Con el anuncio de la Presidenta Michelle Bachelet sobre el itinerario constituyente nuestro país avanza definitivamente hacia una nueva Constitución realmente legítima y democrática. Así quedará atrás el entramado institucional diseñado por Pinochet y Guzmán, que la ciudadanía no siente como propio. Regla que además mantiene una serie de características que la hacen particularmente débil en materia de derechos sociales, civiles y económicos.
Esta Constitución genera un Estado altamente centralizado ahogando la iniciativa regional. Mantiene sistemas contramayoritarios que le entregan un veto permanente a la minoría. Una carta magna que en definitiva no permite la representación plural donde mujeres, pueblos originarios, jóvenes y territorios se vean debidamente representados.Por sobre nuestras visiones particulares o sectoriales, hoy Chile tiene la oportunidad histórica de construir una mejor democracia y dejar atrás la actual camisa de fuerza institucional.
Todas estas trampas que nuestra democracia tiene, con el proceso constituyente pueden comenzar a dejarse atrás.
El anuncio presidencial fija la estructura básica de un proceso tanto de educación cívica como de participación ciudadana, en una primera etapa que genere insumos basales para el contenido de la futura Constitución. Es importante que en dicho proceso ciudadanos y organizaciones, sin importar su adscripción ideológica, cuenten con la garantía de que serán parte de un espacio que permitirá la expresión y consideración de todas las visiones y opiniones.
El desafío que como país tenemos es enorme, igual que las oportunidades que se abren. Para que nuestro proceso constituyente signifique una inflexión virtuosa a la tendencia de desafección con las instituciones y tenga valoración social, es fundamental relevar el elemento que lo distinguirá de los anteriores procesos de cambio constitucional: la participación ciudadana.
Por primera vez desde el plebiscito del año 88, los chilenos y chilenas están convocados a expresar su visión sobre definiciones esenciales del país, más allá de las elecciones de turno.
Resguardando la total institucionalidad del proceso, la Presidenta ofrece opciones de participación tanto en la definición del mecanismo como de los contenidos. La propuesta que enviará al Congreso abre la posibilidad de generar un gran acuerdo que respete el protagonismo que la ciudadanía tiene por derecho propio en el diseño de la nueva Constitución. Llamamos a todos los sectores políticos a facilitar un itinerario que genere un momento constituyente donde la soberanía del pueblo sea lo que prime.
En particular, invitamos a la derecha a aprovechar la gran oportunidad que este proceso le ofrece: liberarse de la carga de ser eternamente la defensora del modelo político y social heredado de la dictadura, entrando al debate desde las ideas y no desde la trinchera que le otorgan los supra quórums. Para ello, es fundamental que no se asuma a priori como una minoría que deba defenderse, sino como un sector político convocado, como todos los demás, a expresar sus puntos de vista y proyectarlos a través del debate democrático en la nueva Constitución.
Hacia allá debemos avanzar. Por sobre nuestras visiones particulares o sectoriales, hoy Chile tiene la oportunidad histórica de construir una mejor democracia y dejar atrás la actual camisa de fuerza institucional. Para hacerlo, ciudadanía y organizaciones políticas deben sumarse con decisión patriótica, porque estamos construyendo “la casa de todas y todos”.
Columna coescrita en conjunto con el diputado Leonardo Soto
Comentarios
07 de noviembre
Señor me parece muy noble hacer un llamado especial a quienes tienen una visión tan distinta a la suya. Pero no puedo rehusar a la razón. Por mas que leo todo esto de una nueva carta magna, me sigue pareciendo una majadera propaganda contra el contexto de la actual constitución en lugar de redactar un texto de una constitución alternativa.
Basurear tan repetidamente la actual constitución no tiene ninguna trascendencia si no concluye con un “…por lo tanto yo propongo esta”
Hay que discutir sobre un texto. Obviamente tenemos posturas distintas, probablemente tenemos demasiado que debatir y tranzar hasta lograr una constitución donde todos nos sintamos representados, algo inédito en Chile. Pero para eso se requiere un país mas maduro y estoy convencido que esta será una oportunidad perdida de lograrlo si sigue esta actitud infantil.
Saludos
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