#Chile 2030

Sin voto, no hay ciudadanía

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Se está discutiendo una reforma  a la ley electoral que permita la inscripción automática y el voto voluntario. Hace unos días me referí al primer aspecto, que parece menos complejo que éste del voto voluntario.

Me parece que se incurrió en una serie de errores al optar por un voto voluntario. Empecemos por el principio. Se supone que el voto era obligatorio. La verdad es que esa definición resulta bastante teórica. No conozco la cifra exacta, pero la cantidad de  ciudadanos que no han hecho uso de su expresión electoral se mide en millones. Los sometidos a proceso por incumplimiento se deben contar, probablemente, en centenas. Los que se abstienen no son perseguidos en ninguna forma, afortunadamente. Lo hemos tomado the chilean way: Era obligatorio, pero nunca tanto. Ahora, para completar el cuadro, queremos declararlo voluntario. Veamos qué significa eso.

Si llueve, no voto. Si trasnoché  la víspera, no voy porque tengo que componer la caña. Si hace mucho calor – muy probable en diciembre – prefiero  estar a la sombrita en casa, con una chela helada. ¿De eso estamos hablando? ¿Autorizando por ley a que los ciudadanos sean abúlicos, pusilánimes, neutros, descomprometidos y acomodaticios?

¿Vamos a olvidar los 17 años en nos trataron como un rebaño, a bayonetazos y amenazas? ¿En qué lo único que queríamos era volver a la condición de ciudadanos? Vamos a olvidar el orgullo de levantarnos temprano y a desafiar la nieve , el viento, la lluvia, de caminar kilómetros y vadear ríos para cumplir con un derecho que es, a la vez una obligación? ¿Vamos a olvidar los miles de compatriotas que dieron sus vidas por defender el derecho a expresarse?

Me produce urticaria escuchar a ciertos sectores de la ciudadanía que prefieren renunciar a su condición de tal con un argumento tan estúpido como “igual voy a tener que trabajar”. ¿Y qué pensaba esa persona? ¿Qué el hecho de elegir a su gobernante le iba a significar vivir en el ocio?

Les dijeron durante diecisiete años que los políticos eran todos iguales, que sólo pensaban en sus propios bolsillos, que se limitaran a trabajar mucho, ganar poco y olvidarse le la política, el saber, la cultura y el debate.

Comprendo que se debe respetar el derecho de cada uno a excluirse del proceso político. Pero aquellas personas  que deseen marginarse completamente y no quieran votar, bueno, también verán limitados sus derechos. Tendrán la nacionalidad chilena, pero no la ciudadanía. Y tendrán que aceptar que cuando llegue el momento de recibir del estado una determinada garantía, habrán también renunciado a ella.

Me refiero a firmar contratos de trabajo con el Estado, tener acceso al crédito universitario, a becas de estudio, subsidio habitacional, diversos bonos de ayuda social y demás beneficios que quedarán oportunamente definidos en la ley.

Dirán algunos que eso es una extorsión. No lo es. El diálogo del gobierno, de cualquiera de ellos, es con los ciudadanos. Con aquellos que expresaron su opinión cuando les fue solicitada. Los que votaron a favor o en contra del gobierno, de los parlamemntarios, concejales y alcaldes. Los que están dispuestos a decir sí o no a una determinada consulta plebiscitaria, los que se comprometieron con una opinión en plena libertad. Dicho de otra manera: el diálogo de un gobierno es con los adultos responsables que han demostrado ser tales. No puede, en cambio ocurrir, con los que no quieren opinar, que no están ni a favor ni en contra de nada, que se refugian en el cómodo y cobarde anonimato de ocultar su pensamiento.

En suma, no tiene derecho a quejarse,  reclamar, solicitar o exigir quien ha renunciado a su ciudadanía y ha preferido “no estar ni ahí”.  El Estado democrático necesita el diálogo continuo con sus ciudadanos, necesita escuchar su voz y recibir la retroalimentación y evaluación permanente de sus ciudadanos. 

