El Trabajo Social Chileno surge en un período de agitación y cambios sociales a principios del siglo XIX, el boom del salitre genera dinámicas oleadas migratorias hacia zonas del norte para explotar y trabajar dicha riqueza, que con el tiempo se transformaría en la Cuestión Social debido a una gran crisis económica, política, institucional y sobre todo social que marcará nuestra hoja de desarrollo histórico.
La Reconceptualización significó mirar hacia dentro, criticar la dependencia, explotación e injusticia pero, fundamentalmente construir una nueva sociedad justa e igualitaria. Se puede aseverar que, el Movimiento de Reconceptualización posibilitó que el Trabajo Social Latinoamericano comience a dialogar con un proyecto de Modernidad, comprometiéndose por tanto, en el proyecto de emancipación en gestación.
Ética, Consecuencia, Compromiso y Dignidad, ideas que no se pueden perder en la vida que seguramente en este escenario reivindicarían nuestros colegas, pues, los dolores que nos queda son los compañeros que nos faltan
En ese contexto llegamos a 1970, con el ascenso de Allende al poder, el trabajo social se compromete en cuerpo y alma en dicho proceso pues piensa, siente que está realizando algo importante, que lo podríamos definir como la “recuperación de la dignidad humana”, junto a los pobladores, mujeres, campamentos y organizaciones de diversa índole.
Todo este rico proceso con los sectores populares es interrumpido por el Golpe Militar y la posterior instalación de la Dictadura Militar que trajo a la profesión persecución, cierre de escuelas, exoneración, exilio obligado y al menos 19 colegas muertos por la represión. Lo anterior cobra relevancia para la historia de la profesión, el 01 de agosto de 1973, el Colegio de Asistente Sociales firma y publica en el Diario El Mercurio, una declaración pública en conjunto con otros colegios profesionales solicitando la renuncia del presidente Allende y la intervención de las Fuerzas Armadas para restablecer el orden “público” y la “legitimidad” que según dichas organizaciones se había perdido.
Surge el trabajo en Derechos Humanos, donde los Trabajadores Sociales tuvieron una importante labor profesional en la defensa de la vida y de la libertad de las personas, denunciando abiertamente los abusos del régimen, que abarcaba inicialmente la atención a las víctimas de la represión política y sus familiares, extendiéndose a los derechos comunitarios, laborales y generacionales. En lo social, se da en el país un aumento de la pobreza producto de la aplicación a mediados de los 80 del modelo neoliberal, sumado a los efectos de una crisis económica mundial, trajo como respuesta las masivas jornadas de Protesta Nacional.
La profesión en el año 2005 obtuvo una pequeña victoria, la recuperación del Rango Universitario quitado por las leyes dictatoriales pero no pudo recuperar la tutela ética en los procesos formativos particularmente en las mallas curriculares y en los procesos de ejercicio profesional.
Creando las filas de un ejército de profesionales invisibles los cuales, en su constante lucha por ejercer dignamente la profesión, constituyen –como expresó Marx- todo un ejército de reserva, que ante un panorama competitivo, están dispuesto a vender su saber como fuerza de trabajo. Es decir, un mercado que oferta externalización de servicios, extensas jornadas laborales, bajos salarios, rotación profesional, desgastes, maltrato, menoscabo y precarización, entre las más relevantes.
En el escenario actual, el Trabajo Social se encuentra de espectador en la galería de los pasivos, lo cual es una contradicción con su propia génesis, pues el nacimiento, evolución y desarrollo de la profesión es y ha sido producto del resultado del proceso socio-histórico.
Algunos desafíos por resolver en términos individuales como colectivos:
1. Politizar significa la capacidad de establecer conexiones entre la realidad singular y la realidad general. Recuperar la voz en temas atingentes a la sociedad, en los cuales por capacidades y experticias naturales e históricas siempre ha tenido status, la profesión.
2. Politizar, significa orientar la acción hacia un horizonte de emancipación humana, de una sociedad más justa, sin desigualdad social, sin discriminación, de plena Libertad, Democracia, Justicia y los Derechos Humanos.
3. Politizar significa conducir la acción profesional a la defensa de las Políticas Sociales Universales, por tanto el Enfoque de Derechos, con su consolidación y ampliación de los mismos.
Ética, Consecuencia, Compromiso y Dignidad, ideas que no se pueden perder en la vida que seguramente en este escenario reivindicarían nuestros colegas, pues, los dolores que nos quedan son los compañeros que nos faltan, María, Juan, Jacqueline, Elizabeth, Luis, José, Jacqueline, María, Segundo, Rolando, Elizabeth, José, María, José, Alfredo, Modesta, Julia, Susana y Gilberto.
Parafraseando a Boaventura de Santos… desde el sur, desde el margen, desde las víctimas: nombrar, hablar de, relatar es tan importante como la materialidad del Trabajo Social, entonces, tenemos que proponer disputar en definitiva, no sólo las cosas sino el sentido de las cosas…
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