#Ciudadanía

¿Hablemos de participación?

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Durante los últimos veinte años, la participación ha sido un protagonista principal de todos los discursos políticos que se han disputado los gobiernos locales en nuestro país.

Sin embargo, a la hora de hacer efectiva la participación, el enfoque y el alcance con que se ha materializado, no solo no ha logrado responder a las expectativas de la ciudadanía sino que además ha dado paso a la percepción de que toda la institucionalidad diseñada para fomentar la participación está precisamente dirigida a lo contrario.

De hecho, durante veinte años se han tomado decisiones relevantes para la comunidad a espaldas de sus habitantes, lo que ha dado como resultados planes de desarrollo, planes reguladores, planes educacionales y de salud que nada tienen que ver con las expectativas de las y los ciudadanos.

Lo anterior se explica porque la participación que se encuentra institucionalizada en nuestro país, solo busca que la ciudadanía participe para en-tender (entrar en la tendencia) quedando excluidas legalmente las instancias con las que se suele hacer efectiva la participación para trans-formar (cambiar la forma), lo que se ha visto agravado por la falta de voluntad política para implementar formas más avanzadas de participación ciudadana.

En este contexto se concibe la participación como una salida a la comunidad una vez que los proyectos están terminados, para explicar sus objetivos e impactos esperando así que la comunidad los acepte y entre en la tendencia propuesta por las autoridades.

Urge entonces reemplazar esta concepción por una en donde la participación sea considerada como un derecho fundamental, mediante un enfoque de participación temprana y vinculante, que integre a la ciudadanía desde el comienzo de cada proyecto y velando por la incorporación de sus opiniones mayoritarias a las definiciones básicas de cada proceso, permitiendo precisamente la transformación de las políticas comunales en virtud de las expectativas, sueños y prioridades de las y los ciudadanos.

Ahora bien, lo anterior pasa también por convertir a las organizaciones sociales en socios estratégicos de los municipios, realizando con ellas convenios que permitan traspasarles responsabilidades complementarias a la gestión municipal, para las cuales las organizaciones sociales representan una verdadera oportunidad.

Lo anterior implica traspaso de competencias y recursos, con cargo al 7%, para incentivarlas a jugar un rol destacado dentro de su comunidad, ayudándoles de paso a cumplir, de manera más permanente, sus objetivos.

Paralelamente se debe avanzar en transparentar la gestión municipal, abriendo todos los concejos municipales a la participación comunitaria, entregando las actas de los concejos al conocimiento público, haciendo rotar los concejos por el territorio de las comunas e integrando por la vía de los hechos, a la comunidad, a las discusiones y a la toma de decisiones municipales.

Se trata de construir lo que en otros países se conoce como contraloría social, que implica un pleno conocimiento y fiscalización de la comunidad de los actos y acciones de la municipalidad y de sus autoridades, encabezadas por el alcalde y seguidos por los concejales, los funcionarios, los contratos que se firman, los programas que se realizan y los profesionales y consultoras que se contratan, complementado lo anterior, con una política comunicacional proactiva, eficiente e interactiva.

La idea es revertir, al menos desde la subjetividad, el proceso de impermeabilización del Estado, construyendo un gobierno local total y completamente democrático, participativo, transparente y permeable a las presiones sociales y políticas de la comunidad organizada y de los distintos grupos de interés que existen en las mismas.

Para ello, es necesario comprender que la participación comunitaria, que en nuestro país no es materia de ley, puede ser materia de voluntad política y que esa voluntad es la que debe animar, fundamentalmente a los proyectos alternativos que hoy se disponen a disputar los municipios.

Esto implica llegar a gobernar obedeciendo y entregar a la participación temprana y vinculante las definiciones básicas de los principales instrumentos de gestión municipal como son el plan de desarrollo comunal, el plan regulador comunal, los planes anuales de educación y salud y cualquier otro plan que se haga necesario a partir de la paulatina incorporación de la comunidad a la gestión municipal.

Quizá la diferencia no resulte evidente para la mayoría pero resultará fundamental a la hora de analizar los resultados que se obtendrán en comunas que están cansadas de escuchar promesas que jamás se cumplieron a pesar de la certeza que todos tienen de que vivir mejor en ellas… es absolutamente posible.

——–

Foto: Nomono

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Comentarios

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02 de marzo

Un buen texto sobre un tema relevante.

Si extraño alguna referencia, como marco contextual, de la ley 20.500 sobre Asociaciones y participación ciudadana en la gestión pública.

