El jueves 10 de marzo, el pleno de la Convención Constitucional sometió a discusión y votación el informe elaborado por la Comisión de Derechos Fundamentales, aprobando 14 de las normas propuestas. Dentro de las normas aprobadas, se encuentra aquella que busca consagrar una gama de Derechos Sexuales y Reproductivos, entre los cuales se encuentra el derecho a que una persona pueda abortar de manera libre e informada, sin indicarse un límite de tiempo para aquello.
Esto es cuestionable desde el punto de vista de la cohesión política y social que se debería apuntar a lograr en la nueva Constitución y que es tan necesaria para el desarrollo del país en los próximos años, pues es necesario recordar que constitucionalizar un debate es dejarlo cerrado para el futuro. Acá cabe preguntarse, ¿Se encuentra este debate en condiciones de dejarlo cerrado y sellado bajo quórum calificado? Pareciera ser que no, considerando lo dividido de la opinión en relación a esta materia, a nivel general de sociedad y no solo de los actores políticos, lo cual quedó en evidencia mediante el proceso de presentación de iniciativas populares de norma.
En efecto, cabe recordar que el martes 2 de febrero, finalizó el período para apoyar iniciativas populares de norma, respecto de lo cual sabemos que aquellas iniciativas que contaban con más de 15.000 apoyos, lograban insertarse para ser discutidas dentro de la Convención Constitucional y votadas en esta. Independientemente de que la propuesta de norma eventualmente fuese aprobada o rechazada, el hecho de que una de las iniciativas populares de norma contase con una gran cantidad de apoyos, daba cuenta de que dicha propuesta lograba encauzar alguna pretensión que es importante para un sector importante de la población.Es necesario recordar que constitucionalizar un debate es dejarlo cerrado para el futuro. Acá cabe preguntarse, ¿Se encuentra este debate en condiciones de dejarlo cerrado y sellado bajo quórum calificado?
Durante este proceso, se presentaron iniciativas populares de diversas índoles, algunas incluso que se podrían clasificar de opuestas entre sí. En este sentido se puede hablar de la propuesta Nº 5.938, titulada “SERÁ LEY”, que busca regular y garantizar constitucionalmente el libre e informado ejercicio de los Derechos Sexuales, incluyendo dentro de estos el derecho a abortar libre e informadamente. Esta iniciativa llegó a obtener 38.198 apoyos.
Por otro lado, y en un sentido opuesto, se encontraba la propuesta Nº 4.138, titulada “DERECHO A LA VIDA”, a la fecha de hoy rechazada en la Comisión de Derechos Fundamentales, que buscaba que se consagre constitucionalmente el derecho a la vida desde la concepción, estableciendo la inviolabilidad de la dignidad humana desde aquel momento, señalando como un problema a solucionar la actual ley vigente del aborto en 3 causal, y la eventual dictación de una ley que consagre el aborto libre. Esta iniciativa llegó a los 31.280 apoyos.
Cómo resulta evidente, ambas iniciativas vienen a ser contradictorias en lo medular, ya que lo que uno ve como un problema a solucionar, la otra busca que se garantice su ejercicio de manera constitucional. Esto formaba un escenario complejo, toda vez que ambas iniciativas sobrepasaron con creces los 15.000 apoyos, dando cuenta de este modo, que ambas posturas cuentan con un apoyo importante dentro de la población.
Esta primera aproximación debía ser suficiente para moderar los ánimos y las pretensiones en ambos sectores. El solo hecho de que estas dos iniciativas populares de norma, que son irreconciliables en su núcleo, hayan sobrepasado los apoyos necesarios para ser colocadas sobre en el centro de la discusión de la Convención, debería haber dado una clara señal para que aquellos convencionales más razonables puedan aproximarse con prudencia a este tema, entendiendo que es un punto para nada pacífico, no solo al interior de la Convención, sino que a nivel país.
En este punto conviene recordar aquellas frases y slogan tantas veces enunciados durante el período de campaña previo al plebiscito de entrada, donde se señalaba a la Constitución como “la casa de todos”, metáfora que evoca la idea de que la Constitución debe recoger, en cierto modo, la visión de todos y todas, una suerte de acuerdo sobre las cosas básicas y esenciales que constituyan el marco o la base sobre la cual se edifique el país. Este razonamiento, aplicado en este caso, invitaba a los convencionales en dejar de insistir tozudamente desde sus trincheras y que ocupen su tiempo y esfuerzo en buscar acuerdos, a fin de llegar a construir normas básicas y esenciales. No entender aquello oportunamente (como acaba de ocurrir en relación al aborto) no provocará sino perjudicar el proceso constituyente, pues el hecho de que ciertos sectores estén utilizando este momento histórico, para que mediante el aprovechamiento de su mayoría transitoria, instauren normas elaboradas desde el seno de su trinchera identitaria, no escuchando otras voces distintas a las suyas, replicando aquello que nos trajo hasta este punto, esto es, una constitución no representativa de toda la sociedad en su conjunto, y que no hace sino impedir la autogobernabilidad de un pueblo.
Comentarios
14 de marzo
Me parece una buena reflexión
Viendo desde el punto de vista una constitución que se hará solo en 10 meses y que lamentablemente no logra abarcar al chile completo si no solo al sector popular
Una constitución debe hacerse en la calles con tiempo y ganas de que cada sector pueda opinar y crearla en base a cada individuo que vive en nuestro país
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14 de marzo
Muy buena columna. Querer meter una cuchufleta de parte de un grupo de interés wn particular ponen riesgo el proceso Constituyente porque abortiza el debate Constitucional. Esto debe ser discutido en el marco de un proyecto de ley y no Constitucional.
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18 de marzo
Tambien es peligro da libertad que anula muchos delitos…
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