A propósito de los anuncios tanto del director nacional de FONASA como en el discurso del presidente de la República acerca de la disminución de las listas de espera en patologías AUGE (o mejor dicho GES) es que me veo compelido por la realidad a, al menos, cuestionar tal situación como un logro de la gestión en la actual administración del Estado.
Es probable que en verdad operara una gestión que permitió disminuir las listas de espera de pacientes AUGE. No obstante, también es probable que tal situación se deba no sólo a lo realizado por esta administración, sino que es el resultado del cúmulo de acciones realizadas con posterioridad –lo anterior sin ánimos de apologías, ni nada parecido. Por tanto, es de suyo pertinente, saber cómo se realizó esta disminución, que indudablemente es destacable.
Sin embargo, este cuestionamiento legítimo y ciudadano parece incomodar al Director Nacional de FONASA, Mikel Uriarte, personaje este último proveniente del rentable y atractivo mundo de las aseguradoras privadas en salud (ISAPRE), el cual ha mantenido una actitud contumaz frente a requerimientos que una agencia del propio ejecutivo, como es el Consejo Para la Transparencia, le ha cursado a instancias de Salud Un Derecho, de explicar cómo ha realizado FONASA la magnífica tarea de disminuir las listas de espera de pacientes con patologías comprendidas en el AUGE.
Es sorprendente que Uriarte y Piñera digan con todas sus fuerzas que el número de pacientes en espera pasó de 380 mil en marzo de 2010 a 29 mil a la fecha, sin que aún no nos puedan señalar la fórmula de tal magno acierto del “gobierno de excelencia”. Es sorprendente, puesto que en enero de este año como Salud Un Derecho solicitamos a FONASA y al Ministerio de Salud la información necesaria que nos permitiera hacer un análisis criterioso y riguroso para determinar si dicha acción de reducción era efectiva o no. Es decir, realizando civismo activo, crítico y consciente, lo que en democracias maduras llaman fiscalización ciudadana, y que desde tal organismo hubo -y haya hasta hoy- una sistemática actitud de impedir, obstaculizar y retrasar de cualquier modo la entrega de la información y bases de datos necesarios solicitados por Salud Un Derecho. De esto ya expuse en una entrada anterior con ocasión del discurso del 21 de mayo de 2011, y hasta la fecha no es mucho lo que ha cambiado.
Según la decisión del Consejo Para la Transparencia del amparo rol C-335-11, el Director Nacional de FONASA DEBE hacer entrega de la información solicitada por Salud Un Derecho con los criterios señalados específicamente en el considerando 3º de tal decisión, necesarios para realizar la fiscalización. En honor a la verdad –y la nobleza obliga- se debe reconocer que el señor Uriarte respondió al requerimiento realizado por Salud Un Derecho, amparo mediante, pero el 28 de julio, notificándonos de tal acto mediante ordinario número 12.884 de 26 de julio de este año, es decir, con 5 meses de retraso, y sin contentarse con ello, se permite el descaro de no incluir dentro de los criterios de construcción de la base de datos que el mismo Consejo Para la Transparencia amparó, la categoría clave para fiscalizar: “Causal de egreso”. Sin esa categoría el resto de la información entregada por el señor Uriarte nos sirve simplemente para profundizar nuestras capacidades y habilidades en el uso de programas estadísticos, pero en caso alguno para realizar un análisis riguroso y exhaustivo respecto al “gran logro” de la disminución de las listas de esperas AUGE en los Servicios de Salud del país.
En consecuencia, las preguntas consiguientes son obvias: ¿Qué oculta Uriarte? ¿Por qué se empecina en no entregar la información? Vulgarmente se señala que el silencio otorga. Pues bien, en este caso ¿podría decirse que hay gato encerrado en la disminución de las listas de espera? Estas son cuestiones que únicamente pueden soslayarse de forma clara cuando el Director Nacional de FONASA se digne a entregar la información tal y como fue solicitada el 15 de enero de 2011 y confirmada mediante decisión en sesión ordinaria 246 del 17 de mayo de 2011 del Consejo Para la Transparencia.
Por último, como Salud Un Derecho hemos solicitado la misma información pero para el año en curso, siguiendo la institucionalidad que FONASA implementó –por lo demás ineficiente. Hago el seguimiento de mi solicitud vía internet y sale el siguiente mensaje: "Lo sentimos. En estos instantes el servicio no está disponible. Vuelva a intentarlo más tarde" (sic).
Tan solo queda reír frente a tanto descaro.
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Comentarios
02 de octubre
Estimado:
Es sabido que un porcentaje significativo de esta reducción (tal vez la mitad de los casos) se debe únicamente a la depuración del padrón de la lista de espera (personas que accedieron a la prestación por otras vías, o bien que murieron en el intertant y que nunca fueron corregidas).. Lo cual, más que un mérito de la actual administración, es una verguenza para la anterior.
Otro porcentaje no menor, se debe al cambio de la normativa de listas de espera. Por ejemplo, si antes se consideraba a alguien en lista de espera desde el minuto mismo en que era agendado para, digamos, hacerse un examen, actualmente esa persona se inserta en lista de espera sólo si ha transcurrido un cierto plazo en que no ha tenido la prestación. Medida que sin dudas reduce significativamente las listas.
Así,, la reducción de la lista es más el resultado de una gestión de ésta que una mayor eficiencia asistencial.
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18 de octubre
Estimado(a)
Primero que todo, gracias por tu comentario.
Lo que nos señalas a propósito de que sea solo una gestión de la lista de espera lo tenemos contemplado, incluso es probable (por no decir efectivamente) que en un comienzo hubo un ejercicio estadístico para limpiar la lista de espera. Sin embrago, en virtud de la ley de transparencia, el gobierno DEBE responder a los requerimientos ciudadanos en virtud del ejercicio que le asiste a cualquier persona en nuestro país de solicitar en los términos adecuados y respetuosos toda información que se haya realizado con fondos públicos, como es este caso, y por último, deseamos demostrar que el «gobierno de excelencia» no ha cambiado un ápice las actitudes y costumbres de los gobiernos anteriores.
Saludos