Un texto que, en mi opinión, define el derecho de la participación en la gestión pública, establece orientaciones mínimas para dicho ejercicio, especialmente en referencia a los mecanismos de participación ciudadana.

Lo central de este texto legal es que pasamos desde la discrecionalidad de la autoridad pública, en los diversos niveles, a la institucionalización de la participación ciudadana.

02 de marzo

Muy útil tu respuesta, para el que la sabe leer.

02 de marzo

Daniel Jadue,

Tu inquietud me parece muy sana y bien encaminada. Sin embargo te quiero decir que la Ley contempla muchas instancias de participación ciudadana, pero no se utilizan.
Te doy un ejemplo: la participación ambiental. A la hora de reclamar, sacar pancartas, obstruir el tráfico, aparecen muchos. Pero a la hora de participar somos muy pocos.
Creo que es por varias causas: desconocimiento, flojera, pesimismo, incapacidad, etc. Entonces, le damos vía libre a los errores, omisiones, abusos y demases. Esa actitud es irresponsable para con nuestro ambiente y nuestros hijos, pero es recurrente.

Por ejemplo, para oponerse a un proyecto con impacto ambiental, hay un plazo y una manera formal de hacerlo. No se trata de ir a tirarle garabatos a los ingenieros que hicieron el mejor esfuerzo para su proyecto. Y así como hay una formalidad para oponerse, la Ley los obliga a responder igualmente en forma seria, por escrito y en un plazo.

Entonces, esa participación SI logra resultados. En cambio una protesta puede alterar el orden público por un rato, pero el tema ambiental sigue igual. Es el error de creer que la mera protesta va a cambiar las cosas.
Para cambiar un proyecto hay que trabajar duro, estudiar, tener argumentos sólidos.
Acá en mi Región muchos se oponen a proyectos ambientales en la calle, pero a la hora de trabajar en las soluciones somos muy pocos los que asistimos. Sé que no es fácil, pero estimo que es nuestra obligación informarnos y participar de verdad.
Hace algunos años una ONG ambiental realizó seminarios en varias comunas sobre participación ambiental, a los que tuve la suerte de inscribirme y asistir. Muy buenos. Había pobladores, dirigentes vecinales (mi caso), ingenieros ambientales, responsables ambientales comunales, etc. Lo financió la Comunidad Económica Europea.

Hay instancias de participación. Primero aprovechémoslas al máximo y si faltan instancias, creémoslas. Pero no me hagan pasar la vergüenza de pedir una reunión con ENAP para darle espacio a la Comunidad y que después no viene nadie.

No te contentes con leer los discursos políticos porque te vas a deprimir. Mejor, dedica tu energía a una participación eficaz y responsable. Sé que es difícil, pero es tu obligación. Lo que más les gusta a los burócratas es que la ciudadanía no participe. Ellos se sienten cómodos en sus escritorios y la participación los incomoda. El derecho a la participación está contemplado en la Ley, pero no es automático, hay que ejercerlo.

Estudia un poquito el tema y te vas a sorprender con todas las instancias que existen. Y sólo ahí estás apretando el botón preciso que hace funcionar la máquina. Leer los discursos políticos no cambia un ápice la realidad.

¡Buena participación!

02 de marzo

Disculpa pero plantear que una vez terminados los proyectos se puede entrgar opinión es no entnder la dimensión de la participación que se hace necesaria pues cuando ella se inicia luego de terminados los proyectos… no hay nada más que hacer. es precisamente lo que venido sucediendo hace 20 años

02 de marzo

Daniel Jadue,

Estoy totalmente de acuerdo con establecer participación temprana. Soy testigo de que eso funciona bien. En Oregon eso se aplica. Pero se hace en forma seria y tiene excelentes resultados. Mejora la calidad de los proyectos y baja sus costos, puesto que cambiar un proyecto en una fase final es mucho más caro.

02 de marzo

Estoy completamente de acuerdo en que los discursos y las intenciones de mejorar la participación Ciudadana por parte de las autoridades ,es y va seguir siendo eso un discurso, por que a la hora que tu intentas organizar algo rápidamente te desvían y apuestan a que , te vas a aburrir de insistir si no atienden tus peticiones o proyectos que vayan en esta dirección , yo estoy hace 4 años con un proyecto construido y corriendo ,y he hecho gestiones incluso, ante candidatos presidenciales de nuestro Chile , para sacar adelante este proyecto y darle toda la difusión necesaria y ayuda en su implementación en todas y cada unas de las organizaciones vecinales a lo largo del país , tengo copia de todos los correos que he enviado , para este efecto y nadie se ha tomado la molestia en siquiera enviarme una respuesta automática de correo ,El proyecto esta aquí http://sijuve.ubiobio.cl para ingresar a una cuenta de pruebas , creada para poder mostrar su funcionamiento rut de usuario 888888888 y clave 888888888 revisa cada una de las pestañas y llega hasta archivos publicados .-
Director del proyecto
Atte Sergio Lara Rocha

