Volver al origen para ser libres

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Pareciera que hoy todo es consumir, luego todo lo demás

Al ver los 80’s y recordar como se vivía en aquellos años, a pesar de la presión generada por la dictadura, la gente era mucho más libre de lo que se es  hoy. Si, hoy no existe un gobierno dictatorial, pero sin embargo gobierna una dictadura silente generada por el capitalismo que hoy en día debiera llamarse «Esclavismo financiero»

Pareciera que hoy todo es consumir, luego todo lo demás. «Pienso, luego existo» acuñada por el libre pensador René Descartes, hoy en día está cada vez más obsoleta. Y bien se podría decir que mutó a » Consumo, luego existo»

Pues bien, si miramos a España al día de hoy, podremos ver hacia donde vamos con todo esto. La burbuja inmobiliaria ya llegó y esta recién comenzando. Lo que sigue ya lo vimos con EEUU y con la Europa mediterránea.

Al 10% de la población de este país, todo esto no le afecta mucho. Es más, ni les complica ya que a pesar de todo lo que pueda pasar, seguirán viviendo como si nada.

Pero hay algo que el ciudadano común puede hacer. «Volver al origen», recuerden cuando eran niños.  Si anhelabas algo, juntabas las chauchas para luego hacer realidad tu sueño. En la época, cosas chicas, para lo cual no era tan complejo ahorrar. Sin embargo, el concepto central sigue siendo el mismo: no transar la libertad, por la ansiedad de alcanzar todo con inmediatez.

La inmediatez descansa en el ego (cuando no es una necesidad real, como por ejemplo cuando se estropea tu lavadora) y este último es el responsable de todos los grandes males del individuo.

Cuando niños, el ego aún no es tal. Es algo de crecer con los años y puede llegar a consumir el alma. Es lo que te enceguece y lleva a empeñarlo todo en pro del «parecer para ser».

El 80% de la población «restante» y lo planteo así ya que para el otro 10% esa es el significado del 80% puede simplemente volver al origen. Bajar las revoluciones, no caer más en el desenfreno de la compra impulsiva y tratar, en la medida en que la verdadera necesidad lo permita, comprar con calma, juntar la platita, romper el chanchito, y ya verán como es posible disfrutar mucho más la compra de esta forma. Y de paso evitamos el colapso inminente hacia el cual vamos. Así de simple. Como cuando éramos niños, nada más que volver al origen.