No, la circuncisión no cumple los criterios de la medicina preventiva

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Si no es una medida estrictamente terapéutica (como en la fimosis, por ejemplo), no es aconsejable en absoluto su proceder. La circuncisión no terapéutica de los niños menores de edad en las sociedades occidentales no tiene beneficios de peso, es más, puede traer negativos efectos secundarios de largo plazo y constituir una violación a sus derechos.

La circuncisión ha vuelto a la discusión pública por motivos de dudosa legitimación religiosa, pero también a razón de algunas noticias que han divulgado supuestos beneficios para la salud, en especial en atención a que dicha práctica ayudaría a reducir el riego de cáncer de pene, de infecciones del tracto urinario e incluso enfermedades de transmisión sexual como el VIH ¿Es tan así de buena la circuncisión masculina? Veamos que dicen los últimos papers al respecto.

Si bien es cierto la práctica ha disminuido constantemente en todo el mundo (OMS, 2007) todavía existe una prevalencia importante en varios países de Occidente. Al respecto, en dos informes técnicos de la Asociación Americana de Pediatría (AAP), a saber, «Task Force on Circumcision. Male circumcision» y «Task Force on Circumcision. Circumcision policy statement«, ambos publicados en 2012, alegan que los beneficios para la salud ya superan a los posibles riesgos negativos de largo plazo. Si bien en ninguno de estos informes la AAP recomienda la circuncisión rutinaria de todos los bebés varones como medida de salud pública, afirma que los beneficios del procedimiento son suficientes para garantizar su adecuada intervención. Sería algo así como una medida de «medicina preventiva». Ahora bien, tales medidas preventivas se han de justificar contundentemente, en especial si son de un carácter invasivo, permanente y con efectos derivados de su práctica. Se desaconseja su práctica si la evidencia no apoya la medida, más aún cuando el sujeto de intervención no está en capacidad de otorgar su consentimiento para el procedimiento (ver más sobre este punto en: «Consent, rights, and choices in health care for children and young people«). Es decir, que debe estar claramente demostrada que es esencial para llevar a cabo el procedimiento antes de una edad a la que el individuo puede tomar una decisión sobre el procedimiento por sí mismo.

¿Qué hay de las infecciones del tracto urinario?

De acuerdo a este mismo informe de la AAP, alrededor de un 1% de los niños desarrolla infección del tracto urinario en los primeros años de vida, no existiendo ensayos controlados que la vinculen con la circuncisión. De hecho, la incidencia de infección urinaria no parece ser menor en los Estados Unidos, país con altas tasas de circuncisión en comparación con Europa, que tiene muy bajas tasas de circuncisión. Dicho esto, la circuncisión no cumple los criterios para servir como una medida preventiva para la infección urinaria.

¿Qué hay del cáncer de pene?

Este tipo de cáncer es rarísimo, tan sólo 1 de cada 100.000 hombres por año lo padece, y cuando se diagnostica a tiempo tiene una buena tasa de supervivencia. En la revisión llamada «Systematic review of human papillomavirus prevalence in invasive penile cancer» señalan que el cáncer de pene se relaciona con el virus de papiloma humano, y que puede prevenirse sin pérdida de tejido usando preservativos y con vacunación profiláctica. Nuevamente, las tasas de cáncer de pene en EE.UU. no son menores que en Europa, a pesar de la ya sabida diferencia de proporción de hombres circuncidados entre ambas regiones. Dicho esto, la circuncisión no cumple los criterios para servir como una medida preventiva para el cáncer de pene.

¿Qué hay con las enfermedades de transmisión sexual?

Según la AAP en el informe ya citado, la circuncisión protegería contra dos ETS muy comunes: el herpes genital y las verrugas genitales. Sin embargo, la evidencia a favor de esta afirmación se basa principalmente en los resultados de los ensayos controlados aleatorios realizados entre hombres adultos en el África sub-sahariana. Para otras enfermedades de transmisión sexual, como la sífilis, la gonorrea y la clamidia, la circuncisión no ofrece ninguna protección convincente. El uso responsable de los preservativos, con independencia de la circuncisión, ofrece cerca del 100% de reducción de riesgo de cualquier enfermedad de transmisión sexual. Esto implica que la decisión de circuncidar puede posponerse a una edad en que los niños tienen la edad suficiente para decidir por sí mismos. Dicho esto, la circuncisión no cumple los criterios para servir como una medida preventiva para enfermedades de transmisión sexual.

¿Qué hay con el VIH-SIDA?

