Para nadie es un misterio que hemos sufrido como sociedad el abuso de aquellos que sin una mirada solidaria son capaces de aumentar los precios para engordar sus arcas, sin el arrepentimiento de ver cómo la clase trabajadora, los hombres y mujeres de esfuerzo, tienen que dar hasta el último suspiro para poder comprar los insumos básicos que les permitan vivir con mediana dignidad.
A la colusión del confort, la colusión de los pollos, la colusión de los buses con sus alzas desmedidas en épocas de alta demanda, se suman abusos en AFP, isapres y el pago de pensiones que hace tiempo pasaron el límite de lo digno para transformarse en migajas de lo que el esfuerzo de una vida de trabajo dejó.Las farmacias ciudadanas están hoy llamadas a ser el primer paso para cambiar la dinámica de un mercado que ha gozado de libertad y complacencia. Libertad para fijar precios abusivos y complacencia de autoridades que se han quedado en el discurso a la hora de defender con fuerza a aquellos que la colusión golpea.
Si hay algunos que inescrupulosamente son capaces de coludirse para perjudicar a quienes más lo necesitan, ya es hora de que quienes buscamos hacer justicia comencemos una colusión virtuosa para lograr cosas positivas. En ese sentido, la voluntad de buscar mecanismos para la instalación de una farmacia ciudadana en nuestra comuna no sólo es un paso hacia la justicia social, sino que, además, es el reconocimiento de que el mercado puede ser regulado con responsabilidad social cuando el interés se fija en aquellos que más lo requieren.
Las farmacias ciudadanas están hoy llamadas a ser el primer paso para cambiar la dinámica de un mercado que ha gozado de libertad y complacencia. Libertad para fijar precios abusivos y complacencia de autoridades que se han quedado en el discurso a la hora de defender con fuerza a aquellos que la colusión golpea.
En algunos municipios, la voluntad política parece indicar que vamos en la línea correcta, la creación de una farmacia ciudadana no es sólo una promesa de la época de campaña, como algunos pretenden hacer creer, es la respuesta a una necesidad de decir “basta de abusos”, basta de irresponsabilidades, basta de un mercado que maltrata a los más carentes. Porque Chile necesita una sana colusión, donde la complicidad esté motivada por una responsabilidad social que no castigue, sino que reconozca el esfuerzo de quienes han dado una vida por el desarrollo de nuestra tierra. Bienvenida una sana colusión, bienvenidas las farmacias ciudadanas. Así me gusta Chile.
Comentarios
21 de noviembre
Sin duda el comentario arriba vertido por don Antonio Rivas, es el reflejo que todos los ciudadanos sienten, especialmente los adultos mayores, pues, tienen que hacer un esfuerzo y, privarse de necesidades alimenticias para adquirir los mejores medicamentos que no están en los centros de salud Municipal, precisamente por su alto costo. Aplaudo la iniciativa de las farmacias populares, de esta manera, tendrán que aterrizar los abusadores e inhumanas coaliciones capitalistas.
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