Si la reconstrucción fuera una mediagua

Desde el 27F hasta hoy han sido construidas voluntariamente más de 20.000 viviendas de emergencia. Al menos unas 50.000 personas de todo Chile se han dirigido a las zonas damnificadas para ayudar con su esfuerzo en la construcción de mediaguas, la gran mayoría de ellos, jóvenes que muestran su compromiso social. Más allá de estar de acuerdo o no con esta solución transitoria, no deja de ser notable la movilización de gente y la eficacia con que esto se ha realizado.

Para construir estas mediaguas se plantan 17 pilotes de unos 60 centímetros en la tierra, que soportan el peso de la casa. De esta manera, la madera del piso se eleva unos 15 ó 20 centímetros del suelo, no se humedece en el barro y nivela la casa para que no quede balanceada hacia un lado.

Si construir una mediagua demora aproximadamente unas 15 horas,  los pilotes se llevan un 50% de ese tiempo. Es la parte más lenta de la construcción; hay que probar constantemente las medidas para que las maderas del suelo calcen, pero también hay que ir probando que todos los pilotes queden a la misma altura. También es la parte menos entusiasmante, puesto que solo se cavan hoyos en la tierra con chuzo y pala. Es, además, la menos brillante; los pilotes prácticamente no se ven una vez finalizada la construcción. Y sin embargo, a pesar de ser la más lenta, fome y oculta, es la parte más importante, la que permite sujetar la casa de manera estabilizada en el suelo.

Al igual que los pilotes y la casa, en el proceso de reconstrucción que comienza paralelo al término de la emergencia, la primera parte suele ser la que menos se ve y la más difícil, pero también la más importante. De ahí, la constante preocupación de preguntarnos qué se está haciendo al respecto.

En su mensaje del 21 de mayo el Presidente planteó el programa “Levantemos Chile” como el programa  que guiará la reconstrucción (no confundir con “Desafío Levantemos Chile” que es la causa que promueve Felipe Cubillos). “Levantemos Chile” comenzó en un primer momento como el intento del gobierno por hacer confluir en una agenda coordinada las acciones de las principales ONGs  y del ejecutivo en torno a la reconstrucción, lo cual finalmente terminó en una web muy poco actualizada que otorgaba información respectiva. Hoy el sitio www.levantemoschile.cl sólo muestra el logo del programa y para recabar información al respecto nos debemos dirigir a la web oficial del Gobierno donde encontramos el link hacia lo que sería la carta de navegación de la reconstrucción.

En primer lugar, debemos decir que la información que aparece en este espacio es sumamente precaria. ¿Cuál es el diagnóstico del estado post catástrofe? ¿Cuáles son las principales zonas afectadas? ¿Cuáles son los objetivos sobre los cuales se priorizará? No se nos muestra un plan de trabajo, ni plazos, ni una metodología para alcanzar las metas que haga posible la fiscalización. Tampoco vemos una actualización de la página con un avance semanal de lo realizado por cada cartera. En este sitio se confunde brutalmente “publicidad” con “información”. 

En segundo lugar, la información muestra pocas novedades respecto de lo que nos muestra el Comité de Emergencia, el  cual ciertamente es más completo a la hora de hablar de su objetivo: la emergencia. Por lo mismo, no aborda el proceso de reconstrucción.

En tercer lugar, si para situar los pilotes debemos estar midiendo constantemente los niveles de éstos y la distancia para que calce como corresponde el suelo de la casa, en el proceso de reconstrucción debemos estar constantemente haciendo partícipe a las personas de este proceso, para que las políticas y los diseños calcen con la gente.

Toda solución que se precie de sustentable debe contar con procesos participativos y de organización de la gente afectada. De lo contrario, nos queda desnivelada la casa.

¿Cuál es la relevancia que hasta el momento ha tenido la organización y participación de la gente en la reconstrucción guiada por el Gobierno? No lo sabemos con certeza, pero sí podemos asegurar que no ha sido prioridad, y es en este momento cuando se puede hacer, pues sabemos que cuando estamos clavando el techo no podemos nivelar ni medir nuevamente los pilotes.

Así, el programa ancla de la reconstrucción que Sebastián Piñera menciona en su discurso no muestra rigurosidad. No pedimos un marco lógico, ni indicadores de gestión, ni plebiscitos ciudadanos; pero sí pedimos ejes de trabajo, información y mecanismos de participación de la gente: Al menos esto se espera cuando se habla de “la nueva forma de gobernar”.   

Fue interesante lo que se vivió post terremoto: el clima de urgencia, unidad nacional, participación ciudadana y solidaridad es tierra fértil y blanda para poner eficazmente los “pilotes de la mediagua de la reconstrucción”.

Si la reconstrucción fuera una mediagua, hoy estamos cavando los hoyos para los pilotes, aquello que define el futuro, pero sobre lo cual más tarde no podremos volver. La medida del éxito es la medida de la gente,  y a pesar de ser difícil, poco vistoso, lento y no muy entretenido, es lo que distingue lo perdurable de lo perecedero.       

(Esta es la quinta de siete entradas, a través de las cuales estoy analizando el discurso del 21 de Mayo. Las anteriores son "El placebo y la reconstrucción", "La Doctrina Piñera", "El cemento no basta" y "El ranking del clasismo")      

—————————————————————————-

Foto: Niñas jugando – Rodrigo Alvarez / Rupert