En el 20% más pobre de nuestro país están los jóvenes, las mujeres jefas de hogar, las familias con personas dependientes, los migrantes y las personas con discapacidad que más dificultades tienen, no solamente para encontrar un trabajo (desempleados), sino hasta para animarse a salir a buscar (inactivos) un empleo remunerado.
«El trabajo es un derecho fundamental y un bien para el hombre: un bien útil, digno de él, porque es idóneo para expresar y acrecentar la dignidad humana». (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Pontificio Consejo «Justicia y Paz»).
Los anuncios del Gobierno respecto de multiplicar los programas de capacitación para mujeres y jóvenes, representan una buena noticia. En Fundación Emplea del Hogar de Cristo nos hemos dedicados en los últimos 15 años a diseñar e implementar programas que puedan fortalecer las capacidades de las personas más pobres y vulnerables para aumentar sus oportunidades de generar ingresos a través de su trabajo. En estos años hemos podido conocer y acompañar a miles de jóvenes y mujeres, que han buscado y podido, a través de la capacitación en oficios, mejorar sus condiciones de vida y las de sus familias recobrando la fe en sí mismos y sus capacidades, después de la inserción en un trabajo o el desarrollo de un emprendimiento.
En el Chile actual, no obstante las cifras de desempleo están entre las más bajas de la historia, aún hay muchos que no pueden o no logran acceder a un trabajo y viven en la pobreza y la exclusión social. En el 20% más pobre de nuestro país están los jóvenes, las mujeres jefas de hogar, las familias con personas dependientes, los migrantes y las personas con discapacidad que más dificultades tienen, no solamente para encontrar un trabajo (desempleados), sino hasta para animarse a salir a buscar (inactivos) un empleo remunerado.
De acuerdo a la última encuesta CASEN hay más de 1.200.000 personas en edad de trabajar que no tienen o no buscan empleo. Casi 860.000 son mujeres, más de 480.000 son jóvenes (entre 18 y 29 años) y casi 30.000 de ellos con algún grado de discapacidad. Mujeres jóvenes, que han sido excluidas del sistema escolar o son víctimas de la violencia en sus propios hogares, madres al cuidado de hijos pequeños y con poca o nula experiencia laboral, personas que carecen de un hogar y viven en la calle, con problemas de salud mental o con algún grado de dependencia de las drogas y el alcohol.
Políticas públicas como el Programa + Capaz y Formación para el Trabajo impulsadas por el Gobierno a través de Sence, van en la dirección correcta, de acuerdo a nuestra experiencia, ya que dejan de ver a los más pobres solamente como receptores de subsidios y apuestan a sus capacidades. Sin embargo, nos parece imprescindible que junto con lo anterior también se considere la dificultad para llegar a los más vulnerables y excluidos, la necesidad de un apoyo psicosocial que se haga cargo de eliminar las barreras que obstaculizan las posibilidades para acceder a la capacitación y un acompañamiento profesionalizado que asegure los resultados en cuanto a la inclusión y permanencia en el trabajo.
Lograr que las personas más excluidas decidan participar de estos programas de capacitación y puedan terminarlos, es seguramente un objetivo ambicioso, no obstante, para aquellos y aquellas que pueden trabajar, el camino más seguro para salir de la pobreza es obtener un empleo, no solo por el acceso a los ingresos económicos, sino por la posibilidad además de vincularse a otros y dejar de ser invisibles, de fortalecer su libertad y dignidad.
Es un camino difícil, que para muchos comienza con la posibilidad de capacitarse en un oficio y fortalecer sus capacidades relacionales y sociales, volver a creer que vale la pena el esfuerzo en estudiar y comprometerse, porque al final del proceso existen empresas que no discriminan y están abiertas a recibir personas sin importar su condición previa, que pueden contribuir con su trabajo a mejorar la productividad. En Emplea somos testigos de cómo, cada día más empresas han entendido el impacto que esto puede tener en las comunidades en la que desarrollan sus actividades, conscientes de su rol social y de la importancia de establecer vínculos fuertes con el territorio.
¡Necesitamos del apoyo de todas y de todos para lograr un país en el que respetemos y amemos a los más pobres y seamos capaces de restituirles su dignidad y para esto el trabajo es necesario!
* Entrada escrita por Remo Pompei, Director Ejecutivo Fundación Emplea del Hogar de Cristo.
Comentarios
14 de junio
hola Remo,
gracias por la información.
Abrazos,
Pera, SJ – Nairobi
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