El próximo 15 de septiembre, México conmemora 207 años del inicio de la guerra de independencia. El 27 de septiembre, se contarán 197 años de la conclusión de la independencia y el inicio de México como nación soberana. La primera fecha se celebra de modo nacional, la segunda está relegada al olvido.
Un poco de historia.
Lo que hoy es México tuvo sus orígenes en la cultura Olmeca, que para el año 1200 a.C. alcanzó su madurez en la costa del Golfo, de donde se difundió a otras partes y contribuyó al surgimiento de otros grupos precolombinos como son mixtecas, toltecas, mixtecos, aztecas, entre otros, que se desarrollaron durante los siguientes milenios de años.
En 1492 un señor de nombre Cristóbal Colón, que había partido del Puerto de Palos, en Europa, pasó dos meses y nueve días cruzando el océano Atlántico, y llegó a una isla del continente americano, Guanahani, creyendo que era la India.
Los grupos indígenas continuaron su cotidianidad hasta la semana santa de 1519, cuando Hernán Cortés llegó por primera vez a la playa de San Juan de Ulúa, en lo que hoy es Veracruz en México.El próximo 15 de septiembre, México conmemora 207 años del inicio de la guerra de independencia. El 27 de septiembre, se contarán 197 años de la conclusión de la independencia y el inicio de México como Nación soberana. La primera fecha se celebra de modo nacional, la segunda está relegada al olvido.
Fue recibido con honores por el embajador enviado por Moctezuma Xocoyotzín, tlatoani (gobernador) de Tenochtitlan. Cortés envió noticias a Isabel de Castilla, quien financió su expedición, de que había encontrado riquezas y salvajes, que requerían ser colonizados para que vivieran según los dictados de Dios. Isabel, que era Reina Católica, consideró que su deber era evangelizar a esos seres “sin alma”.
La conquista de México o del imperio azteca concluyó en 1521 a manos de Hernán Cortés y sus aliados indígenas. Por los siguientes casi 300 años, México y sus habitantes vivieron según los designios de la corona España, que además demando el envío de las riquezas. Se le conoce como el periodo de la Colonia.
Pero todo habría de cambiar la mañana del 16 de septiembre de 1810, cuando el cura Miguel Hidalgo y Costilla dio el Grito de Dolores, llamado a la independencia. Tomó un estandarte de la Virgen de Guadalupe y se lanzó a la guerra. La acompañaban campesinos e indígenas de un pueblo de Guanajuato, apenas armados, y un grupo de militares con los que llevaba varias semanas conspirando para iniciar la revuelta.
Poco después el cura José María Morelos y Pavón, instó a las provincias independentistas para conformar el Congreso de Anáhuac, convocado para el 14 de septiembre de 1813. Fue el primer congreso independiente y declaró la independencia de la América Septentrional del trono español.
Morelos escribió los Sentimientos de la Nación, con lo que dotó de marco legal al esfuerzo independentista. Tras su detención y fusilamiento, el movimiento se redujo a una guerra de guerrillas. Para 1820, solo quedaban algunos núcleos rebeldes, sobre todo en la sierra Madre del Sur y en Veracruz.
A principios de 1821, el general Agustín de Iturbide logró encontrase con el jefe de rebelde Vicente Guerrero, luego de varias discusiones deciden proclamar el Plan de Iguala, que convoca a la unión de todas las facciones insurgentes, y fue respaldado por el clero y la aristocracia. El 27 de septiembre concluye la guerra de independencia de la Nueva España, la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México marca el inicio de una nueva era.
México, Nación independiente
Los primeros años y décadas de México como nación independiente fueron de gran caos. No se contaba con recursos para financiar el nuevo gobierno, los políticos no lograban ponerse de acuerdo sobre la forma en que debía ser gobernado México, se sufrieron invasiones de Estados Unidos y Francia, se vivió una Guerra de Reforma y se perdió más de medio país.
Fue el emperador Maximiliano I de México quien en 1864 utilizó por primera, vez el discurso y las arengas para recordar el inicio del movimiento patriótico, desde el pueblo de Dolores. El presidente Porfirio Díaz trasladó la celebración del Grito al Zócalo, con todo y la campana original de Dolores que fue llevada a Palacio Nacional en 1896.
