Estamos preparados para ver la realidad con nuevos ojos, que nos llevaran a co-crear nuevas realidades. Una de estas miradas es como entendemos el “entorno” como parte esencial de nuestra vida, sin separación, somos uno con nuestro hábitat.
Nuestra Común-A está enclavada en una geografía muy especial, y si bien su desarrollo moderno se da mirando al mar de espaldas a los cerros, ahora nos estamos dando cuenta que la verdadera riqueza no viene de afuera, si no mas bien se encuentra en nuestro interior.Cada Cerro, cada quebrada supone un hábitat muy especial donde conviven personas, comunidades, biodiversidad en su máxima expresión de riqueza. Estas cualidades de Valparaíso, bien canalizadas pueden suponer un poderoso eje de desarrollo sustentable.
Cada cerro, cada quebrada supone un hábitat muy especial donde conviven personas, comunidades, biodiversidad en su máxima expresión de riqueza. Estas cualidades de Valparaíso, bien canalizadas pueden suponer un poderoso eje de desarrollo sustentable.
Para poder llegar a este punto es importante cambiar la forma como estamos mirando la situación, como enfrentamos la “planificación y gestión territorial”. Una mirada holística que nos considere como parte de un todo, como uno con el territorio y la diversidad de seres vivos que aquí habitan.
Entendiendo el hábitat como una entidad viviente, podemos suponer que el elemento que da vida a esta entidad de la cual somos parte, es fundamentalmente el agua. “Recurso” que fluye de manera abundante por las quebradas de Valparaíso y que es momento de darle el valor y la prioridad que le corresponde.
De esta forma podemos enfrentar la planificación con una mirada equilibrada, armoniosa y proveer soluciones basadas en la naturaleza, ser mas eficaces y efectivos. Esto supone ver a Valparaíso desde sus Micro-Cuencas.
Las delimitaciones como “Unidades Vecinales” y “Barrios” tienden a ser arbitrarias y artificiales, no correspondiéndose al movimiento real y natural de las comunidades y el hábitat. Por otro lado, los cerros y quebradas como elementos naturales predominantes, marcan hitos que forman la cultura y el quehacer de nuestro habitar. La integración de estos dos últimos elementos da vida a la microcuenca como unidad territorial.
Enfrentar la planificación territorial desde esta mirada apunta al desarrollo de comunidades autosustentables habitando común unidad y en armonía con el hábitat, cuidando y utilizando de manera sustentable los abundantes “recursos” hídricos que nos entregan sus quebradas e impulsando progreso que provea de mayor independencia, autonomía y prosperidad.
Los “problemas” que actualmente presenta Valparaíso están centrados en como estamos viendo estos “problemas”, ya que son solo oportunidades para cambiar el foco de desarrollo de afuera, hacia adentro. Ver las enormes riquezas que tenemos a todo nivel, natural y humano, e impulsar desde allí un nuevo estadio de evolución para nuestra Común-A.
Las comunidades, quebradas, biodiversidad, seres vivos de toda clase y descripción componemos una sola gran entidad viviente que se esta reconociendo como tal y mirando nuestra verdadera esencia desde la unidad. Somos uno con nuestro hábitat.
*Existen al menos 39 quebradas, las cuales constituyen ocho cuencas hidrológicas (Carampange, Cajilla-Clave, Tomas Ramos, Cumming-Almirante Montt, Ferrari, Jaime, Borde costero y La Zorras), cada una formada por varios afluentes. Extendiéndose desde las cimas más altas de Valparaíso.
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