El éxito continuo de la sociedad de la información depende de la participación plena, equitativa y significativa de la sociedad civil, el sector privado, la comunidad académica y técnica, al lado de los gobiernos, para una mejor gestión de la información y las comunicaciones, incluyendo tanto técnica como cuestiones de políticas públicas.
En la batalla por el control de Internet, los EE.UU. (controladores de ICANN y Verisign) tiene ventaja sobre Rusia y China, quienes piden un mayor poder, mientras que otros argumentan que la ONU está en mejor posición para gestionar la red global, lo que es interpretado como una nueva guerra fría para el mundo, con inciertos resultados.
Los EE.UU. sugieren que la próxima Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales (CMTI -12) debe ser una oportunidad para introducir fuertes restricciones regulatorias para el sector mundial de las telecomunicaciones, específicamente Internet. Las voces más fuertes que piden reformas son China y Rusia, países que discuten temas de ciberseguridad para ser reconocida en el Reglamento de las Telecomunicaciones Internacionales.
Rusia propone disposiciones especiales relativas a la seguridad de los servicios internacionales de telecomunicaciones, ya que el desarrollo del sector ha superado a las leyes y reglamentos que la rigen. Pero su verdadera razón sería proponer un tratado que prohíba el uso del ciberespacio para fines militares, ya que todavía se ven como la parte más débil en el juego de la guerra cibernética. Para esto, posee el firme apoyo de los estados árabes, por su preocupación acerca de la superioridad tecnológica de Israel en materia de vigilancia de la red, tecnologías de monitoreo y cooperación de EEUU.
La más amplia propuesta es la iniciativa de China que propone dar a los países la autoridad sobre «la infraestructura de información y comunicación dentro de su estado» y requieren que las empresas en línea que operan en su territorio utilicen Internet de manera “racional”, dejando claro que como gobierno quieren el control total.
El proceso preparatorio actual carece de la transparencia, la apertura y la inclusión de todas las partes interesadas que son imprescindibles en los compromisos contraídos en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI).
Los documentos y propuestas de los países miembros del Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales han sido parcialmente filtradas por el sitio WCITLeaks, que organizó la fuga de contribuciones secretas en nombre de una mayor «transparencia» del tratado. Negar el acceso público a los documentos futuros, limita significativamente la conversación abierta que ha sido vital en el crecimiento de Internet y la sociedad de la información hasta la fecha. El éxito continuo de la sociedad de la información depende de la participación plena, equitativa y significativa de la sociedad civil, el sector privado, la comunidad académica y técnica, al lado de los gobiernos, para una mejor gestión de la información y las comunicaciones, incluyendo tanto técnica como cuestiones de políticas públicas.
A nivel nacional se deben realizar procesos públicos para solicitar la opinión sobre las propuestas al Reglamento de las Telecomunicaciones Internacionales para el debate público. ¿El Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país estará trabajando en algún proceso participativo? ¿Quiénes nos representarán en Dubai? Si tienes estas dudas o algunas otras la puedes consultar aquí.
Yo, ya lo hice. Y tú, ¿qué esperas?
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