Actualmente los derechos humanos en nuestro país son presa de una sociedad mercantilizada, y los Derechos Sexuales y Reproductivos (DSR) no están ajenos a esta realidad. Los DSR de mujeres y hombres están coartados por un sistema educativo y de salud segregados, donde las grandes mayorías tienen una escasa capacidad de acceder a una educación sexual inclusiva y no sexista, así como a métodos anticonceptivos seguros y de calidad que les permitan poder desarrollar sus sueños y capacidades según dicte su autonomía.
La discusión sobre la interrupción legal del embarazo no está ajena a este anhelo. La penalización del aborto es uno de los ejemplos más explícitos donde una minoría conservadora ha impuesto una visión coercitiva y criminalizadora sobre las mujeres de nuestro país, particularmente sobre las mujeres más vulnerables.La intención de despenalizar el aborto por estas tres causales debiera ser el mínimo aceptable en una sociedad civilizada que garantice derechos para todos sus ciudadanos, sin embargo, instala la decisión de interrumpir el embarazo en el médico y no en quien debe ejercer su autonomía, la mujer.
La gran tragedia sanitaria en nuestro país la constituyen las altas tasas de embarazo adolescente y los abortos inseguros, dándose la paradoja que en Santiago, coexisten tasas de embarazo adolescente que comparan a la Pintana con Haití y a Vitacura con los países escandinavos.
El proyecto de despenalización del aborto por 3 causales (peligro de la vida de la madre, inviabilidad fetal y violación) a pesar de ser un avance, es absolutamente insuficiente, no basta solo con no encarcelar a las mujeres que interrumpen su embarazo por estas 3 causales sino que un Estado moderno y laico debe comprometerse con garantizar una educación sexual universal no sexista, un acceso efectivo y gratuito a métodos anticonceptivos seguros y de calidad y un acceso a abortos seguros que permitan disminuir sus riesgos físicos y psíquicos.
Consideramos que la actual situación prohibicionista solo oculta una realidad vulnerando los derechos humanos de mujeres de menos recursos, que, sin poder ejercer su autonomía, deben poner en riesgo su integridad física y psíquica para acceder de manera clandestina a métodos abortivos inseguros y , luego, ante alguna complicación temen asistir a sus sistema de Salud ante la posibilidad de ser denunciadas y encarceladas, Esto pone a las trabajadoras y trabajadores de salud en una posición que transgrede toda consideración ética, al violar el respeto a la confianza y confidencialidad de quienes están a su cuidado esto nos parece una vulneración de derechos y una segregación inaceptable.
La intención de despenalizar el aborto por estas tres causales debiera ser el mínimo aceptable en una sociedad civilizada que garantice derechos para todos sus ciudadanos, sin embargo, instala la decisión de interrumpir el embarazo en el médico y no en quien debe ejercer su autonomía, la mujer.
Hacemos un llamado a un debate serio que considere la maternidad como parte de un proceso afectivo integral ,en el que la mujer juega un rol protagónico. La sociedad en su conjunto por intermedio del estado debe garantizar que evolucione en las mejores condiciones posibles, donde hombres y mujeres puedan confiar en traer al mundo a seres humanos que puedan desarrollar todas sus potencialidades, entendiendo al ser humano como un ser integral que no puede ser desvinculado de sus determinantes sociales y no solo un abstracto biológico.
Departamento Derechos Sexuales y Reproductivos
Fundación Creando Salud
Comentarios
04 de febrero
De acuerdo. Y partamos por sincerar los términos. Se trata de una legalización, no de una despenalización.
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04 de febrero
Hay que ser muy cruel para encarcelar, por ejemplo, a una niña violada por su padrastro- cosa que a menudo pasa, sobre todo, en los sectores socialmente más vulnerables- como también es inhumano condenar a prisión a mujeres que abortan por llevar en su vientre un feto inviable, porque sencillamente tienen miedo de perder su trabajo o porque consideran que no están en condiciones económicas para traer un hijo al mundo. Es de una hipocresía increíble negarle a las mujeres el derecho a disponer de sus cuerpos o que nuestro país a nivel institucional ni siquiera implemente una política de sexualidad responsable y de educación sexual.