Consecuentemente, propongo una inscripción moderna y tecnológica, junto a un voto que implique el compromiso democrático propio de un ciudadano que entiende no solo sus derechos, sino sobre todo, sus deberes. 

Foto: Entintado – Bud SpencerLicencia CC
 

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14 de abril

Hay varios supuestos errados y otros que ni siquiera son abordados: ¿Por qué los ciudadanos en edad de votar no se inscriben? ¿Por qué muchos votan nulo? ¿Por qué no valoran el voto en definitiva?

La respuesta no es simple apatía o flojera de las personas, hay algo más de fondo, en algunos casos con argumentos muy bien razonados, y en otras basadas en el sentido común. Todo tiene relación con que un problema actual de nuestra democracia:

Es una oligarquía isonómica, donde existen derechos civiles iguales, pero no derechos políticos iguales. La isonomia no es lo mismo que la democracia. Es una condición necesaria, más no suficiente para su existencia.

En Chile, la Constitución establece que todos los ciudadanos tienen derecho a ser elegidos como gobernantes. Sin embargo, todos sabemos que no todos los chilenos pueden ejercer tal principio. No por falta de capacidad, sino esencialmente por carencia de recursos materiales, capital social y económico e influencia en partidos políticos, etc.

Como Rawls decía, una cosa son las libertades políticas iguales y otra el valor equitativo de dichas libertades.

La ciudadanía no es sólo el voto, la ciudadanía es poder ejercer los derechos políticos de la misma manera, y eso en Chile no ocurre.

Por eso, decir que si alguien se niega a votar no recibe garantías del Estado es prácticamente un chantaje, no sólo para aquellos que dependen del Estado, sino también para todos los ciudadanos nacidos bajo el Estado chileno.

Y no sólo eso, es un abuso de poder, porque mientras a unos se les condicionan ciertos servicios según su condición de votantes, mientras a otros, el Estado otorga mayores privilegios, como los “honorables” y las autoridades. Eso es convertir a los ciudadanos en esclavos del Estado, en una especie de tercer estado.

No hay que confundir gobierno con Estado, son cosas distintas. Una autoridad debe respetar a todos, voten o no, y no debe supeditar la entrega de ciertos servicios según el carácter de votantes o no.

Usted pretende enmarcar las opiniones válidas y responsables sólo entre aquellas que aceptan alguna de las opciones electorales vigentes.

¿Acaso plantear reparos al gobierno, al Estado y su constitución e instituciones es irresponsable?

¿Acaso llegar a la conclusión de que existe un sistema electoral que genera stato quo y que la clase política amparada en este no me representa, es irresponsable, es “no estar ni ahí”?

El Estado democrático necesita que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos políticos y civiles de manera cabal y sin barreras de entrada.

El voto obligatorio, o semi obligatorio, no han logrado eso. Tampoco generan compromiso ciudadano. Sólo generan un voto basado en el temor a una sanción, y eso no se puede llamar ciudadanía.

Saludos

14 de abril

Estimado Jorge Andrés.
Te agradezco tu comentario..
Es posible que haya supuestos errados. Por eso que son supuestos y no hechos. Y obviamente, hay muchísimos temas no abordados.
En el marco de un artículo de esta dimensión, comprenderás que es difícil meterse
en conceptos tan complejos como la isonomía , precursora de la democracia del siglo V aC en Grecia y sus diferencias con la democracia remendada y parchada del Chile del siglo XXl dC.
No era , desde luego, la idea. Tampoco tengo la capacitación para hacerlo. Me refiero a la situación de la reforma legal pendiente en el Congreso Chileno de hoy.
Y en especial, a la característica de voluntario que se le quiere dar al hecho de sufragar.
Esa era la intención dentro de los márgenes señalados.
Será muy interesante leer tu aporte en los temas que te interesan. Me comprometo desde ya a dialogar contigo sobre ello.
En todo caso, estarás de acuerdo que en mi artículo no está señalado en ninguna parte la hipótesis de que Chile sea un ejemplo de sociedad en el plano de la igualdad de derechos, sociales ni políticos.
Problemas tenemos muchos. En ese plano y en otros. Lo que sí me queda claro es que ninguno de ellos se solucionará jamás sin la participación activa de los ciudadanos. Y una de las participaciones posibles es, precisamente, el voto.
Atentamente
Pedro Staiger

