Recientemente el Obispo Evangélico Gerald Glenn de Virginia (Estados Unidos) falleció luego de haber contraído el Covid-19, y tras declarar: «Dios es más grande que este virus», por haber continuado sus actividades religiosas sin cerrar las puertas de su Templo, haciendo caso omiso de las advertencias.
En Chile ha ocurrido un problema similar, respecto de pastores evangélicos que se niegan a cesar sus prácticas y cerrar sus iglesias, donde se aglomeran personas, sin tomar en consideración que vivimos una compleja situación de emergencia sanitaria por la pandemia (que puede ser mortal, toda vez que no existe vacuna). El conocido Pastor Soto, hizo un llamado a no detener las prédicas colectivas.No se pretende aquí, hacer un rebate filosófico de la Fe o de la existencia de Dios, sino una denuncia de la conducta sesgada, supersticiosa y peligrosa que atenta contra la salud de la población.
¿Tan grande es la Fe o el fanatismo de estos pastores? en vistas de que, están dispuestos a poner en riesgo su vida, la de sus seguidores, y la de toda la ciudadanía.
Se dice que la naturaleza es una señora, sabia y despiadada, que suele enfurecerse y castigar la estupidez.
No se pretende aquí, hacer un rebate filosófico de la Fe o de la existencia de Dios, sino una denuncia de la conducta sesgada, supersticiosa y peligrosa que atenta contra la salud de la población.
Muchas instituciones religiosas, en este caso -la Iglesia Evangélica- funcionan como sociedades comerciales, toda vez que dependen (especialmente sus pastores), de los diezmos y donaciones de sus feligreses. En ese entorno, los pastores se transforman en mercaderes de la Fe, aumentando sus arcas, en el nivel que logran incrementar el número de adeptos.
La pandemia puso en jaque al sistema neoliberal, ya que las autoridades deben decidir entre el vigor económico o la vida humana, por lo consiguiente están haciendo todo lo posible por no detener la maquinaria económica, aún a costa de sacrificar trabajadores, en todo el sentido de la palabra. El negocio evangélico sigue esta lógica mercantil, no puede detener sus actividades, porque ello significaría la ruina.
Sea el fanatismo irracional que estos pastores; -baluartes de la ignorancia-, promueven, o la necesidad mercantil de estas iglesias -usura- respecto de la necesidad confesional de las personas, lo cierto es que sus actividades constituyen un peligro comunitario, sobre el cual las autoridades deben tomar cartas en el asunto.
Comentarios
15 de abril
El comentario es sesgado y,seguramente,se debe a la ignorancia que se tiene del mundo evangélicos. Si se detuvieran unos minutos e investigarán sus raíces y sus múltiples manifestaciones, serían algo más veraces en sus aseveraciones…se juzga todo un movimiento,que ya tiene 500 años de historia,con probadas contribuciones a la sociedad, por los desaciertos de unos pocos pastores,que además pertecen a una variante que pertenece a movimientos carismáticos.
Algo más riguroso en la investigación,antes de dar comentarios sin fundamentos.
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16 de abril
En mi caso no los culpo, son sus creencias y son sus derechos, el problema es cuando se daña a otras personas que no comparten sus creencias, pero esto esta ya tan generalizado, no solo en el país, en el mundo entero, algo pasó con la racionalidad, las creencias nos superan y aunque son derechos, nos dañan, destruyen los esfuerzos colectivos. Hay muchos que se piensan como gente muy lúcida, racional, de perfecta comprensión de los fenómenos de tipo social, pero en realidad no son más que creyentes, consumidores de discursos de sus gurús, de sus totems.
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16 de abril
Todos los que creen en un pastor no son para nada distintos a los que creen lo que sale en una red social. Y en esta crisis, los dos han abundado y ambos son un riesgo social.
Detras de ambos grupos no hay una «logica mercantil». Hay soberbia. Los que han ido a cultos, a pesar de saber que no deben, lo hacen porque se creen mas puros que el resto de nosotros, y que seran salvados por ello. Y los que se tragan cualquier tonteria que se dice en una red social y la difunde, son igual de soberbios porque se creen mas inteligentes
En el fondo, el problema de esos grupos es el efecto Dunning-Kruger, según el cual las personas con escaso nivel intelectual y cultural tienden sistemáticamente a pensar que saben más de lo que saben y a considerarse más inteligentes de lo que son.
Asi que no le busquemos mas pies al gato: no hay ninguna conspiracion liberal pro-globalizacion detras de estas actitudes. Solo la incompetencia de personas incapaces de asumir su mediocridad. No hay mas
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