Las farmacias se coludieron para cobrarnos precios altos.
No atienden en la noche porque no es rentable y, por lo mismo, no se instalan en comunas pobres.
Cuando voy a una de las cinco o seis farmacias de mi barrio (en el sector oriente hay exceso) invariablemente me ofrecen cambiarme los medicamentos por los del laboratorio propio.
Cuando el médico me recomienda una marca en particular explican que "ese no lo trabajamos ". Se “trabaja" sólo el remedio de la marca propia.
En el mercado farmacéutico se notan rasgos de abusos, como en las Isapres, los pollos y los buses.
Sin ser partidario de estatismos o de socialismos reales, la actitud de algunas grandes empresas chilenas a veces me hace desear la existencia de una cadena de farmacias estatal: que cobre precios justos, que "trabaje" remedios de todos los laboratorios, que ponga locales en todas las comunas y que atienda de noche.
¿Será mucho pedir?
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Foto: germenterror.info
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