Pablo Moreno es Coordinador del Centro de Desarrollo Local de la Municipalidad de Futrono. En ese rol vino como representante de “Te escucho, te enseño”, proyecto que busca activar el desarrollo económico local en la región, en el marco del proyecto “Biblioacciónciudadana” de la Fundación Democracia y Desarrollo. Su función tiene que ver, entre otras áreas, con turismo, desarrollo rural y todo lo que tiene que ver con fomento productivo.
Se incorporó hace seis meses al municipio y cuando llevaba un mes, le pidieron que se sumara al equipo de “Te escucho, te enseño”. Y reconoce que no fue para nada fácil. Incluso extraño.Si no se integran, lo más probable es que nosotros no tengamos cómo conocer la realidad o necesidad de la comunidad.
“Porque yo pensaba que un proyecto de emprendimiento que incorpora a la comunidad, no tiene nada que ver con una biblioteca. Hasta ese momento para mí las bibliotecas cumplían un rol casi de almacenamiento de libros e intercambio. Pero a medida que me fui interiorizando en el proyecto, me llamó mucho la atención este concepto que viene a instaurar a la biblioteca como un espacio de participación ciudadana. Ahora le encuentro muchísimo sentido y me siento totalmente comprometido con el proyecto”.
¿Qué proyección le ves tú a la biblioteca en este nuevo rol de vínculo entre la comunidad y el municipio?
Actualmente la forma de comunicación entre la gente y el municipio, es a través de obras presenciales básicamente. De manera directa con la alcaldesa, algo que es súper engorroso. Porque jamás se alcanzan a tocar todos los temas, es súper complicado y más ahora con las nuevas legislaciones que se vienen, que implica más burocracia todavía. Entonces se está complicando mucho el tema. Pero la biblioteca es algo que está muy cerca de las personas. La gente se siente cómoda, es casi una segunda casa, se puede encontrar gente ahí durante todo el día, compartiendo, haciendo talleres, etc. Y eso permite un acercamiento de mucha más confianza, que es diferente a cuando te acercas a una oficina gubernamental, porque vas a hablar con una autoridad y tienes que seguir toda una serie de protocolos. Por lo tanto, la biblioteca permite una conversación mucho más fluida y de confianza. Sobre todo en comunas más pequeñas.
¿Cuáles son las principales dificultades que se han encontrado para poder desarrollar el proyecto como lo habían planificado en su origen?
Por un lado está el tema interno. Somos todas personas distintas y obviamente mi enfoque como ingeniero comercial y fomento productivo, siempre se inclina a la generación de utilidades y cosas similares. Por otro lado la biblioteca lógicamente le interesa más el tema patrimonio, conservación y educación. Entonces lo más complicado ha sido aunar ambos conceptos, ambos mundos tan distintos. Y el resultado ha sido bastante bueno. Se han generado cursos, talleres y la gente lo ha agradecido mucho. La primera etapa fue preocuparse de que funcionara. Se hicieron cursos, talleres, ferias, yo me encargue de que fuera rentable y la biblioteca de la difusión, que la gente se empoderara. Ahora el siguiente paso es desarrollar un mecanismo sistematizado que pueda perdurar en el tiempo y que permita que esta conversación continúe. Que la gente siga subiendo sus inquietudes o solicitudes y que haya una respuesta a esta solicitud.
¿Qué le dirías a la gente para entusiasmarla a involucrarse más? ¿Cómo la incentivarías para que hubiera más participación en Futrono?
El principal llamado sería a los entes públicos. A nosotros como prestadores de servicio, de no simplemente ofrecer un servicio que nosotros estimemos atingente o por creer que la gente lo necesita. Es importante “cocrear”, que es un concepto que está tan en boga hoy en día. Cocrear los servicios que ofrecemos, que no sea solamente algo autoritario. O que se les pida la opinión cada cierto tiempo para un voto. Sino que eso pueda continuar de ahora en adelante y que entre todos podamos construir las políticas públicas. Sobre todo en este sentido nosotros estamos apuntando al tema de la educación como el pilar para el emprendimiento y no que se generen cursos que se eligen desde Santiago o desde otros lugares y que muchas veces no son atingentes a la realidad de las comunas. Lo mismo si no participan, si no se integran, lo más probable es que nosotros no tengamos cómo conocer la realidad o necesidad de la comunidad. Entonces la invitación es a que participen, a construir entre todos esto que se está formando.
¿Qué es lo que más te gusta de vivir en Futrono?
La naturaleza y la gente. Básicamente la gente, la tranquilidad. Sobre todo estos días que he estado acá en Santiago. Yo soy valdiviano, he vivido en Santiago un par de años y la diferencia es abismante. Allá en Futrono todo lo haces lento, acá la máquina te consume. Igual es entretenido tener eventos y cosas por el estilo. Allá hay cultura, pero es más en familia. Si vas a participar en algo folclórico es tan familiar que vas a la casa del propio folclorista, entonces eso es lo que ha sido más llamativo. Me encanta Futrono.
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