Una de las cosas que plantea la Nueva Constitución es que hay demasiado en juego para que gobierno y sociedad coexistan sin conexión. Existiría en este caso un proyecto originado como utopía, en el sentido de que hay que visible el no-lugar (el Ou topos) que aún en su ideación, se ve pese a ser imposible. Es la visión de esta imposibilidad, y más todavía, la explicitud de las condiciones por las cuales la situación ideada se ve como imposible, lo que impele a las personas hacia un actuar distinto, mayor, posibilitado por el contraste entre lo que se puede y lo que, a priori, no se puede hacer.
En todo esto, se enfatiza que para la política el criterio del bien común debe ser atendido éticamente, de manera que este bien -una nueva Constitución- no se reduzca a lo que quiera un “tú” o un “yo”, sino que hable sobre lo que quiere el “nosotros”. La noción -quizás también utópica- de reflexión política orientada al bien común contiene el reconocimiento a la capacidad cívica que está cambiando el centro de gravedad del modelo social, político y económico chileno. Sin este reconocimiento, el bien común puede perder su sentido y razón como bien intrínseco y fuente de entendimiento. Y más aún, la consideración de la acción política como parte del abanico de expresiones humanas implica que cada uno de nosotros, siendo ciudadano, no deja de ser persona, sino que es una persona que ejerce como ciudadano, participando de manera específica en la interacción con otros ciudadanos en el espacio público.Quien conoce una ciudad utópica, las conoce todas.
Tomás Moro
Atender al contexto histórico y social en el que se enmarca este asunto es entonces atender a la necesidad de una ciudadanía vigorosa, cuya defensa comienza por afirmar la importancia de la díada intersubjetividad y reconocimiento.
Y aunque pueda pasar inadvertido, el surgimiento de este tipo de ciudadanía aparece junto con la consideración de lo político como un derecho natural del que gozamos las personas en la medida en que vemos nuestras posibilidades de comandar el rumbo de la sociedad en la que vivimos. En otras palabras, la emergencia de una ciudadanía, digamos, horizontal, propone que lo político es aquello que nos interesa decidir colectivamente y colaborativamente.
En este escenario, lo civil puede ser entendido como una cualidad de la sociabilidad humana y no sólo como un criterio de inclusión o exclusión en la política formal. Este sería el otro gran reto de una la Constitución Política, donde la participación política puede ser algo más que la primacía del marco legal y la libertad negativa.
Esperemos que el plebiscito de este 4 de septiembre no se reduzca a la dicotomía apruebo/rechazo, sino que sirva de aliciente para mantener en Chile el cambio democrático que se anhela desde hace décadas.
Comentarios
25 de agosto
Y? Falta El remate final de tu lata reflexión. Parte por des reducirte de la dicotomia apruebo/rechazo. Sino es mucho ruido y pocas nueces.
0
25 de agosto
Hola Inés.
Sí a todo lo que dices, porque es tu opinión y la respeto.
Espero en otro momento hablar sobre el A/R en específico. Por ahora me
Interesó escribir acerca del fenómeno ciudadano del cual deriva.
Un saludo.