Esta es una de las comunas mas antiguas de Chile, creada el 22 de Diciembre de 1891, lo que significa que sus terrenos han sido testigos de diferentes corrientes arquitectónicas, en ellas puedes encontrar desde casa coloniales, hasta modernas. Poco a poco la cara de Ñuñoa ha ido cambiando, destruyendo este legado para dar lugar a un nuevo período, el de los edificios de departamentos
Ñuñoa, una comuna de casi 200.000 habitantes, según el ultimo censo, con uno de los mejores estándares en calidad de vida y también una de las comunas con mayor crecimiento habitacional del país. Esta es una de las comunas mas antiguas de Chile, creada el 22 de Diciembre de 1891, lo que significa que sus terrenos han sido testigos de diferentes corrientes arquitectónicas, en ellas puedes encontrar desde casa coloniales, hasta modernas. Poco a poco la cara de Ñuñoa ha ido cambiando, destruyendo este legado para dar lugar a un nuevo período, el de los edificios de departamentos.
En un principio el boom de las constructoras fue algo que podríamos catalogar de “moderado”, ya que comenzó con edificios de baja altura, no mas de 5 u 8 pisos, en calles poco transitadas, lo que no alteraba mayormente la estética residencial tan característica de la comuna. Pero a medida que el tiempo fue pasando, la vorágine de las constructoras se volvió desmesurada, adquiriendo un carácter completamente radical, empezando a construir edificios de 30 pisos, verdaderas moles habitacionales y con departamentos de una calidad muy inferior a la que se había edificado hasta ese momento.
Un ejemplo de eso es el edificio emplazado en Irarrázaval frente al supermercado Líder, el que sufrió serios problemas estructurales con el terremoto de 2010 y todo por la mala calidad de su construcción, consecuencia del ahorro de materiales al momento de abaratar costos de construcción.
A ese hecho se suma el problema de la densidad poblacional, ya que en un espacio donde antes vivían dos o tres familias, ahora viven cien. Respecto de esto existe un descriterio tremendo, ya que dan permiso de edificación, pero sin tener un planeamiento de circulación vial, lo que ha generado graves problemas de circulación y un colapso de las calles donde se encuentran los edificios. Angel Cruchaga Santa María, una calle pequeña, que sin embargo, tiene la entrada de estacionamiento de dos edificios, una frente a la otra, lo que deriva en un atochamiento vehicular cada vez que entra o sale un automóvil de los estacionamientos. Otro problema gravísimo que suscita esta falta de ética, es el encajonamiento de viviendas anteriores, dejando casas encerradas entre los bloques de hormigón, disminuyendo considerablemente la calidad de vida de sus ocupantes, claro es el ejemplo de Los Cerezos, teniendo un pequeño pasaje con casa pareadas que frente tiene un edificio de 30 pisos, al costado uno de otros 30 pisos y a los pies otro edificio (los últimos dos aún en construcción), perdiendo completamente la privacidad, ya que por tres flancos existe un edificio gigantesco.
Claro está que la culpa de estos problemas no recae solamente en las constructoras, sino también en el municipio propiamente tal, ya que la falta de criterio del departamento de obras y del alcalde Pedro Sabat, ha generado un caos inmobiliario en Ñuñoa, teniendo las constructoras un desmerecido libre albedrío en temas constructivos.
Por todo este tema ¿se merece realmente Ñuñoa seguir siendo una de las comunas con mejores estándares en calidad de vida, o pasará a ser un segundo Santiago Centro?
Comentarios
22 de mayo
Pero nadie hace ná’
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22 de mayo
Yo vivo en Angel Cruchaga en uno de esos edificios. Es un caos. Cruzando la calle esta Los Cerezos, un caos en vías de desarrollo. La culpa no es de Sabat, que por cierto es un mafioso que reina con mano dura en Ñuñoa hace demasiado tiempo. La culpa es de nosotros mismos como cultura. Estamos en contra de todo lo que fomentamos, excusándonos en lo mucho que se facilita la vida al hacer uso de todo aquello que incluso nos provoca rechazo. Ya no solucionaremos esto. Ya arruinamos a Ñuñoa y en otras comunas pasa lo mismo. Cuando todos juntos logremos decir basta de colegios pencas, condiciones laborales sometedoras, atención en el supermercado/clínicas/bencineras/SII/Carabineros decente, Transantiago digno, Telefonía/Internet/Agua/Luz/Gas justa y tantas cosas más. Cuando nosotros realmente nos empecemos a preocupar de nuestra salud de un punto de vista holística recién podremos comenzar a reparar el daño que nos hacemos día a día. No hay que culpar a nadie más que uno mismo. Tenemos los hijos en colegios de varios cientos de miles de pesos, manejamos autos grandes, vamos al mall a menudo, comemos mierda…etc etc etc…Cuando juntos dejemos de fomentar nuestra autodestrucción, recién ahí seremos capaces de iniciar un camino hacia la sanación mental y física.