15 de abril

Conoparto básicamente tu sentir respecto al derecho recuperado por un montón de compatriotras durante la Dictadura. Partiendo de ese trascendente punto, Yo Soy Ciudadana, Porque ejerzo mi derecho a voto.

15 de abril

Gracias, un abrazo.

15 de abril

Estimado Pedro, con gusto dialogamos, eso es lo que se necesita. Ahora bien, entiendo el foco de tu artículo, pero por eso mismo aludí a ciertos conceptos que denotan que la democracia no se mejora aplicando o aumentando sanciones en cuanto al ejercicio del voto.

En lo personal considero que el voto es un instrumento democrático pero no es el único, ni es el elemento suficiente para decir que un sistema político es democrático o que hay participación activa.

Lo que se requiere es una sociedad democrática y una institucionalidad democrática con un sistema político competitivo. Eso no se construye de un día para otro ni se establece por decreto, sino que se requiere fomentar una opinión pública activa, absolutamente libre en cuanto a ejercer sus derechos civiles y por tanto tolerante, que se base en una sociedad civil activa, plural e informada.

A partir de eso, entramos en un tema complejo en el debate, que va más allá del acto de ir a votar, relativo a en base a qué se vota, con cuánta información y mediante qué incentivos; y también en qué proponen los políticos, sobre todo las élites.

Y entonces vemos que el ejercicio de la ciudadanía, ese concepto republicano, implica entre otras cosas, un acto razonado en cuanto al voto y la política en general, que la obligatoriedad del voto no genera como un maná.

En lo personal, me opongo al voto obligatorio porque se plantea como un deber de los ciudadanos con la democracia pero sin ninguna clase de exigencia para las élites política electas. Es elitista en todo sentido: “ustedes deben votar por alguno de nosotros, ese es su único deber” ¿Con quién? me pregunto ¿Con la democracia o con sus corporaciones que llaman partidos, asociadas en coaliciones?

Me opongo porque en el fondo garantiza votos para las élites, sin generar o propiciar ningún esfuerzo por parte de esas clases políticas, para captarlos -es decir para propiciar ciudadanía- más allá de meros estímulos a la necesidad de las personas. Eso no es ciudadanía ni es política.

Ciudadanía no es ir a mirar como un político promete puentes donde no hay ríos, y esperar que nos traiga la felicidad, tampoco es votar por el más simpático, o con doctorado o el líder popular. Ciudadanía tampoco es ser ciego feligrés de una coalición, partido o líder.

Ciudadanía es una actitud vigilante con el poder diaria.

15 de abril

Ahora sí que estamos de acuerdo.
Primero, en el hecho del debate. Sin él, no hay democracia.
Segundo, en lo imperfecto de la nuestra. Todo lo que tú dices es cierto, nos falta
mucho para ser plenamente democráticos. Hay mucha tarea por delante y a veces parece que hay sectores que aportan. Más que eso, bloquean el avance democrático en términos de igualdad de derechos, acceso a la información y supervisión permanente de los organismos públicos, por nombrar unos pocos.
En lo de la obligatoriedad del voto, te confieso que no estoy absolutamente convencido de su conveniencia. Lo veo más bien como una invitación o un desafío. Hay que reencantar a la gente con la política, invitarlos a participar, a comprometerse con sus propios ideas y defenderlas en forma pública. No soy partidario de la coerción, el chantaje o la amenaza.
De ahí entonces, lo del diálogo.Y para el diálogo se necesitan dos: el Estado y el ciudadano. El idioma de la democracia más directo e inmediato, si bien incompleto y precario, es el de la votación.
Dicho de otra manera, el voto no soluciona necesariamente los problemas pero sin él no habrá progreso alguno.
Seguiremos dialogando.