Chile es brutal: explotar a los trabajadores toda una vida a cambio de salarios miserables nos lo demuestra. También el hecho de tener que endeudarnos por décadas para que nuestros hijos puedan estudiar sin tener ninguna garantía real de que posteriormente tendrán un mejor nivel de vida. A ese punto llega la insensibilidad, el sadismo y la inequidad de nuestro régimen. Tampoco tenemos el derecho a manifestarnos sin ser reprimidos con todo el rigor de la ley. Sin embargo, las mismas normas y edictos que se aplican sin contemplaciones contra los trabajadores son las que respaldan la indignante impunidad de los poderosos. Definitivamente la patronal y sus representantes son hipócritas, mojigatos y farsantes.
+1
05 de febrero
A propósito de crear salud. Cada cual tiene sus gustos, no cabe duda. Para mi una cosa es estar a favor del aborto, y otra defenderlo como en propaganda de circo. «Derechos sexuales y repoductivos» Habráse visto. Hablarle así a la gente me suena a insulto, a tomarla por necia. Se oye a arenga de perros. Ahora la gente piensa, tiene más estudios, no podemos tratarla como en película antigua. Ya no existen las masas de agricultores ignorantes. Así solo se consigue enturbiar el debate. La sexualidad no es tema de discusión a la hora de invocar derechos. No hay normas jurídicas que prohíban la sexualidad. Y lo más parecido es la muy lógica advertencia a la chicas, que dan todos los padres en su sano juicio: «Protege tu sangre y tu descendencia. No te acuestes con cualquiera, sé selectiva, y usa preservativos, PORQUE DESPUÉS TE EMBARAZAS DE CUALQUIER IMBÉCIL» En cuanto al mercantilismo y los derechos humanos, es paja molida, no tiene pies ni cabeza. Respecto de las tres circunstancias en que se aceptarían los abortos, que el peligro de la vida de la madre sea calificado por un médico y no por ella. ES DE UNA LÓGICA QUE NO ADMITE DISCUSIONES. ¿Cómo diantres podría la madre saber más de su condición de salud que el médico? Lo veo harto difícil. Recuerdo por ahí un chiste antiguo, o parece que era una receta de vieja clota; la cosa es que recomendaba para la picazón y el rojo del ojo, ponerse una mosca muerta. Bueno, yo lo desaconsejo. Mejor, vaya al oculista, que un profesional le diga qué tal anda su salud. Con lo del embarazo que importa un peligro para la vida de la madre, me parece muy razonable que sea el médico quien lo determine, y encuentro harto tirado de las mechas pretender que lo decida la mujer. Es un argumento recontra necio, porque en una de esas se repite LO Q inviabilidad fetal y violación
ctualmente los derechos humanos en nuestro país son presa de una sociedad mercantilizada, y los Derechos Sexuales y Reproductivos (DSR) no están ajenos a esta realidad. Los DSR de mujeres y hombres están coartados por un sistema educativo y de salud segregados, donde las grandes mayorías tienen una escasa capacidad de acceder a una educación sexual inclusiva y no sexista, así como a métodos anticonceptivos seguros y de calidad que les permitan poder desarrollar sus sueños y capacidades según dicte su autonomía.
La intención de despenalizar el aborto por estas tres causales debiera ser el mínimo aceptable en una sociedad civilizada que garantice derechos para todos sus ciudadanos, sin embargo, instala la decisión de interrumpir el embarazo en el médico y no en quien debe ejercer su autonomía, la mujer.
La discusión sobre la interrupción legal del embarazo no está ajena a este anhelo. La penalización del aborto es uno de los ejemplos más explícitos donde una minoría conservadora ha impuesto una visión coercitiva y criminalizadora sobre las mujeres de nuestro país, particularmente sobre las mujeres más vulnerables.
