Es un hecho que la uniformidad nos limita social y mentalmente. Hoy tenemos en frente una oportunidad histórica de ampliar nuestro conocimiento aceptando incluir, pero incluir de verdad, tolerar de verdad, acoger de verdad y bajar nuestras fronteras a los migrantes según el plan Bachelet 2014-2017, lo que nos obliga a domar también nuestra fobia a lo desconocido, a lo diferente.
Lo que vivimos en la actualidad es una oportunidad para los chilenos de mezclar culturas, para aprender, para prepararnos desde nuestra infancia a un mundo sin fronteras.
Recibir extranjeros sin un plan concreto ni políticas de Estado ha sido un terrible riesgo, pero mucho más arriesgado será barajar esto sin educar a los niños que vienen a quedarse en esta ola migratoria.
Mas que mantener la discusión sobre educación superior gratuita, estamos en el momento de aplicar algunos planes en la política educacional que incluyan a los niños hijos de migrantes para no comprarnos esa generación perdida futura. No podemos mantener las cifras mundiales de migración infantil (50 millones según Unicef) en un solo 50% de niños migrantes acogiéndose a la educación, cifra que baja más aun en la educación superior, llegando al 25%, por lo que como país debemos asegurar a este fragmento de población que viene el derecho a pertenecer y erradicar la idea de una generación perdida.
Lo que vivimos en la actualidad es una oportunidad para los chilenos de mezclar culturas, para aprender, para prepararnos desde nuestra infancia a un mundo sin fronteras. Dentro de América Latina somos el lugar elegido, por lo que debemos hacer honor a esto garantizando el acceso de todo niño que habite nuestro territorio a la educación. Los chilenos por largo tiempo hemos puesto trabas a que extranjeros ocupen puestos de trabajo aludiendo a que le quitan los puestos a los oriundos, pero los estudios demuestran que esto no es cierto y que los que vienen a refugiarse en Chile toman lo que los chilenos no estamos dispuestos a tomar. A pesar de la preparación que estos migrantes traen, ya que nos encontramos con abogados, ingenieros, médicos, contadores, etc. se ven con todas las trabas posibles al minuto de validar sus títulos, y son sus hijos los que no estamos incorporando.
¿Qué nos pasa? Estamos cavando nuestra propia tumba al dejar este tema a la deriva puesto que esta generación perdida puede transformarnos a lo que tanto tememos, a lo desconocido, a lo incontenible, a la rebelión. Capacitemos a profesores y eduquemos a los niños y seremos el país que soñamos. Los derechos y protección a los niños no puede tener color ni procedencia, los niños son el futuro, la esperanza y el valor de nuestros esfuerzos, por lo que si todos nos hacemos cargo, la historia cambiará totalmente.
Comentarios
14 de diciembre
En realidad los inmigrantes no tiene muchas dificultades en Chile. Ellos son personas que decidieron venir a vivir a este país, hicieron sus trámites en las embajadas chilenas, cumplieron con todas las exigencias que Chile les hace y llegaron como profesionales y técnicos (Médicos Ecuatorianos, Cubanos, Venezolanos, Ingenieros y Técnicos Españoles, etc.) o como mano de obra especializada, por lo que tienen empleo, sus hijos acceden a la educación y a los sistemas de salud sin mayores dificultades.
El problema lo viven los hijos e hijas de personas que ingresaron al país declarando ser «turistas», con documentos falsos, mostrando un dinero que no era de ellos que , una vez que cometen estas faltas , no pueden trabajar legalmente, por lo que son presa fácil para las empresas de la construcción, empresas de aseo y otros «emprendedores» como los que les arriendan piezas para habitar en condiciones inhumanas o que los someten a largas jornadas de trabajo duro, sin contrato ni menos condiciones laborales justas.
No se debe confundir al inmigrante con los migrantes ilegales, cuyos hijos efectivamente debemos poner bajo tutela de nuestros ya sobrecargados sistemas de educación y salud, mientras esperamos que las autoridades impidan que sigamos importando, pobreza, sin que aún le demos solución a los chilenos que se encuentran en ella.
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18 de diciembre
Los hijos de emigrantes quiénes dan la prueba de ingreso a la universidad obtienen porcenturalmente mejores resultados que los nativos. Hay que acogerlos con generosidad en nuestro sistema educativos. A dejar el» Parroquialismo » cada migrante merece un » Bienvenido.
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19 de diciembre
No tenemos por qué cargar con niños migrantes ilegales que no invitamos. Los problemas de Haití que los resuelvan allá. Nuestra prioridad son nuestros niños chilenos a quienes debemos inculcar valores como la familia, protegerlos de la perversion que les quieren meter ciertos individuos fallados y alejarlos de otros niños con malas costumbres importados desde afuera.
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