¿Pero por qué decir que el lobby opera a favor de este proyecto? En primer lugar, se está mejorando la salud para un solo grupo de la población chilena, no se legisla ni existe un proyecto de suma urgencia para mejorar la salud pública en su conjunto, pese a las graves deficiencias que se acentúan en el tiempo.
Actualmente, en la Comisión de Salud del Senado se está discutiendo el proyecto de ley de reforma a las Isapres. ¿Cómo afecta el lobby al proyecto que modifica al sistema de salud privada integrando un plan de salud garantizado? La respuesta que se tiene para ello es que el lobby afecta directamente al sistema de las Isapres, desde su creación hasta este proyecto que se encuentra en la Cámara Alta.
Las Isapres fueron creadas en dictadura, el año 1981, por medio de un decreto con fuerza de ley donde se beneficiaba a ciertos grupos económicos. Aún existiendo FONASA, que cubre alrededor del 80% de la población, se respalda instituciones privadas que operan en libre competencia. El lobby está presente en esta legislación tal como sucedió en el origen de las Isapres, donde se argumentó que un sistema de salud privado entregaría mejores atenciones de salud para los chilenos, pero sin decir que esto sería a un alto costo.
El alto precio de los planes de salud de las Isapres, y su discriminación por edad y género o condición de salud, llevó a que en el año 2010 el Tribunal Constitucional fallará en favor de personas que denunciaban alzas de los planes hasta en un 200%, generando el risgo para las Isapres de perder usuarios. Por otra parte, un estudio encargado por la Superintendencia de Salud, reveló que entre el año 2010-2011, el nivel de satisfacción entres los usuarios del sistema privado de salud había disminuido de un 5,6 a un 5,2, malestar que podría generar una fuga de usuarios de las Isapres.
A partir del descontento social, el presidente Piñera en el año 2011 envió un proyecto de ley al Congreso para modificar el sistema privado de salud, integrando un plan de salud garantizado. Esto parece ser un invento para salvaguardar a las Isapres de la posible huida de usuarios y de las críticas de la opinión pública. Es aquí donde el lobby vuelve a operar para influir, tanto en la gestación como en la modificación de este proyecto.
Las Isapres alcanzan grandes cifras de ganancia. Este año, anotan utilidades por $34 mil millones de pesos en el primer semestre. Gracias a estas ganancias, son poderosos grupos económicos. Ejemplo de ello es que empresas como Banmédica tiene dos Isapres (Vida Tres y Banmedica) o que hasta el 2012 Cruz Blanca era controlada por el grupo económico dueño de Parque Arauco, Embotelladora Andina y el BBVA. Además, no es un secreto que los dueños de las Isapres también son propietarios de clínicas de salud, centros médicos, entre otros.
La presión de estos grupos económicos parece estar trabajando sobre el ejecutivo, quien a la fecha ha promovido la suma urgencia para el proyecto. ¿Pero por qué decir que el lobby opera a favor de este proyecto? En primer lugar, se está mejorando la salud para un solo grupo de la población chilena, no se legisla ni existe un proyecto de suma urgencia para mejorar la salud pública en su conjunto, pese a las graves deficiencias que se acentúan en el tiempo. En segundo lugar, el plan garantizado, que consiste en establecer un plan de salud con tarifa única sin establecer diferencia por sexo ni edad cubre solo un porcentaje de la atención hospitalaria, obliga a los usuarios a buscar planes complementarios para cubrir el 100% de los gastos en salud. Estar afiliado a las Isapres resultará ser mucho caro que antes. Además, estos planes complementarios si podrán discriminar por edad, y sexo o tipo de enfermedad que padezca la persona.
Si como país se requiere mejorar el acceso de la población al sistema de salud, es necesario mejorar el sistema público y no proteger un sistema privado que desgasta al público. Esta reforma es un proyecto que sólo beneficia a las Isapres. En la Cámara de Diputados se aprobaron ciertos puntos de la propuesta que estaría salvando a las Isapres de las críticas sociales. No solo es un lobby que pretende influir en una ley, si no que al parecer intenta crear un proyecto de ley. Estamos frente a una red de intereses tan fuerte, que si se ve en apuros es capaz de crear normas que favorezcan sus intereses económicos individuales. Otros tipos de legislaciones como medioambientales o materias educacionales, que son unas de las tantas problemáticas relevantes del país, no tienen espacio para un proyecto de urgencia porque se encuentran atrapadas en las redes de influencias económicas, porque al parecer la política en Chile, cada vez pasa más por el lobby.
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