15 de abril

El diálogo es la clave para una democracia, cuando se suprime el diálogo en favor de la violencia, se suprime la política.

No obstante, discrepo en cuanto a que el diálogo depende del Estado. El diálogo depende de los ciudadanos y no del Estado. Porque hemos tenido Estados que suprimen el diálogo y suprimen entonces al ciudadano.

La libertad y la democracia, depende de los ciudadanos, por esos deben ser vigilantes en cuanto al Estado y quienes ejercen el poder en éste.

El voto sin diálogo constante, es como ir a misa los domingos sin saber nada de la religión que se profesa y sin hablar de religión el resto de la semana.

16 de abril

También estamos de acuerdo en eso.
Y lop estaremos igual al decir que no emitir el voto no contribuye al diálogo.

18 de abril

Estimado Pedro, no estoy de acuerdo con eso de que «no emitir el voto no contribuye al diálogo».

Al contrario, eso obliga a un diálogo de verdad, no sólo entre votantes sino también entre políticos. El que muchos no quieran votar indica algo, una falla, no necesariamente en el elector sino en quienes deben atraer electores.

Lamentablemente, en Chile, la lógica sigue siendo desde arriba, elitista, si la gente no vota las clases políticas creen que la gente está desorientada, perdida…y que ellos, los iluminados deben guiarlos como ovejas, y entonces concluyen que deben obligarlos a votar para que sean ciudadanos…¿De diálogo? Ni por si acaso.

En ningún caso, estas élites políticas tan poco alentadas y tan ególatras, analizan que han hecho mal para generar tanta apatía entre la gente…todo se lo achacan al elector…

18 de abril

Solo me gustaría acotar que si bien me parece interesante este debate, en el escrito se dejan bastantes temas de lado. Ahora me es necesario acotar que si bien tenemos como ciudadanos un compromiso con los procesos democráticos que existen, no es menos cierto que quienes controlan y están al mando de este aparataje político, deben incentivar mediante propuestas (entre otras formas) a los ciudadanos a sufragar. Si se plantea el que al dejar el voto como voluntario encontraremos excusas banales para no asistir a las urnas caemos en un gran dilema y es el plantearnos ¿Por qué los ciudadanos no sienten este compromiso o incentivo para votar?, si el Estado y sus los candidatos a puestos públicos incentivasen y hacen participe al electorado de sus propuestas, estos comenzaran a sentirse participes y por consiguiente comenzaran a asistir a las urnas, el problema que ocurre en este país es que los candidatos recuerdan al electorado solo en minutos previos a las elecciones y ello es lo que a la finales no incentiva a los ciudadanos a votar (entre otros cosas mas).

También es necesario acotar que existen otros problemas como lo es el sistema electoral que tenemos, proporcional de magnitud dos (o mas conocido como sistema binominal), el cual genera menos incentivos al minuto de ir a sufragar dado lo poco democrático que este es.

18 de abril

Totalmente acuerdo, Simón. Todos los problemas que tú mencionas, existen.La pregunta es: Qué es primero, el huevo o la gallina?
¿Cómo se reforma el estado sin la participación activa de los ciudadanos?
La época de las guerrillas, los fusiles y los Che Guevara ha quedado atrás.
Somo nosotros mismos quienes debemos crear o recrear la democracia y luego, perfeccionarla todos los días. Contra viento y marea, contra todas las dificultades existentes y aquellas que han sido creadas artificialmente. Esa es nuestra alternativa. Duro trabajo, lo reconozco.
Ésta es también una respuesta para mi amigo Jorge Andrés.

