Desarrollo e inclusión de personas hipoacúsicas o sordas

La vida muchas veces nos sonríe a pesar de las adversidades, donde nos podemos dar cuenta que nada es imposible si uno se propone hacer algo y se esfuerza por lograrlo. Esta forma de pensar es la que prevalece en quienes conforman la hoy llamada diversidad funcional (llamados peyorativamente discapacitados), de la cual hemos sido testigos y hemos aplaudido con mucha fuerza por lo impresionante que nos parece, por ejemplo, ver como alguien que ha sufrido un accidente puede volver a levantarse y caminar o ver que alguien sordo que jamás había oído pueda hacerlo con la ayuda de un implante coclear.

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«Es lamentable ver que, a pesar de que se han generado grandes avances en cobertura de salud para múltiples patologías que por cierto son de gran trascendencia, se nos sigue dejando afuera.»

En esta oportunidad me referiré a la situación de los hipoacúsicos y los sordos, que es el grupo del cual soy parte. No busco a través de este espacio, venir a dar lástima ni nada de eso, sino a hacer una crítica al sistema en distintas esferas como salud, educación y trabajo, y proponer algunas ideas que vienen desde mi experiencia y la de muchos.

Es lamentable ver que, a pesar de que se han generado grandes avances en cobertura de salud para múltiples patologías que por cierto son de gran trascendencia, se nos sigue dejando afuera. El ministerio de salud, contempla como prioridad a los menores de dos años en la colocación de implante coclear o audífonos, lo cual es un gran paso porque antes no existía esta posibilidad pero sigue siendo insuficiente, porque científicamente se ha comprobado que, en la mayoría de la veces, no se puede confirmar si un niño es sordo o no hasta cuando llega el momento en que este aprende a hablar y son los padres quienes se dan cuenta de dicha situación. Y no solo eso, a lo anterior, se suma la importancia que tiene que se contemple por parte del Estado, un programa de educación del habla a modo de terapia porque lo que nadie piensa es que ese niño implantado o con audífono está adaptándose a otra forma de vida que no tuvo durante un buen tiempo y que le puede generar ciertas desventajas a futuro en relación con compañeros o amigos oyentes.

Lo anterior es una cuestión importante para tener en cuenta puesto que el acceso gratuito o subsidiado de quienes padecen de hipoacusia o sordera a este tipo de beneficios permite que ellos puedan desarrollarse tempranamente e integrarse a la sociedad de manera autónoma.

Asimismo, es relevante considerar otras aristas que también son importantes de abordar, como la educación y lo laboral. Creo en la inclusión en ambas esferas, pero primero, partiendo de una política diferente en el sistema educacional. Se tiende a separar a quienes tienen problemas auditivos y recomendar que vayan a colegios con cursos pequeños y el enfoque no debiera ser ese, sino pensar que ellos se pueden integrar en cualquier grupo tomando en consideración que en el futuro llegarán a la universidad u otras instancias, independiente de la cantidad de alumnos tomando las medidas necesarias, tales como sentarlos adelante, dar al curso en el cual participa el niño herramientas audiovisuales como una forma de apoyo para este y los demás y por último, que los profesores estén abiertos a tener en su sala de clases a todo tipo de alumnos, que si tienen que ayudar a alguien que le cueste más que lo haga y use todas las metodologías que estén a su alcance. Creo que se debe erradicar la política de hacer «la vida más fácil» a quien le cueste, ya sea haciéndole pruebas diferenciadas u otras formas, porque cuando tú buscas que alguien con capacidades diferentes aprenda, él lo hará pero resulta más relevante la forma como le haces llegar esa información, que no solo tiene que ver con conocimiento sino que también ayudar al desarrollo de habilidades blandas.

En las universidades debiese fomentarse la misma política, por lo cual aplaudo a la UC que tenga su programa especial para discapacitados. Nunca se ha tratado de hacer la vida difícil sino lograr que todos aprendan y puedan buscar su desarrollo personal, personas que aporten y contribuyan a la sociedad.

Y en cuanto a lo laboral, que se haya promulgado una ley de inclusión laboral me parece que es un hito importante, porque le da la oportunidad a muchas personas en situación de discapacidad de poder surgir sin que exista discriminación de ningún tipo ni en el estatuto administrativo ni salarial. Pero me atrevería a afirmar que si mejoramos en materia de salud y educación, estas personas el día de mañana podrán estar a la altura de cualquier profesional, y tal vez es posible que la reserva de empleos que hoy es de 1% para discapacitados crezca o simplemente se llegue invisibilizar esa barrera.

Y por último, no me cabe la menor duda que cambiando la lógica en los distintos aspectos aquí tratados podremos seguir logrando una mayor inclusión por parte de la diversidad funcional, porque aquí más que velar por «hacerles las vida más fácil», lo importante es velar para que cuenten con las herramientas que les permitan lograr equipararse con el resto de las personas, es decir lograr la igualdad porque todos tenemos los mismos derechos, y no me parece justo que alguien pueda verse privado de ciertos derechos por poseer alguna discapacidad física o mental.