No voy a mentir, me senté frente al computador para pasar al limpio un texto el cual había preparado con mucho entusiasmo; tenía bastantes ganas de publicarlo y de compartirlo. Pero, me encontré con una noticia que no podía dejar pasar. Era de esas que al leerlas, se nos llena la mente de sensaciones y de recuerdos imborrables. Lo que está en las próximas líneas, está redactado con un impulso que a veces como humanos creemos no está en nuestro control, y vaya que a veces nos sorprende tanto para bien y para mal.
Abrí un diario de hoy, y me encuentro con la noticia de que el 1 de Octubre, se celebran 22 años desde que fue promulgado por la ONU el DÍA INTERNACIONAL DE LAS PERSONAS DE EDAD. Comencé a leer el artículo, y cuando iba en la mitad, suspendí la lectura para escribir. Cómo no hacerlo, si este Domingo celebramos a los que no nos fallan; a los que solo escuchando un par de minutos nos damos cuenta de que en verdad no sabemos nada. Si, este Domingo celebramos al que para muchos es nuestro amigo/a incondicional; a los que nos aplauden hasta el papelón más grande y de ese problema nos vuelven a hacer sonreír. Este fin de semana, conmemoramos a los abuelos. No importa como sean: grandes, chicos, altos, flacos, gordos, etc, el rol que desempeñan es único. Sí, único. Creo no existen palabras para poder mostrar de qué forma se nos presentan en nuestras vidas. Este rol, viene acompañado de esa personalidad tímida mentirosa: generalmente se muestran introvertidos, son pocas las veces que abren el diálogo, pero que cuando les toca hacerse protagonistas, el ambiente se torna todo oídos para escuchar anécdotas. Es increíble como con el paso del tiempo, se convierten en trovadores únicos; a sus historias solamente les falta par de cámaras para llevarlas a la pantalla grande.¿Quienes somos para cuestionarles a los históricos del club ? Si acabamos de llegar a la institución. Como dice el dicho popular, «nos subimos de último y queremos manejar la micro».
Además de eso, tienen esa personalidad multifacética de poder estar en cual sea la ocasión importar el qué dirán ni cómo se llevará a cabo. Porque hay que ser sinceros, la cotidianidad nos va entregando momentos de risas y dolores, pero siempre ahí están. Reímos todas las veces que podemos, y nos apoyamos mutuamente y jugamos del mismo equipo cuando es necesario, pero como buena metáfora futbolística, ellos van con la jineta de capitán en su brazo y con la «10» en la espalda, porque está claro, son el motor de la institución; sin ellos, no tenemos juego y nos sentimos inseguros. Son de esas personas que en el camarín nos dan ese apoyo; nos motivan cuando todo está en contra, porque confían en nosotros, porque saben que se puede dar vuelta. Y vaya que debemos tener fé ciega. ¿Quienes somos para cuestionarles a los históricos del club ? Si acabamos de llegar a la institución. Como dice el dicho popular, «nos subimos de último y queremos manejar la micro».
Tan preocupados de niños de prepararnos un futuro cuando en verdad ustedes nos recalcaron que este momento el que debemos vivir. No crean que no los escuchamos; por favor, comprendan que nuestra mente se encuentra tatuando en nuestra memoria constantemente todas sus increíbles y sabias historias. No hay palabras para escribir algunas sensaciones; solamente hay que dejar que vivan.
Festejemos, se viene el aniversario del club. Los históricos estarán de fiesta, y nosotros como pájaros nuevos, no nos queda nada más que aplaudirlos por su tremenda trayectoria; aprovecharlos mientras puedan jugar de nuestro lado; escucharlos durante sus motivaciones en el camarín; y disfrutar el momento, porque cualquier lesión nos duele. Gracias Capitanes por hacernos parte la historia del club.
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