21 de Marzo es el Día Mundial del Síndrome de Down, 30 años atrás a los niños con este síndrome se les solía esconder, al ser vistos como un fenómeno que avergonzaba a la familia, pero gracias a la investigación científica hemos aprendido que teniendo capacidades diferentes, estas se pueden desarrollar si se les estimula adecuadamente. Es obvio que nunca serán como una persona considerada normal, pero sí y para tranquilidad de sus padres, podrán llevar vidas muy cercanas a ella y de modo autosuficiente, cumpliendo así el principio de que todas las personas tienen derecho a vivir una vida plena, accediendo a todos los derechos por igual.
La persona con Síndrome de Down puede contribuir con la sociedad, no solo con su aporte laboral, sino que simplemente sacando nuestra humanidad a flote.
Hoy sabemos que los escolares con síndrome de Down pueden aprender mucho y bien; mucho más de lo que hasta hace unos años se creía, incluso hay casos donde han logrado un título universitario. Estos seres humanos, tienen ciertas diferencias, por ejemplo: son más lentos en aprender y hay que enseñarles más cosas. Sin embargo, es erróneo creer que tener un niño con Síndrome de Down en un colegio normal será un obstáculo para la educación de sus compañeros y que por eso deben estar en escuelas especiales. La investigación demuestra que en aulas con diversidad, todos los niños se benefician y así, aparte de entregar conocimiento, formaremos jóvenes conscientes de ser parte de una sociedad diversa; sepa convivir fraternalmente en ella aceptando las diferencias y promoviendo la integración.
La Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), desde principios de los años 1980 tiene un programa recreativo (pionero a nivel nacional), dedicado a personas con Capacidades Diferentes, donde realizan actividades deportivo/recreativas junto a sus padres. Aparte de este programa, dentro del diverso plantel social que participa en la YMCA, siempre hay alguna persona de estas características, pero una cualidad de la institución o mejor dicho, una virtud del Plantel Social, es la capacidad de integrarlos a las distintas clases de forma natural, donde se les respeta y trata como iguales.
La persona con Síndrome de Down puede contribuir con la sociedad, no solo con su aporte laboral, sino que simplemente sacando nuestra humanidad a flote. Ya lo decía la gran Gabriela Mistral “La humanidad es todavía algo que hay que humanizar” y el mundo moderno no ha hecho mucho por solucionar esto, hoy vivimos bajo la cultura del consumismo, el individualismo y de ver al resto de las personas como rivales, pero el ser humano no llego hasta donde está debido a estos principios, fue gracias al trabajo en equipo, a la colaboración y a la sociabilización.
Aquí aparecen las personas con capacidades diferentes, ellos pueden ser los instrumentos que nos ayuden a enfrentar la tarea de humanizar a la humanidad, integrándolos a colegios y en nuestros trabajos, así aprenderemos a controlar y mantendremos a raya la discriminación, obligándonos a ser comprensivos, respetuosos, solidarios y pacientes, es decir, daremos fruto a mejores personas contribuyendo para hacer mejores comunidades.
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