Abstención de mercado

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Nunca pensaste en votar. “Los políticos son todos unos ladrones y no hacen nada por el país”, le dijiste a más de alguien que en la pega tocó el tema, días anteriores. Incluso ese mismo domingo, cuando compraste el último estreno en blu-ray en la feria del barrio.

Mientras buscabas una conexión gratis para conectarte a whatsapp con tu smartphone de 18 cuotas en el patio de tu casa e invitar a tus amigos a conocer las maravillas de tu full HD smart TV de 42 pulgadas recién sacado a 12 cuotas en la multitienda del centro que hace poco estuvo metida en un tremendo lío, donde se comprobó que se jodían heavy a clientes como tú, en Chile se realizaba la segunda vuelta de la elección presidencial 2013.

Nunca pensaste en votar. “Los políticos son todos unos ladrones y no hacen nada por el país”, le dijiste a más de alguien que en la pega tocó el tema, días anteriores. Incluso ese mismo domingo, cuando compraste el último estreno en blu-ray en la feria del barrio.

Ahora bien, no fuiste el único que no fue a votar. Tampoco lo hizo el Chispita, de buena vida en La Florida, que luego de titularse de una prestigiosa universidad privada y comenzar a trabajar en el Ministerio de Obras Públicas, cambió de inmediato esos lentes cuneteados por esas estupendas gafas Ray-Ban, que sin pelos en la lengua un día admitió haberlas conocido por una entrevista que ese futbolista chileno que triunfa en Italia dio a una revista del corazón. Aunque, claro, dijo riéndose, “él se las compra al contado”.

Ese día, incluso, hasta pensó en ir a votar por su actual cargo público, pero la piscina del patio y las 4 cervezas Corona que llevaba al hilo, dijeron otra cosa.

Tampoco fue a votar la tía Sonia, porque si bien cree que igual algo siempre cae según quién sea el presidente, no estaba dispuesta a salir con ese calor en día domingo. Si bien puede ser una de las más beneficiadas por quien salga, y lo tiene claro, luego de ser una de las primeras mujeres en disfrutar el nuevo postnatal, ella sólo vela y se sacrifica por su familia. Como esa vez, que no le importó el cansancio y se mamó 5 horas de fila para comprar la entrada al show de Violetta a su hija preadolescente, luego que decidiera postergar la renovación de la lavadora.