Uno de los apartados más importantes del informe de la AAP es el que señala que la circuncisión puede reducir la carga de las infecciones por VIH en transmisión heterosexual (aquí hay otro paper sobre el tema). De hecho, en ensayos aleatorios realizados en Kenia, Uganda y Sudáfrica (ver papers aquí y aquí) sugieren que la circuncisión en la edad adulta puede dar lugar a una notable reducción en el riesgo de transmisión heterosexual del VIH. Al menos entre los hombres africanos habría disminuido a la mitad el riesgo de contraer VIH a los pocos años post operación. Sin embargo, esto se contradice con la evidencia científica vigente, la que de hecho señala que las conductas de riesgo post circuncisión aumentan (ver más en: J Law Med. 2011 Dec;19(2):316-34). También se contrapone a la evidencia epidemiológica de EE.UU., en donde se combina una alta prevalencia de infecciones por enfermedades de transmisión sexual y de VIH con un alto porcentaje de circuncisiones rutinarias, vale decir, no se observa el supuesto factor preventivo de dicha intervención. Es más, en Europa, las bajas tasas de circuncisión combinados con el VIH y las tasas de enfermedades de transmisión sexual es muy baja. El uso de preservativo sigue siendo la alternativa menos intrusiva y mucho más eficaz para reducir el riesgo de contraer VIH que la circuncisión. Dicho esto, la circuncisión para la protección contra el VIH en los países occidentales no cumple con los criterios de la medicina preventiva.

¿Qué hay de cierto que reduce la sensibilidad del pene?

Mucho. En el estudio titulado «Male circumcision decreases penile sensitivity as measured in a large cohort» y en éste llamado «Circumcision affects glans penis vibration perception threshold» lo dejan más que claro. Estos estudios confirman la importancia del prepucio para la sensibilidad del pene, la satisfacción sexual en general, y el funcionamiento mismo del pene. Por otra parte, ambos muestran que un mayor porcentaje de hombres circuncidados experimentan molestias o dolor y sensaciones inusuales en comparación con la población no circuncidada. El prepucio es una estructura que protege el glande y juega un papel importante en la función mecánica del pene durante el acto sexual, y con la circuncisión también se extirpa una mucosa especializada que parece ser un componente importante del mecanismo sensorial global del pene (Ver más en: Br J Urol. 1996 Feb;77(2):291-5). En «The effect of male circumcision on sexuality» se destaca que hay una disminución en el placer masturbatorio y el goce sexual después de la circuncisión, lo que indica que la circuncisión en adultos afecta negativamente a la función sexual en muchos hombres, posiblemente debido a las complicaciones de la cirugía y la pérdida de terminaciones nerviosas.

¿Que hay de eventuales complicaciones tras la circuncisión?

Del mismo informe técnico de la AAP se desprende que se pueden producir infecciones, hemorragias, estenosis del meato, y otros problemas. Algunos estudios sugieren que la circuncisión puede causar problemas psicológicos relacionados con el dolor, y más tarde en la vida sexual. El estudio denominado «Adverse sexual and psychological effects of male infant circumcision» indicó que los hombres circuncidados experimentaron significativamente reducida su sensación sexual con consecuencias emocionales negativas de larga duración (Más info en «The psychological impact of circumcision«).

¿Qué hay con la opinión de las mujeres respecto de la circuncisión?

Vaya pregunta, pero no es menor saber lo que opinan. Al menos en el estudio denominado «Does circumcision has an effect on female’s perception of sexual satisfaction?» en el que evaluaron la satisfacción sexual en las mujeres que han tenido relaciones sexuales con la misma pareja en estados no circuncidados y circuncidados. Si bien hubo cambios significativos en la lubricación vaginal durante el coito (la que disminuyó del 78% al 63%), no hubo diferencias estadísticamente significativas en la satisfacción sexual en general, ni mayor dolor durante la penetración vaginal, ni baja en el deseo, ni menor orgasmo vaginal declarado. Estos hallazgos sugieren que la circuncisión masculina no tendría ningún efecto perjudicial sobre la satisfacción sexual de la mujer. Sin embargo, en un estudio más reciente publicado bajo el título «Male circumcision and sexual function in men and women» se concluye que la circuncisión estuvo asociada con una serie de dificultades sexuales frecuentes en las mujeres, en particular dificultades de consecución de orgasmo, dispareunia y una sensación de plenitud sexual incompleta.

Habiendo expuesto todo lo anterior, y frente a la decisión de los padres que evalúan circuncidar a sus hijos, lo mejor es que lo piensen mucho. Deben ser informados de la importancia del prepucio en la sexualidad masculina y la funcionalidad misma del prepucio en el pene de su hijo.

Si no es una medida estrictamente terapéutica (como en la fimosis, por ejemplo), no es aconsejable en absoluto su proceder. La circuncisión no terapéutica de los niños menores de edad en las sociedades occidentales no tiene beneficios de peso, es más, puede traer negativos efectos secundarios de largo plazo y constituir una violación a sus derechos.

La evidencia respecto de los beneficios de la circuncisión no es sólida ni contundente, y no alcanza a cumplir los criterios mínimos de la medicina preventiva.