La gran tragedia sanitaria en nuestro país la constituyen las altas tasas de embarazo adolescente y los abortos inseguros, dándose la paradoja que en Santiago, coexisten tasas de embarazo adolescente que comparan a la Pintana con Haití y a Vitacura con los países escandinavos.
El proyecto de despenalización del aborto por 3 causales (peligro de la vida de la madre, inviabilidad fetal y violación) a pesar de ser un avance, es absolutamente insuficiente, no basta solo con no encarcelar a las mujeres que interrumpen su embarazo por estas 3 causales sino que un Estado moderno y laico debe comprometerse con garantizar una educación sexual universal no sexista, un acceso efectivo y gratuito a métodos anticonceptivos seguros y de calidad y un acceso a abortos seguros que permitan disminuir sus riesgos físicos y psíquicos.
Consideramos que la actual situación prohibicionista solo oculta una realidad vulnerando los derechos humanos de mujeres de menos recursos, que, sin poder ejercer su autonomía, deben poner en riesgo su integridad física y psíquica para acceder de manera clandestina a métodos abortivos inseguros y , luego, ante alguna complicación temen asistir a sus sistema de Salud ante la posibilidad de ser denunciadas y encarceladas, Esto pone a las trabajadoras y trabajadores de salud en una posición que transgrede toda consideración ética, al violar el respeto a la confianza y confidencialidad de quienes están a su cuidado esto nos parece una vulneración de derechos y una segregación inaceptable.
La intención de despenalizar el aborto por estas tres causales debiera ser el mínimo aceptable en una sociedad civilizada que garantice derechos para todos sus ciudadanos, sin embargo, instala la decisión de interrumpir el embarazo en el médico y no en quien debe ejercer su autonomía, la mujer.
Hacemos un llamado a un debate serio que considere la maternidad como parte de un proceso afectivo integral ,en el que la mujer juega un rol protagónico. La sociedad en su conjunto por intermedio del estado debe garantizar que evolucione en las mejores condiciones posibles, donde hombres y mujeres puedan confiar en traer al mundo a seres humanos que puedan desarrollar todas sus potencialidades, entendiendo al ser humano como un ser integral que no puede ser desvinculado de sus determinantes sociales y no solo un abstracto biológico.
Departamento Derechos Sexuales y Reproductivos
Fundación Creando Salud
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05 de febrero
Se me fue el «enter» antes de tiempo. Decía que encuentro harto tirado tirado de las mechas pretender que decida la mujer interrumpir o no el embarazo cuando peligra su vida. Es un planteamiento sumamente superficial y dogmático eso de preocuparse solamente de unos hipotéticos derechos, porque en una de esas se repite LO QUE YA HA PASADO, EN CUANTO A QUE POR EJEMPLO ESA MUJER RESULTA SER DE UN CREDO COMO LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ, Y SE NIEGA A INTERRUMPIR EL EMBARAZO, MURIENDO AMBOS, MADRE Y BEBÉ POR UNA TONTERÍA. Con el perdón de los creyentes. Derechos para esto y para aquello, derechos al desayuno, derechos al almuerzo y derechos en la cena. ¡ME TIENEN RAYADO TUS DERECHOS! Para debatir lo único que se te viene a la cabeza son los benditos derechos, pero no te imaginas la vivencia de los problemas.
05 de febrero
En el caso de la violación en cambio, el derecho a la venganza es a mi modo de ver, exclusivo de la mujer en cuestión. Ahí sí que estoy totalmente de acuerdo. Ese es un tema de derechos, y es de ella ese derecho. Tiene toda la facultad del mundo para destruir esa vida por nacer, descendencia del agresor. Es lo que creo. Los religiosos me crucificarán por esto, pero soy sincero. Si soy partidario de la pena de muerte, debo ser coherente.
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