La indiferencia frente a la salud mental

Hace pocos días se vivió un hecho lamentable que impacto a muchos a lo largo del país. El hecho al que hago referencia se trata de la muerte de dos criaturas en el zoológico ante la inminente muerte de un joven de 20 años que se encontraba provocándolos dentro de su jaula. La situación de por si es lamentable y cruel. ¿Fue el accionar del zoológico el correcto? ¿Se debió dejar morir al joven? ¿Quién es el culpable? Son interrogantes que se encuentran aprisionadas en nuestras mentes, provocando las reflexiones necesarias relativas al tema. Ahora bien, no vengo a buscar culpables ni mucho menos a asumir una postura acusatoria. Mi objetivo es mas sencillo y profundo, sin embargo, al parecer muchos ignoran o han sido indiferentes a lo que vengo a decir.

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Urge que podamos priorizar un tema tan sensible como es la salud mental de las personas. Aquellos que en estos momentos sufren en silencio están abandonados, apartados y sin apoyo. Muchos no empatizan con ellos, porque no logran entender ni dimensionar este tipo de enfermedades.

Algunos han asumido que el joven era un fanático religioso, otros, más perplejos ante el hecho, lo han acusado de estúpido. Resulta que este joven contaba con una patología de carácter mental llamada esquizofrenia. Esta enfermedad tiene diversas formas de expresión y, como en su caso, se llama delirio mesiánico que es una psicosis que tiene rasgos megalómanos, es decir, cree ser especial y estar en un estado más elevado que el resto. Claramente existe una disociación con la realidad, la que evita discernir entre lo bueno y lo malo. Sin embargo, no lo culpo por su enfermedad. Solo que me parece insensato y descriteriado no considerarla como atenuante en este hecho y, muchas personas han procedido a condenarlo al escarnio público.

Lo de los leones es un hecho lamentable, repudiable y cruel. Nadie busca la muerte de seres inocentes e indefensos. No se trata de preferencias o prioridades, la vida de un animal no vale menos que la de un ser humano, y viceversa.

Ahora bien, si extendemos este hecho ocurrido y lo asociamos ha algo mucho más profundo. Es decir, esto es un antecedente de algo que nuestra sociedad no ha afrontado y, es más, a permanecido indiferente: se trata de la nula relevancia e importancia que le damos a la salud mental en Chile. Es imperante que nuestros gobernantes y políticos asuman la realidad que viven miles de personas que aquejan problemas de salud mental. Actualmente, Chile no cuenta con una ley de salud mental que posibilite el acceso a un tratamiento digno a la población, algo que es dramático, tomando en cuenta que Chile es uno de los países con mayor tasa de cuadros depresivos en el mundo. Según estudios de la OMS (Organización Mundial de la Salud) el 17% de los chilenos padece depresión y, sin embargo, aún no tenemos una política pública que los albergue y ampare.

Urge que podamos priorizar un tema tan sensible como es la salud mental de las personas. Aquellos que en estos momentos sufren en silencio están abandonados, apartados y sin apoyo. Muchos no empatizan con ellos, porque no logran entender ni dimensionar este tipo de enfermedades. Es por ello que no me extraña que la mayoría de la población haya condenado el accionar de este joven que entró a la jaula de los leones, a pesar de contar con una enfermedad que no eligió y que, para peor, nosotros lo enjuiciamos y lo condenamos sin siquiera poder entenderlo.

Espero que lo más pronto posible esto ocupe un lugar en la agenda política, ya que no solo se tratas de chilenos, sino que también de sus vidas. Probablemente lo que ocurrió en el zoológico se pudo haber evitado con un tratamiento satisfactorio a este joven y así, poder evitado la muerte de dos inocentes leones.