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23 de mayo
La ciudad se acomoda permanentemente a lo que vamos haciendo con ella, hay que tratar de ver las cosas con altura y criterio. A lo mejor antes de construir el edificio donde UD vive también habitaba una familia en un entorno aún mucho mas apacible y que hubiese tenido también derecho para reclamar lo mismo. ¿Cual hubiese sido la solución cultural óptima? ¿Quedarse en chozas con arcos y flechas y morirnos de un resfrío?.
Las urbes crecen con ciclos alternativos de expansión en altura o en territorio, dejamos hace poco uno territorial con promesas de decenas de suburbios, ciudades satélites que ya no son de interés por lejanía sin soporte vial y otros problemas, ahora hay que esperar que termine la tendencia de alta densidad, yo calculo que en 15 años la asfixia empujará otro ciclo de tendencia territorial.
Hay que tratar de ser feliz en el entorno que a uno le toca, ¿para que amargarse tanto?
saludos
22 de mayo
Yo vivo en Angel Cruchaga en uno de esos edificios. Es un caos. Cruzando la calle esta Los Cerezos, un caos en vías de desarrollo. La culpa no es de Sabat, que por cierto es un mafioso que reina con mano dura en Ñuñoa hace demasiado tiempo. La culpa es de nosotros mismos como cultura. Estamos en contra de todo lo que fomentamos, excusándonos en lo mucho que se facilita la vida al hacer uso de todo aquello que incluso nos provoca rechazo. Ya no solucionaremos esto. Ya arruinamos a Ñuñoa y en otras comunas pasa lo mismo. Cuando todos juntos logremos decir basta de colegios pencas, condiciones laborales sometedoras, atención en el supermercado/clínicas/bencineras/SII/Carabineros decente, Transantiago digno, Telefonía/Internet/Agua/Luz/Gas justa y tantas cosas más. Cuando nosotros realmente nos empecemos a preocupar de nuestra salud de un punto de vista holística recién podremos comenzar a reparar el daño que nos hacemos día a día. No hay que culpar a nadie más que uno mismo. Tenemos los hijos en colegios de varios cientos de miles de pesos, manejamos autos grandes, vamos al mall a menudo, comemos mierda…etc etc etc…Cuando juntos dejemos de fomentar nuestra autodestrucción, recién ahí seremos capaces de iniciar un camino hacia la sanación mental y física.
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22 de mayo
Maria Jesús: ojalá no caigas en la manos de constructoras y termines edificando en barrios recidenciales. Se agradece la intención de hacer consciencia pero en este país si eres económicamente poderoso tienes libre albedrío en varios aspectos. Los que han llegado al poder (como Pedro Sabat) se corrompen de una u otra forma y terminan haciendo tratos con beneficios propios. Solo tenemos la labor de cambiar a los eternos apernados que hacen lo que quieren y se respaldan en las abuelitas que llenan de regalos. Bueno. Ñuñoa ya tiene un plan regulador nuevo que permite las megaconstruccuiones así que no queda más que resignarse o vivir en los alrededores de Santiago. Saludos
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22 de mayo
Yo compre una casa en Ñuñoa y al poco tiempo instalaron un colegio frente a mi casa, fuimos a la municipalidad y nadie nos supo dar respuesta. Es un colegio Mate. Es un caos, un despelote, se estacionan en cualquier lugar se forman tacos y nos cuesta mucho entrar a la casa cuando llegamos en la tarde. Pero el alcalde da permiso para todo en esta comuna. Se supone que este es un barrio residencial y no para instalar colegio, además ni siquiera tienen lugar de estacionamiento. Esto queda en Eduardo Castillo Velasco al llegar a Salvador.
No saben cuanto me he arrepentido haber comprado casa en este lugar.
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