18 de abril

Interesante debate al respecto, pero creo que hoy existen muchos políticos que la mayoría de las personas las relacionan con términos muy fuertes como: soberbia, colución, aprovechamiento personal, no quiero decir lo que realmente se dice de ellos, por respecto a esta pagina, pero eso refleja el porque de muchas personas al no querer votar por ningún político.
Por lo anterior creo que el primer paso antes de reformar el sistema de votación, sería implementar en el voto la opción «NINGUNO DE LOS ANTERIORES», de esta forma se evitaría, lo que dicen con frecuencia como los famosos votos nulos y blancos, ya que existiría una forma de expresión más cercana a aquellas personas que como lo mencionaba anteriormente no están ni allí (como decía el chino ríos), con el proceso eleccionario o bien en contra de los postulantes.
Yo pregunto porque esta opción no es analizada, que pasa al respecto??????, sería interesante tener un comentario de los políticos vigentes respecto de este punto.
Lo que si yo considero un retroceso importante, es el hecho que nuestros compatriotas en el extranjero no voten,,,,para mi no tiene nombre,,,independiente de las opiniones que muchos viertan sobre este caso,,que más parecen excusas baratas. Yo cambiaría esta situación, creo que hay que partir por estos dos cambios,,que para mi son ínfimos, y después ver el famoso sistema binominal y sus posibles cambios, una cosa quizás llevara a otra.

18 de abril

Claramente la reforma del Estado se debe realizar con la participación de los ciudadanos, pero si vemos que estos no encuentran un interés en el sistema político, lo que repercute en el no sufragar, y dicho desinterés es en gran medida por como se están llevando a cabo las cosas hoy (sistemas altamente burocráticos en donde las problemáticas de las personas no encuentran una solución, donde rencillas del pasado nublan la discusión política, donde los gobiernos generan políticas parches y no soluciones a largo plazos, etc.), son entonces quienes sustentar el poder, los que deben lanzar la primera piedra y comenzar con estos nuevos cambios y formas de hacer política. Vemos el día de hoy con diversas leyes (invito a leer este escrito http://m.elmostrador.cl/opinion/2011/04/14/alergicos-a-la-competencia/) que se aprueban en el congreso, que no se esta dando ninguna señal de nuevos aires, aires que debiesen generar mayores debates y oportunidades de elección y al minuto de escoger quienes deben gobernarnos.

18 de abril

En la antigua Grecia, se usaba el sorteo como modo de elección. Creo que se podría partir por eso. Sortear los cargos en el Congreso. Sorteo entre personas mayores de edad, que sepan leer y escribir y que estén dispuestas a ocupar cargos públicos.

Así, el foco sería institucional en cuanto los límites del poder y no personal en base al populismo del candidato.

Montesquieu decía que “El sufragio por sorteo está en la índole de la democracia; el sufragio por elección es el de la aristocracia”.

Podemos suponer por qué no se usa el sorteo…

18 de abril

El sorteo no es una herramienta viable puesto que desde mi punto de vista no todos estamos aptos para utilizar los cargos públicos (con esto no quiero decir que hay mejores y peores personas), con el gobierno de Piñera nos pudimos dar cuenta de ello, entre otras cosas lleno sus ministerios de “técnicos” y a la larga mediante cambios en ministerios se ha dado cuenta que no siempre se necesitan técnicos en áreas para ocupar estos cargos, puesto que se necesitan políticos, políticos que estén aptos para estos cargos que tengan un servicio por la sociedad y que estén dispuestos a trabajar por ello.

Me parece que todos tenemos ciertos “dones” para trabajar en diversas áreas y como no todos tenemos las habilidades para ser profesores, no todos tenemos las habilidades para tener cargos públicos.

18 de abril

Estimado Simón, tu respuesta en oposición al sorteo se contradice en sí misma. Por qué…

Primero planteas que no todos estamos aptos para utilizar cargos públicos. ¿En base a qué determinas eso? ¿Quién define eso y cómo? ¿Acaso el hecho de militar en un partido político garantiza un buen desempeño o el tener cinco doctorados?

