Los avances de la ciencia, tecnología e innovación han facilitado el mapeo de vulnerabilidad territorial. Ello permite una mayor focalización de los programas sociales que pertenecen a nuestra cartera. Significa, al mismo tiempo, una mayor eficiencia en la implementación de políticas públicas.
Hace unos días atrás se realizó el Encuentro Nacional de la Agrupación de Universidades Regionales – AUR, donde uno de los temas discutidos fue el rol de la ciencia, tecnología e innovación en las políticas sociales para la inclusión social, oportunidad en que pude advertir que este puente es una oportunidad.
Es claro que nuestro país presenta un déficit en materia de innovación y constituye un desafío para este nuevo gobierno, devolver el rol de la ciencia, tecnología e innovación como un eje fundamental para el desarrollo del país. Esto es una herramienta fundamental para un desarrollo inclusivo, sostenible y sustentable que permitirá mayor bienestar social.
Para ello es necesario incentivar y motivar a las universidades para que desarrollen investigaciones y proyectos de ciencia, tecnología e innovación, destinados al campo social. Las políticas sociales y el enfoque de derechos que sustentamos necesita que sus alumnos desarrollen proyectos de tesis, trabajos de curso o seminarios, la “generación de ideas para la innovación social”. Esto permitirá, no solo contar con futuros científicos en nuestro país, capacidades más transversales y de punta para el desarrollo, sino también con personas preocupadas por un tipo de desarrollo más inclusivo. La ciencia nos abre un mundo de oportunidades, pero necesitamos decodificarla y transmitirla a la sociedad, especialmente allí donde las brechas de la desigualdad golpean con mayor fuerza.
Ahora bien, ¿cómo el Estado puede desarrollar y promocionar tecnologías aplicadas de carácter social? Hoy nos encontramos con hombres, mujeres, niños y niñas que no pueden acceder a la escolaridad, debido a que no tuvieron prestaciones sociales, tecnologías de apoyo para acceder a una educación en igualdad de condiciones, originada en una discapacidad visual, auditiva o física. Esto significa, que aquellas personas no podrán estudiar, aspirar a un mejor trabajo o calidad de vida que permita su desenvolvimiento y desarrollo pleno.
Actualmente nuestro gobierno está empeñado en una reforma educacional que permitirá una educación horizontal de la imposibilidad que tienen hoy en día, desafío que también son de la tecnología y de la innovación en el aula.
Los avances de la ciencia, tecnología e innovación han facilitado el mapeo de vulnerabilidad territorial. Ello permite una mayor focalización de los programas sociales que pertenecen a nuestra cartera. Significa, al mismo tiempo, una mayor eficiencia en la implementación de políticas públicas, tales como Chile Crece Contigo, Chile Solidario e Ingreso Ético Familiar, obteniendo a su vez, el reconocimiento de las condiciones naturales y sociales para el proceso de implementación de las políticas.
Es por ello que ciencia, tecnología e innovación deben tener un propósito. Ese fin, debe apuntar al sentido de comunidad, un sentido país, hacernos cargo de una realidad social y que muchas veces es ignorada, travestida y oculta detrás de cifras globales. Vemos entonces en la tecnología y la innovación, un aliado y un agente de cambio social.
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Foto: rocioontheroof / Licencia CC
Comentarios
17 de mayo
Buenastardes ministra. Concuerdo cin ud en que las nuevas generaciones de estudiantes deben contribuir a la investigación de la inclusión social, pero mi duda es ¿podemos pretender un cambio de visión en cuanto al tema inclusión si hoy en día vemos que se han promulgado cantidad de leyes en torno a la inclusión y ninguna se cumple? Las universidades no cuentan con políticas internas de inclusión y la inclusión queda a criterio de cada universidad.
En mi caso siendo una alumna con discapacidad y trabajando el tema de educación superior e inclusión de estudiantes con discapacidad se que son muchos los discursos bonitos en torno al tema pero en el día a día la realidad es totalmente distinta. Somos segregados y nuestros derechos humanos son vulnerados a vista de todos.
Un cambio social sin voluntad y compromiso real de las autoridades pierde toda validez y sentido. Tan cruel e indigna es la realidad en chile por ejemplo en el tema discapacidad: que a los estudiantes con discapacidad se les somete a postular a fondos concursables para otorgarle una herramienta inclusiva ¿igualdad de condiciones esto? No en lo absoluto.
Cariños
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18 de mayo
La Ciencia sí es un agente de cambio social, pero no puede estar sujeta a un fin previo, sea cual sea (hay mucha literatura al respecto). Por supuesto que es necesario incorporar desarrollos tecnológicos y científicos a este tema tan importante como es la inclusión social, pero su generación no puede tener un propósito. ¿Cómo desarrollamos C&T en Chile, cuando solo se invierte un 0,4% del PIB? (¿cuando llegaremos al anhelado 1%?); ¿cómo se podrá realizar lo que Usted señala cuando no hay una política científica de este gobierno?, por ejemplo, aún no se nombra al Presidente de Conicyt. Tenemos muchos desafíos pendientes que ojalá se resuelvan o se den señales en el corto plazo. En el programa de Gobierno se señala que la C&T debería residir en el Ministerio de Economía, lo cual está lejos de la opinión de la mayoría de los involucrados, los cuales apuntamos a tener una institucionalidad independiente, la cual pueda, por ejemplo, artícular políticas de investigación a largo plazo, como la que Usted señala. Necesitamos un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación ahora.
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20 de mayo
Concuerdo con las crítica a la falta de presidente Conicyt y a eso de poner a la ciencia en Economía. Sin embargo discrepo de: «la ciencia no puede estar sujeta a un fin previo» o «su generación no puede tener un propósito». Esta es una línea de pensamiento no universal, fue levantada después de las guerras mundiales a propósito de la participación de científicos en asuntos reñidos con la ética asociadas a la guerra. A partir de esta idea de la «ciencia pura» nacieron ideas como que los científicos podían esta encerrados en una torre haciendo su ciencia y que esto era provechoso para el país. Absurdo entonces que se le entreguen recursos públicos a quien ignora su entorno, pues ¿que pasará con ese conocimiento guardado egoístamente? no sirve ni siquiera a la cultura general, pues se queda encerrado o escrito en un paper que solo leerán los expertos. Por supuesto no confundir con la caricatura de que los partidos políticos deben decirle a los científicos que hacer puntualmente, sino que debemos como sociedad decidir que asuntos son relevantes de investigar con platas públicas, como el tema del que habla la ministra en este artículo (cosa que por lo demás estoy completamente de acuerdo). Además los científicos no deberíamos olvidar que nuestra labor nace de la observación inspiradora del mundo y el mundo no es solo átomos, ondas o células, es nuestro entorno completo y nuestra especialidad solo debe incidir en la forma metodológica en que intentamos resolver las preguntas que nos hacemos luego de observar el mundo. Un ministerio de CyT podría ayudar a resolver algunos problemas administrativos, pero en ningún caso resolverán los desafíos de la investigación científica en Chile. Hoy tenemos una política en ciencia clara (Cs->tecnología->innovación) solo que no es la que nos gustaría a todos, pues creemos que la innovación empresarial privada por sí sola no ayuda demasiado.