Mega: Nostalgia y deshistorización de Valparaíso como estrategia

Es conocida la afirmación que asumen los discursos como arena de lucha, más que definirlos como espacios que las traducen. Por su parte, la mediatización de la información, específicamente, el relato de las noticias se conoce como una estrategia que manipula y reduce los problemas sociales en función de la mercancía y el poder. Es así que a partir de este marco, se analiza y critican las iniciativas de MEGA y sus reportajes de Valparaíso aparecidos últimamente, tanto en el noticiero como en unos reportajes de día domingo.

---

No se puede desconocer la Historia, ni aquella de fines del Siglo XIX, ni tampoco la construcción y relato de la Historia reciente de la población porteña.

Valparaíso sucio, desobediente, pobre y empobrecido, incendiado, postergado, utilizado como el patio de atrás de capitalinos y otros, posee un grado de contradicciones, resistencia y lucha que no solo se limita a la ultrafocalización de la imagen del encapuchado contra la fuerza militar de carabineros. El comercio, la convivencia, el entretenimiento y la forma de asentarse en el territorio se han instalado como desafiantes ante una ciudad que por la potencia de su abandono, ha ido definiendo un rol de los distintos actores y una trayectoria de convivencia crítica. Es así que se puede identificar una definición tanto de la Historia reciente, como del rol político de sus actores. Es en este punto donde se instala la atención de esta opinión:

MEGA con sus reportajes retrata un Valparaíso nostálgico, ahistórico, acrítico que en su fascinación por las formas y objetos del pasado, pareciera que es solo eso, un territorio fértil para escapar de su propia historia de pobreza, resistencia, lucha y represión. Mediante un seguimiento de formas de ser en el pasado (trolley, tiendas de antigüedades, y personajes enigmáticos) folkloriza, deshistoriza y deja de problematizar un territorio como El Almendral, que lamentablemente es rico en sus contradicciones. No quiero decir con esto que desestimemos a l@s entrevistados ni sus actividades, sino las estrategias para quitar la carga histórica, mientras se piensa el pasado y el presente desde la ausencia de problemas actuales. La crítica es en relación a que la única posibilidad de invertir tanto tiempo retratando a Valparaíso se utiliza para quitar su carga desobediente, sin indagar en los problemas que abarca el mismo territorio retratado.

Una de las estrategias fue estetizar el territorio del sector El Almendral. El abuso de imágenes aéreas ocultan el abandono de la gestión municipal, el contraste entre la realidad de los parlamentarios con la de los vecinos del sector, el abuso de aquéllos del espacio público para su comodidad. Además  de no dar cuenta de la criminalizacion de la protesta social y el comercio justo.

No es solo que se estetice el espacio y que se acote la presencia de actores populares, concentrándose la atención en gente de la tercera edad vendiendo autorizados y disfrutando de la plaza sin problemas y dejando a otros actores fuera como comerciantes ambulantes, cantantes, creyentes.

Es la descontextualización lo preocupante es por qué no se elaboran otras preguntas para abordar el entorno de los televisados de una forma compleja. ¿Por qué esa plaza hija de la nostalgia está atravesada por un muro que les ha quitado cerca de la mitad del espacio? ¿Quiénes son los responsables, sus propósitos? ¿Qué opinan los afectados y cómo se han movilizado? La ausencia intencional y preocupante de estas preguntas es la estrategia principal para hundir en una nostalgia desmedida, ideológica y en una deshistorización alarmante, que se erige por la necesidad de pintar a Valparaíso como un espacio tibio, quieto.

Una de las posibles causas sea la urgencia por ver a Valpo como un destino turístico digno del perfil de la audiencia que quiere este noticiero, pero por otra parte y quizás la medular, sea esa necesidad de ver que el Congreso, su edificio, sus actores y sus acciones no está en conflicto con su entorno directo, que ese elefante levantado en dictadura no estremece por el impacto negativo sobre su entorno, la desigualdad espeluznante entre los honorables y los comerciantes y vecinos, y la sordera nefasta de aquéllos frente  la realidad con la que se encuentran al asomarse por las ventanas de sus despachos y ver la estremecedora pobreza de la cual nunca se han encargado y nunca lo harán.

¿Por qué no se abordó el problema de la construcción de 450 estacionamientos subterráneos que JUSTO está debajo del Congreso Nacional? ¿Por qué no se indagó sobre un proyecto que atenta contra el espacio público? ¿Por qué no se mostró cómo este proyecto le quitó espacio a las personas entrevistadas y a muchos más? ¿Por qué no se habló de las protestas contra el famoso Mall Barón que pertenece al mismo territorio? ¿Por qué no se aborda los atentados a las libertades cuando se reprime en dirección al Congreso?

Todo ha sido reducido a lo folklórico, todos los problemas que condicionan el contexto de los reportajes ha sido manipulado con una falta de rigor y respeto por la realidad compleja de los habitantes, ¿Que nadie recuerda acaso las polémicas que se desataron cuando el Congreso no quiso abrir sus puertas a lxs afectadxs por el último gran incendio de Valparaíso?

La idea ha sido acotar el ámbito de las cosas, las acciones y los discursos y ver cómo la banalización de los contenidos de la tv y el predominio del entretenimiento resulta finalmente como una estrategia que en su recorte de la realidad, es parte de una lucha en contra de la desobediencia en sus múltiples formas. No se puede desconocer la Historia, ni aquella de fines del Siglo XIX, ni tampoco la construcción y relato de la Historia reciente de la población porteña.

El objetivo entonces ha sido develar la estrategia que consiste en mostrar una relación directa y única de Valpo-Nostalgia-pasado, desestimando la efervescencia de la desobediencia social debido al empobrecimiento paulatino de la población por la explotación y descuido del territorio por parte de los poderosos.