03 de marzo

Para el foro,

Efectivamente, hay falencias en el sistema de participación, (por ejemplo, ni el alcalde vota en la Corema), pero lo peor son los vicios que señala Daniel Jadue. Se llama a «participar» a personas que no se han preparado (Juntas de Vecinos) y en forma sorpresiva, y con hechos prácticamente consumados. La Ley obliga a las empresas a comunicar a la Comunidad su proyecto pero lo hacen al final y en forma muchas veces mañosa. El Ministerio de Obras Públicas se ha destacado también por estas prácticas.
La otra maña típica es que el Gobierno saliente firma el último día un decreto aprobando una central termoeléctrica (por ejemplo) y le pasa «la papa caliente» al siguiente Gobierno.
Una forma de combatir estos vicios es participar en forma seria y persistente y otra participar también en la corrección de la normativa.
Pero hay que usar los canales previstos y legales, puesto que lo único que vale al final es lo que queda escrito en los contratos y documentos oficiales. Toda la otra bulla que se haga no cambia absolutamente nada. Se los digo por experiencia.
También está la gente que se opone a todo y se opone al progreso en realidad, que es un extremo. A veces sale «el tiro por la culata» como es el caso de la oposición a la Hidroeléctrica de Aisén, cuya postergación ya por años le ha generado millonarias ganancias a las generadoras termoeléctricas, que ni siquiera ellos imaginaban en el mejor de los escenarios. Lo curioso es que nadie hace marchas contra estas generadoras…. Hasta da para pensar mal.

03 de marzo

Lo curioso de pensar la participación como aquella en la que las personas toman partido en sus juntas de vecinos es que en cierto modo se le sigue el juego a la Ley de Participación Ciudadana y así al Gobierno, porque relega la participación a un espacio pequeño, pero, no puedes intervenir las políticas nacionales y a la hora de reclamar participación no se trata de si puedes o no hablar con el Presidente de la Junta de Vecinos o con el Alcalde, sino que con instituciones que sí podrían modificar parte del sistema y cuando lo procuras hacer, escribiendo a través de los canales regulares, nadie te toma en cuenta ni nadie se entera de lo que has dicho para que otras personas te apoyen y pidan lo mismo que tú o cosas similares…

El caso concreto de lo que ocurre en Aysén es una muestra de ello. «La ciudadanía conversó en las juntas de vecinos, con los Alcaldes, incluso con los diputados de la Región», pero, finalmente sus peticiones no son atendidas por el Gobierno central. Es decir, se relega la eventual participación ciudadana a un espacio pequeño y sin mayor incidencia en la vida de las personas al no transformar el sistema, aunque si pueda modificar alguna iniciativa local.

Tal es el caso de la fiebre de hidroeléctricas que se desató en este Gobierno. Conozco el caso de una comuna en la que se planean varias centrales de paso en los ríos principales, pero, aunque la ciudadanía se opone a ello, de todas formas pareciera que se van a construir. Las empresas constructoras anuncian en los avisos que pagan que: «somos responsables al informar antes de construir», pero, no debiera ser así.

La política nacional por cambiar en este caso sería el poder construir proyectos semejantes u otros que tengan cierta similitud con capitales de la gente y no con capitales transnacionales o transregionales, para que las utilidades se puedan reinvertir en la comuna o región.

Así, ejemplos hay varios, sin embargo, la Ley de P.C. no contempla el debate de ideas que puedan cambiar las políticas nacionales, porque para eso está diseñado el sistema de esa Ley, para hacer creer a la gente que participa en cosas importantes, en circunstancias que sigue siendo una pelusa más del ombligo que a nadie le interesa lo que pudiera pensar o las iniciativas que pudiera tener y al no haber una vitrina nacional institucionalizada para esas ideas, no se logra modificar los patrones más importantes que definen el sentido de los descontentos de la población…

Lo penoso de esto es que no tiene sentido hablar acerca de ello, porque nada cambia en realidad… La democracia sigue siendo como la mona, lo mismo el sistema financiero que no es del pueblo, el usufructo de los recursos soberanos y el desarrollo local de las comunas que aportan el mayor número de migrantes a las grandes zonas urbanas por falta de oportunidades en las comunas subdesarrolladas en las que viven…

hgkjh

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