Luego, extrañamente colocas como ejemplo el gobierno de Piñera con sus PhD y técnicos y la necesidad de colocar «políticos».

Luego cierras hablando de los dones de cada cual ¿Cómo mides o captas los dones para gobernar o tener cargos públicos?

Sigues en la lógica errada de quiénes deben gobernar…

18 de abril

En primer lugar no creo que el militar en un partido te haga apto para optar a cargos públicos, creo que el militar o no es un tema totalmente aparte. Determino que quienes deben optar a cargos públicos son personas que tengan la vocación de servicio público, como también se deben tener vocación para ejercer otros roles dentro de la sociedad como lo es ser profesor, no creo que el hecho de tener mas títulos te haga apto para optar a cargos públicos.

18 de abril

Por lo mismo te pregunto ¿Cómo determinas quién tiene realmente vocación de servicio y por tanto es apto para un cargo público? ¿Cómo mides eso?

Es más¿La mera vocación te hace apto para el cargo público?

Y ojo, en ningún caso he dicho que tener más títulos o pertenecer a un partido te hace más apto. Por eso propongo el sorteo, al que tú te opones.

¿Por qué te opones si «el hecho de tener mas títulos te haga apto para optar a cargos públicos»?

18 de abril

Corrijo: ¿Por qué te opones si «no crees que el hecho de tener mas títulos te haga apto para optar a cargos públicos»?

18 de abril

Este tema siempre genera posturas radicales, tan radicales como las coaliciones que se ofrecen para «servir» a la ciudadanía. Los que saben un poco más de historia que yo podrán confirmar o refutar que hasta el día de hoy han pasado varios sistemas de representación de un número determinado de personas. A esta representación la hemos llamado a través de los siglos de dsitintas formas, lo único que se saca en limpio, es que esta representación debe ser dinámica, por tanto debe adaptarse a los tiempos y culturas de cada país. El país lo constituyen las personas que viven en él, nacidos o no, trabajadores u ociosos, etc. Por tanto el sistema electoral que tenemos claramente no es representativo, sin embargo ¿Es más representativo no votar? probablemente no, no representa nada, así como tampoco representan los paridos a las personas. Año tras año las intenciones se transforman en número: tantos votos por aquí, tantos votos para allá, tantos indecisos, tantos desconformes, y tantos que pudiendo votar no lo hicieron. De esto se trata el tema, de manifestar a través de un papel si se esta de acuerdo o no con los que gobiernan o con los que quieren gobernar, a sido así desde siempre, nadie a esta altura inventará la pólvora con esto, elegir es parte del ser humano. Si usted decidio elegir mediante un voto lo felicito por que se sabe lo que usted quiere, si usted decidio elegir no inscribirse (y por tanto no votar) agrupese con los que piensan como usted y creen una agrupación que los represente para saber que quieren…..y pueden llamarlo creativamente «partido a-politico».

Yo me inscribí a los 27, estuve 9 años divagando diversas teorías para sustentar mi no-inscripción, al final decidí inscribirme y votar…..sin tanta complejidad, asi es la vida

19 de abril

Estimado Pablo Enrique,
te agradezco tu participación en este foro.
Comparto tu posición pragmática en este problema. El actual estado de nuestra democracia deja ciertamente mucho por desear. Innumerables son los problemas. Tienen un punto aquellos que , como tú durante mucho tiempo, estaban contra el voto.
Yo lo entiendo y comparto muchas de sus críticas, pero al final, resulta evidente que
si tú no expresas tu opinión de alguna manera, no se hallará ninguna solución. Eso me parece obvio e indiscutible.
Aún la negativa al voto debe expresarse de manera explícita. Porque si no se hace, se confundirá inevitablemente con la desidia, el descompromiso, la abulia , la apatía, el «no estar ni ahí»
Si se quiere proponer que la función parlamentaria sea asignada por sorteo, bueno:
Estudien el mecanismo y propónganlo. Tal vez, la idea merezca ser considerada.
Pero lo que se requiere es trabajo político, no abstención
Saludos

