Imaginemos que tenemos a mano una juguera. Tengo una en la cocina y creo que ni siquiera la he ocupado. Esta vez lo haré, pero figurativamente. Ahora, agarraremos todos los temas recientes del acontecer nacional, en torno a la mujer.
Las mezclas para este budín, serán:Ojalá algún día, no tengamos que marchar para que se nos otorgue igualdad en derechos y oportunidades; nuestros empleadores entiendan que nos pueden pagar lo mismo que a un hombre, porque rindo igual, «a pesar» de que además tenga que ser mamá.
La conmemoración del día de la mujer, el taller de desprincesamiento del SENAME y la poco válida preocupación de Catherine Barriga, la mal denominada “Ley de aborto” y su discusión en el Parlamento y el macabro titular del diario La Cuarta, donde el amor y los celos son los imputados.
Recordemos el titular de Publimetro del día 10 de marzo en que se anunciaba, muy acertadamente, sobre los nuevos talleres impartidos por el Servicio Nacional de Menores. Este titular decía: “¡Tiembla Cathy Barriga! SENAME lanzará taller de “desprincesamiento” a nivel nacional”
A pesar de que me gustaría desviar levemente la discusión, a la esperada arremetida de la actual CORE y eventual candidata a Alcaldesa por Maipú, lo dejaré a la reflexión, considerando que el lector podrá hacer la relación entre tener un taller de princesas, la necesidad propia de que nuestras niñas la tengan como referente, y el real sentido de los talleres impartidos por la Institución, en la búsqueda de otorgar nuevos espacios para generar un cambio de paradigma.
El tema finalmente es, y en cita a la Directora Nacional de SENAME, “detrás de la frase, cada uno sabe cómo cría a sus hijos, solo se esconde el maltrato” he de decir, que también se esconden los estereotipos y la discriminación. Es por eso que el taller fue todo un éxito. Porque solo dejó entrever, lo que muchos no quieren reconocer. Esta es la época en la que las mujeres pueden, desde muy pequeñas, decidir.
Esto se articula directamente con la ley de interrupción del embarazo, analizada muy por encima por quienes, en su momento, se opusieron a las políticas de control de la natalidad de Frei Montalva y, muchos años posteriores, a la pastilla del día después.
Entrar en el detalle, es redundar en lo que ya es conocido. Solo mencionar, que no se trata de lo que “pueda pasar” sino de reconocer la autonomía de la mujer, es decir, la legitima capacidad y libertad de elegir. A que de una vez por todas, se otorgue una oportunidad que no las discrimine, que no las juzgue, menos las condene y que no la restrinja a una acción judicial. ¿Por qué? Porque cuando te enfrentas a una niña de 13 años, abusada sexualmente en reiteradas oportunidades por su padre biológico, y que producto de ello queda embarazada, no terminemos de condenarla como sociedad. Lo demás, es tapar el sol con un dedo.
En torno a esto me pregunto: ¿Acaso será la poca confianza en el poder de discernimiento de la mujer a lo que le temen? Si es así, hay a que temer, porque más allá del debate ideológico, no podemos aceptar que como país nos centremos en un debate que coarte la capacidad de discernimiento de la mujer. Desde lo técnico, la ley está restringida a causales específicas y no se nos hará tan fácil flanquearlas. No se asusten por nosotras, que ya caminamos por la calle con suficiente inseguridad.
Punto para el Ejecutivo y algunos de nuestros parlamentarios: La ley se aprobó en la Comisión de Salud, luego en la Comisión de Constitución y se aprobó en la Comisión de Hacienda, el programa de acompañamiento.
Las mujeres se están abriendo paso, al más puro estilo comando, pero es parte de la vida. Si a esto le sumamos la Ley de Cuotas, no es haber ganado la guerra, pero sí algunas de las batallas.
Después de estos tremendos logros ya mencionados, y esta alegría poco desmedida, el diario La Cuarta excusa el femicidio en su portada, afirmando que el amor es el culpable y los celos la razón.
¿Les parece esto coherente a la lucha? La respuesta cae de cajón. El periódico obtuvo las suficientes críticas y hashtags como para hacer más leña del árbol caído, pero después de haber estado conmemorando el día de la mujer, esto fue casi burlesco.
Ha salido el budín, y por cada cucharada el “ojalá algún día”…
Ojalá algún día, no tengamos que marchar para que se nos otorgue igualdad en derechos y oportunidades; nuestros empleadores entiendan que nos pueden pagar lo mismo que a un hombre, porque rindo igual, «a pesar» de que además tenga que ser mamá; la isapre deje de abusar de mi condición de mujer que no elegí, pero que la acepto y ellos la aprovechan; nunca más digan que podría ser abusada por «un par de copas de más»; nunca más piensen que me visto para ser violada; nunca más digan «que andaban solas» cuando iban dos y ojalá que, de una vez por todas, pueda elegir sobre mi cuerpo y que también pueda elegir tu hermana, tus hijas, sobrinas y primas.
Finalmente me pregunto: Cuando vivamos en igualdad de condiciones ¿Será necesario conmemorar el día de la mujer, entendiendo que todos podemos cocinar el mismo budín?
Comentarios
16 de marzo
CREO QUE CUENTAS UNA REALIDAD QUE MUCHOS NO QUIEREN VER . OJALA LLEGUE PRONTO ESE «ALGUN DIA » Y A SU MAMA LA FELICITO Y QUE SIGA SINTIENDO ORGULLO POR SU HIJA
+6