Si por esas cosas de la vida, le compras algo caro a tu hijo, ojalá sea para que le saque partido, para que aprenda algo que no está en el colegio, para que abra su mundo, para que desarrolle una capacidad, pero para jugar en esa tablet que va a echar a perder en unos meses, ¿para qué?
Sí, el cliché por estos días es: “Maldita Navidad, maldito consumismo”. Pero ese cliché que parece súper revolucionario, no es más que lo vengo escuchando desde que tengo memoria, como diría mi abuelita.
Al final, definitivamente, es una época para regalar y ¡listo! Aparte, por supuesto, para los creyentes, días de pensar en el prójimo. Se supone, al menos. Pero como sea, si el 18 es para ponerle bueno, la Navidad es para regalar. Y que no se hable más.
Porque, ¿cómo no sentirse feliz con la cara de los niños cuando ven que los regalos se van sumando bajo el árbol? ¿Cómo no estar atentos a la foto y descubrir sus caras llena de emoción al descubrir allí el juguete deseado?
Ahora, si tu hijo te pide un regalo de 200 lucas y tiene menos de 10 años, no será culpa de la Navidad, sino tuya, quizás. Si tu hijo te pide una tablet con harta capacidad, ultradelgada y buena marca sólo para jugar, quizás es culpa tuya, no de la Navidad.
Si te endeudas para comprar regalos y ni siquiera puedes salir de vacaciones después porque estás pagando las cuotas con altos intereses o luego en marzo andas pidiendo rebajas por aquí o por acá porque el regalo de Navidad te salió un ojo de la cara, es culpa tuya, no de la Navidad. Ni siquiera de tu hijo, al que acostumbraste a pedir cuestiones caras que las va dejar tiradas por ahí en un par de meses, para pedirte la nueva versión.
Más allá de las lucas, conozco a mucha gente que no usa ninguna tarjeta de crédito para realizar sus regalos, donde me incluyo. Pero no porque sea un bacán ni mucho menos, sino sólo porque los regalos son un simbolismo, no se te puede ir la vida en un regalo ni ahora ni para su cumpleaños, ni en ninguna fecha.
Si por esas cosas de la vida, le compras algo caro a tu hijo, ojalá sea para que le saque partido, para que aprenda algo que no está en el colegio, para que abra su mundo, para que desarrolle una capacidad, pero para jugar en esa tablet que va a echar a perder en unos meses, ¿Para qué? ¿Para qué le compras ese tremendo smartphone si ni siquiera llama por teléfono porque aún no tiene motivos para hacerlo? ¿Para qué ese televisor de tantas pulgadas para la pieza de ese niño que es tan chica? Si hasta se va a ver mal, pixelada, porque cada tv tiene una distancia mínima para apreciar una calidad de imagen óptima. ¿Para qué?
Pásalo bien, no te pases de revoluciones y por ahí sí que empezarás a mirar con más felicidad y relajo estas fechas especiales
¡Feliz Navidad!
Comentarios
24 de diciembre
No me gusta la pascua, en realidad lo que más me gusta de la Pascua es cuando se termina.
No creo en ese «espíritu» que debería aflorar en estos días ¿porqué no aflora todo el año?
La Pascua es una tradición católica que se ha convertido en un tremendo negocio para el comercio y un tremendo peso para los que no pueden evitar consumir sin medidas, sólo porque «deben» regalar para quedar bien consigo mismos principalmente
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26 de diciembre
Marcela, creo que usted se refiere a la navidad, porque la pascua se celebra en la resurrección de Cristo y eso ocurre al termino de la semana santa que celebran el cristianismo. En todo caso, estoy de acuerdo con usted que la navidad es puro comercio y consumismo.
29 de diciembre
Pues sí, puro consumismo.
Mejor regalar amor y valores.
Mejor estar con la familia y con amigos porque les quieres.
Mejor dar valor a las personas y no a los objetos.
Un saludo.
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29 de noviembre
Veo comentarios hasta podríamos decir «molestos» porque hay cierta discrepancia en fechas, días, sin embargo obvian el núcleo del mensaje, por eso es tan redituable la navidad como otras fechas, para el comercio, etc, así pudiéramos mencionar el día del padre, madre, niño, que ahora el consumismo lo ha convertido en el «mes» del padre, madre, niño etc. para que tengan mas tiempo para consumir, gastar, despilfarrar, cada quien tiene sentido común y poder de análisis, actuara como crea correcto, pero no hay que dejarse llevar por el consumismo. Excelente publicación!
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