Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!
Nicanor Parra
Un libro cae. Luego otro y otro. Manuel Rojas, Neruda, Daniel Goleman y Walt Whitman yacen junto a la caña de pescar, el mate y el escudo de Santiago Wanderers. La angustia se hace carne cuando los informativos dicen que Illapel fue el epicentro, a escasos kilómetros del hogar familiar.
Luego del fugaz desastre siguen momentos de plena oscuridad. Después del caos que destroza las cadenas de la normalización, se desnuda un yo desconocido que hace capaz lo imposible, pueden irrumpir fuerzas desconocidas o los cuerpos paralizarse; pueden aflorar indescriptibles gestas de altruismo o germinar malignas células delictivas. La historia reciente acusa que Hobbes no se apartaba de la realidad cuando daba por sentado que el egoísmo es parte del comportamiento básico humano: Homo homini lupus, o en castellano el hombre es el lobo para hombre. Años más tarde, Rousseau sostendría que es la compasión el impulso originalmente humano, sin embargo, el enmarañado social corrompe las conductas y el hombre enmascara su monstruosidad tras buenas apariencias.Después del caos que destroza las cadenas de la normalización, se desnuda un yo desconocido que hace capaz lo imposible.
Con estupor hemos presenciado catástrofes colosales, algunas de carácter natural y otras de origen social.
El Terremoto. Ante las devastadoras fuerzas naturales sólo podemos actuar una vez desatadas. El pasado 16 de septiembre el gobierno actuó de manera ágil en tanto evacuación de costas y luego, en la gestión de recuperación se han dado anuncios oficiales en los que quisiera creer. En los momentos de emergencia, los afectados encuentran cobijo en cada palabra entregada por la autoridad, no obstante, la autoridad no dormirá indefinidamente en un albergue privado de las comodidades por las que trabajó una vida -en doce cómodas cuotas- entera. Quiero pensar que la palabra empeñada a los 13.905 afectados será cumplida, y que esas palabras están lejos de ser una oportunidad política que conduzca a un repunte en popularidad para capitalizarlas electoralmente.
Los Terremotos. El principal movimiento telúrico que ha sacudido el planeta en lo que va del año, registró 8.4 grados en la escala de Richter con epicentro en una región céntrica de Chile. Eso es imposible de prevenir ni eludir. Significó 14 lamentables fallecimientos. 32 es el número de víctimas que dejaron las celebraciones de fiestas patrias. Repito, fiestas patrias. Una instancia donde los trabajadores y trabajadoras del país pueden descansar un par de días junto a la familia y compartir con los amigos. Los informativos y policías están satisfechos pues se redujo la tasa de fenecidos en accidentes de tránsito en comparación con el año anterior. Sin duda, algo está funcionando mal. Es ilógico –pero posible- que una fiesta nacional origine víctimas fatales y aún más, que supere en pérdidas humanas al sexto terremoto de mayor intensidad registrado en la historia nacional.
Por triste que sea, la realidad indica que en tanto se afecta la normalidad impuesta por las instituciones y estructuras en muchos ciudadanos surge ese yo desconocido oculto tras los ropajes de la construcción identitaria para encontrar aceptación. Cuando esto se altera, aparecen esas almas codiciosas que buscan el beneficio propio capitalizando (electoralmente) la desgracia ajena. Emergen esos seres viles que cuales buitres acechan las pocas pertenencias del impotente. Aflora el egoísmo en el sujeto reprimido que se entrega a los vicios del alcohol negando la existencia de ese otro desconocido, ya sea transeúnte o conductor.
Aquel que busca justificaciones, siempre las encontrará. Por tanto, intentar descifrar las razones tras la ingesta alcohólica desmesurada implicaría conocer cada uno de todos los casos. Los generalistas de siempre sostienen que las razón de fondo es el sistema de opresores/oprimidos, otros dicen que tiene que ver con la infancia y la figura del padre, los más ortodoxos defienden la idea de que ya está en el adn nacional, en fin, al fin todos somos un caso con las particularidades y construcciones que ello implica. El punto de inflexión está cuando se decide transgredir a ese otro, incumpliendo una cuestión lógica, como lo es, transitar en la vía pública sin poner en riesgo la vida de alguien.
La angustia de los afectados por las catástrofes naturales, solo es superada por aquellos que además lamentan la pérdida de un ser querido. Es de esperar que los anuncios presidenciales tengan bajada efectiva y no se diluyan como las palabras escuchadas en Chaiten, Arica, Concepción, Valparaíso, Puerto Montt y Ensenada. Es de anhelar que las próximas fiestas sean un pretexto para disfrutar con los seres amados donde se libere ese yo movido por el amor y la compasión.
Comentarios
30 de septiembre
Limpia las jeringas
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11 de octubre
Toda la razón.
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