19 de abril

Efectivamente, posturas e ideas en torno a la democracia, han existido muchas, y muchas han sido catalogadas como radicales por parte de los conservadores en algún momento, como por ejemplo, el sufragio universal o el derecho a voto de las mujeres, y la gente de color. Cuando algunos más visionarios propusieron tales ideas que hoy nos parecen adecuadas, no faltaron los que las consideraron radicales para su tiempo, o incluso peligrosas.

La democracia representativa que conocemos, surge con las revoluciones liberales que pusieron fin al antiguo régimen monárquico absolutista. No sé si llamar representación al sistema monárquico absolutista previo basado en el derecho divino.

Me parece errado decir que no votar no representa nada. De hecho, el alto número de abstención electoral indica que el sistema político no está captando input (demandas) adecuados para luego generar output (políticas) correctos. Lo que no es menor porque eso determina las llamadas políticas públicas de los gobiernos y la sanidad democrática.

Insisto, el foco no es el acto de votar solamente, sino qué utilidad se asigna al voto que ejerce el ciudadano. No son los ciudadanos los que le han restado valor al voto, sino los propios representantes. A eso apunta la crítica al voto obligatorio.

Y esa crítica no se trata de no elegir, sino de tener instrumentos de elección más eficaces para ejercer control sobre el poder. Por ejemplo, contar con referéndum en cuanto a legislación a aplicar y plebiscitos en cuanto a aprobar o rechazar legislación ya sancionada, a nivel local, regional y nacional. Es decir, un federalismo. Eso, el voto obligatorio no lo fomenta, al contrario, refuerza el stato quo centralista vigente y vergüenzas como las de La Florida.

Hay propuestas interesantes como las de Bruno Frey en cuanto al federalismo y democracia directa a nivel local.

Me inscribí a los 26 años, no sólo analice distintas teorías e ideologías, sino que participe en instancias políticas, y mi conclusión es que la representación no existe…por qué, porque todos actuamos como individuos, por tanto, voto nulo si los representantes son dudosos y mientras no haya controles más eficaces en cuanto al ejercicio del poder.

Saludos

Leonardo Ramos

01 de marzo

Estimado Jorge cuando entre a este foro estaba buscando respuestas acerca de no votar para buscar una solucion al problema de mi pais y tus palabras me fueron de gran ayuda para comprender y darme cuenta que no soy el unico que piensa de esta forma. Yo soy de Paraguay y nuestro sistema politico es totalmente corrupto y principalmente el congreso, como tu lo has dicho aca a nosotros se nos chantajea a votar por gente sin escrupulos vende patria y a la gente se les compra con migajas porque en su mayoria son de muy pocos recursos y la necesidad les juega en contra y. favor de los politicos. Yo tengo 30 años y jamas vote y no porque mee consider becesidadcomco .co . . ccompra con migajas porq en su mayoria son

Leonardo Ramos

01 de marzo

Estimado Jorge cuando entre a este foro estaba buscando respuestas acerca de no votar para buscar una solucion al problema de mi pais y tus palabras me fueron de gran ayuda para comprender y darme cuenta que no soy el unico que piensa de esta forma. Yo soy de Paraguay y nuestro sistema politico es totalmente corrupto y principalmente el congreso, como tu lo has dicho aca a nosotros se nos chantajea a votar por gente sin escrupulos vende patria y a la gente se les compra con migajas porque en su mayoria son de muy pocos recursos y la necesidad les juega en contra y a favor de los politicos. Yo ttengo 30 años y jamas vote y no porque sea…. un ciudadano irresponsable o porque….. no me importe mi pais no, todo al ccontrario yo nunca consider becesidadcomco .co . . ccompra con migajas porq en su mayoria son

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