús”, seguidores de Coelho y cualquier libro de superación personal, señalan a los que se cuestionan su realidad como personas “tóxicas” o vampiros que buscan chupar la energía de pobres víctimas expuestas a sus continuos análisis de realidad.
Es ahí donde el fanatismo positivista termina cayendo en señalamiento sobre las personas solo porque en algún momento expresan una queja sobre la realidad. La etiqueta de tóxico solo demuestra la ignorancia en el área de las relaciones humanas. Una persona que cuenta sus problemas a otra es debido a relaciones de confianza, no por querer contaminarlo.Este positivismo mezclado con una falso “namaste” de moda ha venido a convertirse en una novedad de las clases más elevadas que ven en esto una forma de trascender a niveles espirituales más elevado
La gente busca hablar y desahogarse de un mundo cada día más solitario y lleno de falsas máscaras. No hay que confundir la búsqueda de solidaridad emocional con teorías trilladas de filósofos de barro, que solo buscan vender libros que pueden dar soluciones fáciles a las clases dominantes de los países desarrollados.
Estos iluminados del positivismo con su cuento ligado a las religiones orientales, el yoga, el esoterismo y cualquier revoltijo espiritual alternativo nos quieren imponer una visión pasiva para enfrentar la vida.
Posiblemente, no tienen idea del sistema de castas que conformaba a la India y los niveles de pobreza absoluta que viven millones de ciudadanos de ese país divididos por la segregación de las castas. Este sistema está basado en clasificar a los indios en cuatro clases principales originarias de la sociedad védica: Gobernantes o guerreros (Kshatriyas), religiosos o profesores (Brahmins), artesanos o mercaderes (Vaishyas) y trabajadores o sirvientes (Shudras); los que no se pueden clasificar en ninguna casta son los “intocables” (Dalit) o “parias”.
De esta forma, este positivismo mezclado con una falso “namaste” de moda ha venido a convertirse en una novedad de las clases más elevadas que ven en esto una forma de trascender a niveles espirituales más elevado, según ellos; y así vivir en una burbuja de evasión de la dura realidad que corroe Latinoamérica, Adornado con un discurso de “no seas tóxico” para justificar la cero solidaridad que tienen hacia los problemas sociales de estos países sumidos en el caos.
Para aquellos que han sido tildados de tóxicos o casi “parias”, deben saber que la mayoría de grandes pensadores como Nietzsche, Schopenhauer, Kant -por mencionar algunos – vieron estas conductas huecas sin esencia de crítica como solo formas erradas de enfrentar nuestro entorno e intelecto humano.
En algo tiene razón los positivistas: realmente hay que separarse de las personas que no nos aportan alguna esencia y nos contaminan con sus cantos de sirenas, pues al final de cuenta estos que tildan a otros de tóxicos son más contaminantes por su indiferencia, egoísmo personalista, hedonismo y cero empatía con la sociedad.
Comentarios
03 de mayo
Es verdad, hay mucha gente que ha decidido vaciarse el cerebro, y disponer allí donde alguna vez se albergó la masa pensante una leve esencia oriental de sándalo . Pero tal vez no sean los únicos, es más, probablemente sean una minoría, hay otro grupo que también se ha vaciado el suyo y entregó ese noble espacio a los decadentes pensadores franceses, a los amigos del absurdo de la existencia, esperando que se llene de esa «…déclin fatal», ese odio a la existencia propia y de los otros … y que fluye por el mundo entero.
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08 de mayo
pero, no puedes negar que hay gente enferma psicologicamente que daña
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08 de mayo
Hola, no lo puedo negar, no obstante, no creo que meterse en una burbuja de clichés positivistas sea la respuesta en busca de la salud mental. Esa es mi opinión personal.
09 de mayo
Concuerdo con los cliches. Mas si estas obligado a trabajar con una persona enferma y no eres psiquiatra ni psicologo, es muy desgastante, porque no tienes las herramientas, termina siendo una carga.
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09 de mayo
Cierto. Capaz los psiquiatras y psicólogos deben buscar terapia o ayuda para liberase de ese stress , no obstante , si una trabaja por ejemplo con adictos o personas que sufren altos nivel de situaciones de trauma deben estar conscientes que puede recibir energías que los pueden afectar emocionalmente.
13 de mayo
Las opiniones personales no necesitan tener respaldo alguno sino solo “el punto de vista” del que las usa; aparentemente no tienen costo alguno, pero no son gratuitas: cuando son irresponsables hacen demasiado daño, son tóxicas a la convivencia con los otros e impiden concretamente la construcción de sociedad y el desarrollo de cultura. Este fenómeno, conocido como perspectivismo, es una enfermedad del postmodernismo y es causa de muchos de los males que nos aquejan a diario, desde el Congreso a las Ferias Libres, en el Transantiago, la libertad de enseñanza, la violencia escolar, la invisibilidad de la escuela y tantos otras “instituciones sociales” que nos mantienen en anomia permanente.
Cuando las palabras son “comprensible” para otros, estamos superando el oscurantismo sociocultural de este posmodernismo que ya no podemos manejar por estar perdiendo los significados compartidos. Cuando algo es comprensible, compartimos algo que, aun siendo intangible, nos hace amigables al reconocernos en los significados; cuando eso no ocurre nos extrañamos, no hacemos desconfiados y dudamos de todo y de todos: eso NO es sano para la convivencia y necesitamos recuperarla.
El usar opiniones personales sobre algo que nos compete a todos es algo demasiado serio como dejarlo en manos del que quiera usarlas ya que los demás merecen ser respetados. No podemos seguir sintiéndonos orgullosos por tener opinión: el primitivismo lingüístico ya no sirve para reorientar sanamente nuestra convivencia
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01 de noviembre
Depende del lugar, hay pobres también que son namaste, creo que muchos se ocultan tras la fachada yoga,reiki, etc. Si estás trastornado y no superas un hecho obviamente que no le va a servir, un psiquiatra si.De 100 personas 1 como mucho cumple 100% con lo que predica. Por mi parte leí, leo libros de autoayuda que me han ayudado, hay que saber interpretar a que se llama tóxico, no se trata de quien te indica un error, tampoco quien está en tu contra, se trata de los que te ven bien, estable emocionalmente, eso que llaman positivo no se trata de estar pum para arriba, sino sobrellevarlo, hay personas toxicas siii que además de no cambiar se asegura que estés ahi para pañuelo. Siempre que se pueda ayudar doy una mano pero ya no a las mismas personas de siempre con sus mismos dramas sin ansias de cambiar, siempre aconsejo ir a terapia. La autoayuda es un complemento
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