Para conmemorar el primer centenario del inicio de la independencia, Díaz ordenó se realizara toda una celebración, que debía dar comienzo el 15 de septiembre, día de su cumpleaños. Para entonces ya se había registrado algunas muestras de inconformidad por sus ya casi tres décadas en la silla presidencial.
Hubo desfiles, cantos, bailes, cantos. Se recordaron a héroes patrios, se inauguraron monumentos conmemorativos y construcciones civiles. Los edificios de las principales calles de la ciudad se iluminaron por primera vez con tubos de mercurio y foquitos, así dio inicio la tradición de iluminar calles y avenidas de la capital con motivos patrióticos.
No todo fue felicidad, opositores al régimen pusieron un pedazo de tela en el interior –el badajo– de la Campana de Dolores. Después de haber gritado: “¡Viva la Libertad! ¡Viva la Independencia! ¡Vivan los héroes de la Patria! ¡Viva la República! ¡Viva el pueblo mexicano!”, el presidente Porfirio Díaz intentó hacer sonar la campana pero no se produjo sonido alguno. Francisco I. Madero, presidente después de Díaz y primero elegido de la Revolución, continuó con la celebración del 15 de septiembre.
Hoy en día
Tradicionalmente, la celebración de esta fiesta patria da comienzo el 15 de septiembre a las 23:00 horas, cuando el presidente en turno da el Grito de Independencia en Palacio Nacional y hace sonar la Campana de Dolores. La misma que sonó durante la arenga que pronunció el cura Hidalgo, aunque esto ocurrió cerca de las dos de la madrugada del 16 de septiembre de 1810.
Vivas, aplausos, fuegos pirotécnicos e inicia la verbena. En todas las plazas de todos los estados de la República se reproduce la misma escena: se han colocado una gran cantidad de puestos que venden comida típica como flautas, pozole, sopes, bebidas embriagantes y no embriagantes, banderas, baratijas decoradas con motivos patrios, maquillaje con los colores de la bandera.
De fondo templetes para músicos, cantantes y maestros de ceremonias que amenizan por horas, ya en la noche las autoridades dan el Grito. La música y la fiesta se prolongarán hasta la madrugada.
Festejar a México
Para un gran número de mexicanos es obligación celebrar la “noche mexicana del 15 de septiembres”, las familias se reúnen para conmemorar la fiesta nacional, por supuesto que abundan los brindis a favor de “México, que nos ha hado Patria y libertad”. Muchos, muchos brindis, por la Nación.
Es una cosa curiosa es muchos mexicanos festejan a su Nación bebiendo hasta emborracharse, hasta perder la conciencia. Llama la atención que no celebren ofreciendo lo mejor de sí, esto es el mejor trabajo, el mejor invento; no, celebran bebiendo. En realidad, en México todo se celebra bebiendo.
Y como ya se comprobado una y otra vez, donde hay alcohol hay violencia; así los festejos se tornan agresivos, hay peleas, insultos y conatos de bronca. Todo en nombre de la nación.
Luego vienen las faltas cívicas que también abundan, estacionarse en rampas de discapacidad, entradas, beber y orinar en la vía pública, tirar basura, insultos, golpes, un largo etc.
Esta fecha también posibilita una trasmutación: un porcentaje de la población de transforma en vendedor de puesto fijo o ambulante, o en “viene-viene”, personaje casi siniestro, que franela al hombro, cobra por dejar estacionar vehículos en calles que no son suyas. Son sujetos violentos, que por lo general entregan una cuota a la autoridad por “dejarlos trabajar esos días”.
Al día siguiente, 16 de septiembre, día del inicio de la gesta de independencia, hay un enorme malestar: se gastó en exceso, se bebió en exceso. Las plazas lucen llenas de basura. En unas horas dará comienzo el desfile de las Fuerzas Armas, con lo que finaliza la celebración. Hasta el próximo año, del 27 de septiembre día en que concluye la independencia, mejor ni hablar.
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